ALMIREZ XIV. 27 DE ENERO DE 1935
Fotografía aparecida en La Crónica, de Madrid, de veintisiete de enero de 1935. En el centro el enviado especial, señor Arenas, acompañado de Gonzalo Vergara Casero, cuñado del médico titular de Mollina, que señala algo al frente a su acompañante periodista, delante de la cueva del Acebuche.
El domingo veintisiete de enero de 1935 aparecen dos artículos interesantes sobre el Almirez.
Uno lo traemos en esta publicación y el otro más adelante.
El primero en el semanario antequerano El Sol de Antequera que en su número del año XIII, número 585 nos hace una narración de los hechos en sus páginas 1, 2 y 3, lamentándose de los errores en toponimia dados por la prensa nacional.
Decía:
EL DRAMATICO SUCESO DE LA CAMORRA
«El Almirez», autor de la muerte de un guardia civil, fué capturado el domingo. Por la Prensa diaria tienen noticia nuestros lectores del suceso desarrollado en la sierra de la Camorra, y del que sólo pudimos anticipar breve nota de última hora en el número anterior. Nuestros colegas de Málaga se han encargado de divulgar por toda España los detalles de la persecución y captura de «El Almirez», dando a éste rango de bandido de leyenda y haciendo del dramático suceso un episodio más del famoso bandolerismo andaluz, cuyo último protagonista, el sobrino de Flores Arocha, campea como un fantasma inapresable por la serranía de Ronda.
Se sigue así explotando la leyenda romántica de Andalucía, como si no fueran más terroríficos y sangrientos otros de los muchos sucesos que en nuestros días conmueven al mundo y que en España con tan triste frecuencia se vienen sucediendo. No nos extrañe, pues, que luego vengan los ingleses esperanzados en que les asalte una cuadrilla de bandidos con patillas de boca de hacha y trabuco naranjero.
Pero si lo que se pretende con estos desbordamientos de la fantasía es el fomento del turismo; hemos de lamentar sinceramente que, aparte de otras deficiencias de información, nuestros queridos compañeros malagueños hayan trabucado nombres con detrimento de la geografía local, perdiéndose la ocasión de dar y conocer al turismo internacional, el nombre de la sierra de la Camorra, que merece ser famosa por sus notables cuevas, especialmente la de los Organos, en cuyas profundidades el agua cae de las estalactitas a las estalagmitas produciendo armónicas sonoridades.
También es lamentable que de «El Almirez», como no hace muchos meses de "El Chirri", se pretenda hacer un bandolero famoso, por cuanto ello puede despertar en la imaginación de algunos desgraciados estímulos de emulación promotores de otros episodios dramáticos.
Por el contrario, de lo ocurrido debe desprenderse la lección de que la benemérita Guardia Civil no dejaría campar por sus respetos a ningún facineroso que tratara de perturbar la tranquilidad de los campos andaluces. Un vulgar merodeador como «El Almirez» podrá, por sorpresa, causar una víctima en la fuerza pública, pero pronto cae en poder de la Justicia. En este caso, como en tantos otros, la Guardia Civil ha pagado su tributo de sangre en defensa de la sociedad y velando por el orden público y el prestigio de la autoridad.
El heroico guardia don José Pendón Pastor ha sido víctima de su arrojo, y de un deber cumplido hasta el máximo por el que no ha mucho tiempo, en el pasado Octubre, al intervenir en los sucesos de Teba, dió también su sangre y estuvo a punto de perder la visión. ¡Loor al héroe y al Instituto que llevará su nombre al cuadro de honor de sus individuos muertos en holocausto del deber!
Para el desgraciado que puso fin a la vida de aquél, hemos de tener palabras de condenación porque con e! hecho comentado culminó la serie de delitos por los que andaba perseguido por la Justicia; pero también, como cristianos, hemos de expresar nuestra conmiseración hacia el que, quién sabe por qué circunstancia, se puso al margen de la ley y ha caído bajo el peso de esa misma ley, que es la salvaguardia de la sociedad y el amparo de los ciudadanos honrados.
Puesto que la actualidad pasa tan aprisa, nos vamos a limitar a hacer un relato sintético de lo ocurrido, prescindiendo de literatura y dando detalles recogidos de informes veraces, que contradicen algunas referencias publicadas en la Prensa diaria.
ANTECEDENTES DE
: : «EL ALMIREZ» :
El protagonista de esta historia se llama Antonio Fernández del Pozo, tiene 32 años, es natural de Mollina y de estado soltero. Es bajo de estatura y de complexión débil e insignificante presencia. Cuando fué capturado vestía traje azul de mecánico y gorra negra.
Este individuo, que ya había sufrido una condena de dos meses por robo, tomó parte, al parecer, en otros hurtos, siendo sorprendido por la Guardia Civil cuando en unión de otros individuos asaltaba la finca llamada «Chinchilla», próxima a Bobadilla, y propiedad de los señores Moreno R. de Arellano. La Benemérita disparó contra los asaltantes, dando muerte al llamado Baldomero Alvarez Rodríguez (a) el Copao, y el Fernández del Pozo cayó al suelo accidentado, siendo detenido y después de sometido a proceso fué puesto en libertad provisional y condenado en rebeldía a seis meses. Por otro suceso de agresión a la fuerza armada, fué condenado a dos años, pero «El Almirez» desapareció declarándosele en rebeldía, por cuya motivo andaba fugitivo.
En Agosto de 1933, dicho individuo salió al paso del vecino de Humilladero don Jesús Casero Ramírez, y amenazándole con una escopeta le exigió la entrega de diez mil pesetas, conformándose con las mil que aquél llevaba y quitándole una pistola. El mismo propietario recibió después algunos anónimos; que se supusieron enviados por el autor del anterior atraco. De otro robo fué acusado «El Almirez», pues en unión de otro individuo penetró en la noche del 18 de Diciembre de dicho año en el domicilio de Valeriano García, en Los Carvajales, y en ausencia de éste exigió a su mujer la entrega de 20.000 pesetas, pero hubieron de contentarse con 25 que solamente tenía aquélla.
Por último, en Enero del pasado año también cometió otro atraco cerca de Humilladero.
LA ULTIMA ANDANZA
: : DE «EL ALMIREZ»: :
Noticiosa la Guardia Civil de que el facineroso merodeaba por la sierra de la Camorra, venía haciendo pesquisas y siguiéndole los pasos de cerca, hasta el punto de que el día 7 del actual, cuando el sargento primero, comandante del puesto de Mollina, don Raimundo Pérez Merino, acompañado del guardia segundo don Antonio Gómez Carmona, se aproximaban a la cueva de los Porqueros, fueron agredidos por «El Almirez», que desapareció después de contestarle "aquéllos con algunos disparos.
En virtud de este suceso, se concentraron algunas fuerzas en Mollina, y al mando del jefe de la línea, teniente don Luis Muñoz Muraga, dieron batidas para estrechar el cerco del bandido, que por confidencias sabíase que se encontraba refugiado en las cuevas de dicha sierra.
La última batida, ordenada por el «capitán de la cuarta compañía don Domingo García Poveda, dió el resultado que se pretendía, no sin que el criminal convirtiera en drama su captura.
LA MUERTE DEL GUAR
: : : DIA PENDÓN : : :
Próximamente a las ocho de la mañana del sábado 19, los guardias del puesto de Alameda don Antonio Heredia Martin, don José Pendón Pastor y don Diego García Morente avanzaron hacia una altura de la sierra de la Camorra, en la que hay una hondonada o sima, a cuyo fondo se abre la entrada de la llamada cueva del Acebuche. El guardia señor Pendón se adelantó a sus compañeros sin escuchar las palabras de prudencia de éstos, para explorar la única entrada de la cueva, y al avanzar hacia ella recibió dos disparos que le hicieron caer, profiriendo algunas exclamaciones. Los compañeros del infortunado guardia oyeron otros disparos, que según se ha comprobado hizo aquél antes de caer o ya en el suelo, y a su vez descargaron sus fusiles aunque no podían hacer blanco sin exponerse a sufrir la misma suerte que aquél, pues «El Almirez» dijo que lo mismo haría con los que se acercaran a su escondrijo.
Al oírse estas detonaciones, acudieron inmediatamente a aquella altura los señores capitán y teniente mencionados con las fuerzas que daban la batida, ordenando aquél lo conveniente para evitarla huida del criminal. Este fué invitado a entregarse, a lo que se negaba diciendo que tenía comida para tres días. Le pidieron también que dejara sacar al guardia muerto o que le tirarían una cuerda para que lo atara y sacarlo desde fuera, y tampoco lo consintió.
El señor García Poveda comunicó inmediatamente a Málaga lo sucedido, pidiendo el envío de bombas de gases para obligar a salir al foragido. (sic) Sobre las cuatro de la tarde, el teniente coronel don Aquilino Porras, se personó en el lugar del suceso con más fuerzas que llevaban bombas explosivas, de las cuales se tiraron cinco para agrandar la entrada de la cueva, ya que como se comprenderá no podía pretenderse más que amedrentar al que en ella se había refugiado. Este hizo algunos disparos sueltos durante las horas que permaneció oculto.
LA ENTREGA DEL CRIMINAL
Las fuerzas que vigilaban la cueva se turnaron durante la noche, soportando las inclemencias del tiempo, pues sobrevino hasta una persistente nevada. A las siete de la mañana del domingo estando de turno el teniente don Bernardo Gómez Arroyo, se presentó en el lugar el médico de Mollina don Cristóbal Medina, quien obsequió a los guardias con un desayuno. Este señor se ofreció a hablar con «El Almirez» a quien conocía y el cual le estaba agradecido por algunos favores. Al efecto se le dió a conocer y le invitó a entregarse prometiéndole que nada le sucedería. Convencido aquél al fin, arrojó las armas que tenía en su poder y de dos saltos salió del escondrijo, abrazándose al médico, siendo entonces esposado por el señor Gómez Arroyo y conducido a la cárcel de Mollina.
Algunos guardias descendieron entonces a la cueva, a cuya entrada se hallaba el cadáver de su infortunado compañero, cuyo fusil presentaba señales de haber sido disparado. También recogieron la escopeta y la pistola del agresor, ambas cargadas, una caja de municiones vacía y un saquito con 25 cartuchos.
TRASLADO DEL GUARDIA
: : MUERTO A MALAGA :;
El infortunado guardia don José Pendón Pastor tenía 24 años de edad, era soltero, natural de Algarrobo y actualmente pertenecía al puesto de Alameda. En los pasados sucesos de Teba fué herido de dos disparos en la cara, estando propuesto para recompensa. Es hijo de un guardia retirado y tiene otros dos hermanos en el benemérito Cuerpo.
Su cadáver, que según la autopsia presentaba seis disparos, fué trasladado el lunes a Málaga, en un coche ambulancia. El pueblo entero de Alameda se sumó a la manifestación de pésame, acompañando hasta la carretera al expresado coche.
Al entrar éste en Antequera, el capitán señor García Poveda, con todos sus subordinados francos de servicio, siguieron al vehículo con objeto de tributar el último homenaje al infortunado guardia acompañando sus restos mortales hasta la Puerta de Granada. Al llegar a la calle General Ríos, el clero parroquial de San Sebastián, que regresaba del entierro de don Juan Alvarez, rezó un responso y poniéndose en cabeza de la comitiva, a la que se unió la mayoría de las personas que habían asistido a aquél fué acompañado el coche ambulancia hasta la salida de la población. El improvisado acto fúnebre, resultó una imponente manifestación de duelo.
¿«EL ALMIREZ», CONDENADO
:::::: A MUERTE? ::::::
Para no alargar más esta información, que habría de seguir en esto la dada con más amplitud por los colegas malagueños, sólo diremos que el criminal ha sido juzgado en Consejo sumarísimo, celebrado el jueves en la capital de nuestra provincia, y que la sentencia pasó inmediatamente a conocimiento de la Auditoría militar de la segunda División.
Se supone que la sentencia propone la pena de muerte para el reo, pero ésta no podrá ser aplicada hasta que dé su conformidad can aquélla la Sala Sexta del Tribunal Supremo, y en su caso, se denieguen las peticiones de indulto.
EL DRAMATICO SUCESO DE LA CAMORRA
«El Almirez», autor de la muerte de un guardia civil, fué capturado el domingo. Por la Prensa diaria tienen noticia nuestros lectores del suceso desarrollado en la sierra de la Camorra, y del que sólo pudimos anticipar breve nota de última hora en el número anterior. Nuestros colegas de Málaga se han encargado de divulgar por toda España los detalles de la persecución y captura de «El Almirez», dando a éste rango de bandido de leyenda y haciendo del dramático suceso un episodio más del famoso bandolerismo andaluz, cuyo último protagonista, el sobrino de Flores Arocha, campea como un fantasma inapresable por la serranía de Ronda.
Se sigue así explotando la leyenda romántica de Andalucía, como si no fueran más terroríficos y sangrientos otros de los muchos sucesos que en nuestros días conmueven al mundo y que en España con tan triste frecuencia se vienen sucediendo. No nos extrañe, pues, que luego vengan los ingleses esperanzados en que les asalte una cuadrilla de bandidos con patillas de boca de hacha y trabuco naranjero.
Pero si lo que se pretende con estos desbordamientos de la fantasía es el fomento del turismo; hemos de lamentar sinceramente que, aparte de otras deficiencias de información, nuestros queridos compañeros malagueños hayan trabucado nombres con detrimento de la geografía local, perdiéndose la ocasión de dar y conocer al turismo internacional, el nombre de la sierra de la Camorra, que merece ser famosa por sus notables cuevas, especialmente la de los Organos, en cuyas profundidades el agua cae de las estalactitas a las estalagmitas produciendo armónicas sonoridades.
También es lamentable que de «El Almirez», como no hace muchos meses de "El Chirri", se pretenda hacer un bandolero famoso, por cuanto ello puede despertar en la imaginación de algunos desgraciados estímulos de emulación promotores de otros episodios dramáticos.
Por el contrario, de lo ocurrido debe desprenderse la lección de que la benemérita Guardia Civil no dejaría campar por sus respetos a ningún facineroso que tratara de perturbar la tranquilidad de los campos andaluces. Un vulgar merodeador como «El Almirez» podrá, por sorpresa, causar una víctima en la fuerza pública, pero pronto cae en poder de la Justicia. En este caso, como en tantos otros, la Guardia Civil ha pagado su tributo de sangre en defensa de la sociedad y velando por el orden público y el prestigio de la autoridad.
El heroico guardia don José Pendón Pastor ha sido víctima de su arrojo, y de un deber cumplido hasta el máximo por el que no ha mucho tiempo, en el pasado Octubre, al intervenir en los sucesos de Teba, dió también su sangre y estuvo a punto de perder la visión. ¡Loor al héroe y al Instituto que llevará su nombre al cuadro de honor de sus individuos muertos en holocausto del deber!
Para el desgraciado que puso fin a la vida de aquél, hemos de tener palabras de condenación porque con e! hecho comentado culminó la serie de delitos por los que andaba perseguido por la Justicia; pero también, como cristianos, hemos de expresar nuestra conmiseración hacia el que, quién sabe por qué circunstancia, se puso al margen de la ley y ha caído bajo el peso de esa misma ley, que es la salvaguardia de la sociedad y el amparo de los ciudadanos honrados.
Puesto que la actualidad pasa tan aprisa, nos vamos a limitar a hacer un relato sintético de lo ocurrido, prescindiendo de literatura y dando detalles recogidos de informes veraces, que contradicen algunas referencias publicadas en la Prensa diaria.
ANTECEDENTES DE
: : «EL ALMIREZ» :
El protagonista de esta historia se llama Antonio Fernández del Pozo, tiene 32 años, es natural de Mollina y de estado soltero. Es bajo de estatura y de complexión débil e insignificante presencia. Cuando fué capturado vestía traje azul de mecánico y gorra negra.
Este individuo, que ya había sufrido una condena de dos meses por robo, tomó parte, al parecer, en otros hurtos, siendo sorprendido por la Guardia Civil cuando en unión de otros individuos asaltaba la finca llamada «Chinchilla», próxima a Bobadilla, y propiedad de los señores Moreno R. de Arellano. La Benemérita disparó contra los asaltantes, dando muerte al llamado Baldomero Alvarez Rodríguez (a) el Copao, y el Fernández del Pozo cayó al suelo accidentado, siendo detenido y después de sometido a proceso fué puesto en libertad provisional y condenado en rebeldía a seis meses. Por otro suceso de agresión a la fuerza armada, fué condenado a dos años, pero «El Almirez» desapareció declarándosele en rebeldía, por cuya motivo andaba fugitivo.
En Agosto de 1933, dicho individuo salió al paso del vecino de Humilladero don Jesús Casero Ramírez, y amenazándole con una escopeta le exigió la entrega de diez mil pesetas, conformándose con las mil que aquél llevaba y quitándole una pistola. El mismo propietario recibió después algunos anónimos; que se supusieron enviados por el autor del anterior atraco. De otro robo fué acusado «El Almirez», pues en unión de otro individuo penetró en la noche del 18 de Diciembre de dicho año en el domicilio de Valeriano García, en Los Carvajales, y en ausencia de éste exigió a su mujer la entrega de 20.000 pesetas, pero hubieron de contentarse con 25 que solamente tenía aquélla.
Por último, en Enero del pasado año también cometió otro atraco cerca de Humilladero.
LA ULTIMA ANDANZA
: : DE «EL ALMIREZ»: :
Noticiosa la Guardia Civil de que el facineroso merodeaba por la sierra de la Camorra, venía haciendo pesquisas y siguiéndole los pasos de cerca, hasta el punto de que el día 7 del actual, cuando el sargento primero, comandante del puesto de Mollina, don Raimundo Pérez Merino, acompañado del guardia segundo don Antonio Gómez Carmona, se aproximaban a la cueva de los Porqueros, fueron agredidos por «El Almirez», que desapareció después de contestarle "aquéllos con algunos disparos.
En virtud de este suceso, se concentraron algunas fuerzas en Mollina, y al mando del jefe de la línea, teniente don Luis Muñoz Muraga, dieron batidas para estrechar el cerco del bandido, que por confidencias sabíase que se encontraba refugiado en las cuevas de dicha sierra.
La última batida, ordenada por el «capitán de la cuarta compañía don Domingo García Poveda, dió el resultado que se pretendía, no sin que el criminal convirtiera en drama su captura.
LA MUERTE DEL GUAR
: : : DIA PENDÓN : : :
Próximamente a las ocho de la mañana del sábado 19, los guardias del puesto de Alameda don Antonio Heredia Martin, don José Pendón Pastor y don Diego García Morente avanzaron hacia una altura de la sierra de la Camorra, en la que hay una hondonada o sima, a cuyo fondo se abre la entrada de la llamada cueva del Acebuche. El guardia señor Pendón se adelantó a sus compañeros sin escuchar las palabras de prudencia de éstos, para explorar la única entrada de la cueva, y al avanzar hacia ella recibió dos disparos que le hicieron caer, profiriendo algunas exclamaciones. Los compañeros del infortunado guardia oyeron otros disparos, que según se ha comprobado hizo aquél antes de caer o ya en el suelo, y a su vez descargaron sus fusiles aunque no podían hacer blanco sin exponerse a sufrir la misma suerte que aquél, pues «El Almirez» dijo que lo mismo haría con los que se acercaran a su escondrijo.
Al oírse estas detonaciones, acudieron inmediatamente a aquella altura los señores capitán y teniente mencionados con las fuerzas que daban la batida, ordenando aquél lo conveniente para evitarla huida del criminal. Este fué invitado a entregarse, a lo que se negaba diciendo que tenía comida para tres días. Le pidieron también que dejara sacar al guardia muerto o que le tirarían una cuerda para que lo atara y sacarlo desde fuera, y tampoco lo consintió.
El señor García Poveda comunicó inmediatamente a Málaga lo sucedido, pidiendo el envío de bombas de gases para obligar a salir al foragido. (sic) Sobre las cuatro de la tarde, el teniente coronel don Aquilino Porras, se personó en el lugar del suceso con más fuerzas que llevaban bombas explosivas, de las cuales se tiraron cinco para agrandar la entrada de la cueva, ya que como se comprenderá no podía pretenderse más que amedrentar al que en ella se había refugiado. Este hizo algunos disparos sueltos durante las horas que permaneció oculto.
LA ENTREGA DEL CRIMINAL
Las fuerzas que vigilaban la cueva se turnaron durante la noche, soportando las inclemencias del tiempo, pues sobrevino hasta una persistente nevada. A las siete de la mañana del domingo estando de turno el teniente don Bernardo Gómez Arroyo, se presentó en el lugar el médico de Mollina don Cristóbal Medina, quien obsequió a los guardias con un desayuno. Este señor se ofreció a hablar con «El Almirez» a quien conocía y el cual le estaba agradecido por algunos favores. Al efecto se le dió a conocer y le invitó a entregarse prometiéndole que nada le sucedería. Convencido aquél al fin, arrojó las armas que tenía en su poder y de dos saltos salió del escondrijo, abrazándose al médico, siendo entonces esposado por el señor Gómez Arroyo y conducido a la cárcel de Mollina.
Algunos guardias descendieron entonces a la cueva, a cuya entrada se hallaba el cadáver de su infortunado compañero, cuyo fusil presentaba señales de haber sido disparado. También recogieron la escopeta y la pistola del agresor, ambas cargadas, una caja de municiones vacía y un saquito con 25 cartuchos.
TRASLADO DEL GUARDIA
: : MUERTO A MALAGA :;
El infortunado guardia don José Pendón Pastor tenía 24 años de edad, era soltero, natural de Algarrobo y actualmente pertenecía al puesto de Alameda. En los pasados sucesos de Teba fué herido de dos disparos en la cara, estando propuesto para recompensa. Es hijo de un guardia retirado y tiene otros dos hermanos en el benemérito Cuerpo.
Su cadáver, que según la autopsia presentaba seis disparos, fué trasladado el lunes a Málaga, en un coche ambulancia. El pueblo entero de Alameda se sumó a la manifestación de pésame, acompañando hasta la carretera al expresado coche.
Al entrar éste en Antequera, el capitán señor García Poveda, con todos sus subordinados francos de servicio, siguieron al vehículo con objeto de tributar el último homenaje al infortunado guardia acompañando sus restos mortales hasta la Puerta de Granada. Al llegar a la calle General Ríos, el clero parroquial de San Sebastián, que regresaba del entierro de don Juan Alvarez, rezó un responso y poniéndose en cabeza de la comitiva, a la que se unió la mayoría de las personas que habían asistido a aquél fué acompañado el coche ambulancia hasta la salida de la población. El improvisado acto fúnebre, resultó una imponente manifestación de duelo.
¿«EL ALMIREZ», CONDENADO
:::::: A MUERTE? ::::::
Para no alargar más esta información, que habría de seguir en esto la dada con más amplitud por los colegas malagueños, sólo diremos que el criminal ha sido juzgado en Consejo sumarísimo, celebrado el jueves en la capital de nuestra provincia, y que la sentencia pasó inmediatamente a conocimiento de la Auditoría militar de la segunda División.
Se supone que la sentencia propone la pena de muerte para el reo, pero ésta no podrá ser aplicada hasta que dé su conformidad can aquélla la Sala Sexta del Tribunal Supremo, y en su caso, se denieguen las peticiones de indulto.
Tampoco esta crónica dejaba de tener su errata al señalar a Jesús Casero como vecino del Humilladero.
El Sol de Antequera se posiciona claramente con sus colegas medios conservadores.
El tono de la crónica así lo manifiesta. Por otro lado hacer notar la tardanza en recibir noticias de este semanario ya que la noticia de la sentencia se sabía por la prensa nacional del día anterior como ya se vio en este blog.
Aparte de este semanario informaron este día sobre el Almirez ABC, La Voz, Ahora y La Crónica, de Madrid. Estos dos últimos con fotos y que saldrán en este blog en las siguientes publicaciones.
De provincias: Crónica Meridional, de Almería; Diario de Almería; El Cantábrico, de Santander; El Progreso, de Lugo; La Cruz; La Independencia y La Voz de Aragón.
Continúa en https://lopez29532mollina.blogspot.com/2018/07/almirez-xv-informacion-grafica.html
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