IGLESIA PARROQUIAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA OLIVA. RESEÑA HISTÓRICA Y DESCRIPCIÓN ARTÍSTICA.




Trabajo realizado en diciembre de 1990. Inédito en papel, publicado en blog el 2 de febrero de 2018.

En 2006 la Fundación José Manuel Lara editó la Guía Artística de Málaga y Provincia. Ya sacaremos otro día las páginas referidas a Mollina que son interesantes a pesar de los errores publicados.

El plano está tomado del Inventario Artístico de Málaga y su Provincia. Ministerio de Cultura, 1985.


LA IGLESIA PARROQUIAL 

DE NUESTRA SEÑORA

DE LA OLIVA

DE MOLLINA.

RESEÑA HISTÓRICA Y DESCRIPCIÓN ARTÍSTICA.
Antonio García López
Mollina, diciembre de 1990



            La parroquialidad de Mollina comienza poco después del reparto de tierras del Cortijo de la Ciudad que lleva a cabo el Cabildo de la Ciudad de Antequera en 1575. En efecto, en 1582 comienzan los libros de bautismo de la Parroquia de Mollina.

Del edificio que servía como sede de esta Parroquia tenemos noticias en García de Yegros (1) a fines del siglo XVII:

 ...su Iglesia Parroquial, cuyo templo es de una nave, con dos puertas, una al Mediodía, que llaman puerta del Sol, y otra al Poniente. En el altar mayor está el Sagrario del Santísimo, en donde se administra a los fieles. En el plan de la Iglesia hay dos nichos colaterales: en el del Evangelio está Jesús Nazareno y Ntra. Sra. de las Angustias, el cual es entierro de los Morentes. En el de la Epístola está S. Francisco, y es entierro de Baltasar de los Reyes y sus herederos, y de D. Alberto de Medina. El altar y nicho que está inmediato al de Jesús Nazareno es de Ntra. Señora del Rosario y sus cofrades. En otro altar está el Santo Cristo de las Penas, y está allí sita la Hermandad de las Ánimas del Purgatorio. En otro, que está junto a la puerta principal, está sita la Cofradía del Santísimo Sacramento, con las mismas indulgencias que las Cofradías de Antequera. Sirven en la Parroquia dos curas y un sacristán.


            La actual iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Oliva se edificó en 1687 –ya con dos naves- como consta en una lápida que hay junto al altar mayor. En 1711 la fábrica se encontraba en buen estado (2) y en 1720 se vuelve a ampliar la iglesia al edificarse la Capilla de las Ánimas: En 1720 los curas de Mollina piden licencia para bendecir la capilla de las Ánimas que se ha hecho nueva y colocar en ella el Santísimo Sacramento para que sirva de comulgatorio y se le dió comisión para ello arreglándose al ceremonial romano. (3)

Fue la imagen de la Virgen de la Oliva, regalada por Fray Alonso de Santo Tomás en 1687, la que cambió la dedicación de la iglesia que en un principio tenía por titular a San Cayetano (4). De este obispo queda como recuerdo el escudo episcopal colocado en el altar mayor, lado de la Epístola.


            Posteriormente se arruinó, pues por Real Orden de primero de mayo de 1896 se ordenó un reconocimiento que determinó se encontraba en ruina gran parte de la cubierta, el arco del presbiterio y los muros colindantes. Como la iglesia era pequeña, se había construido hacía pocos años, con limosnas, un colgadizo y muro lateral y acopiado la losa de piedra arenisca para el solado de la capilla. Las obras fueron proyectadas por Rivera Valentín y consistieron en la reparación de las partes ruinosas, sustituir por pilares de ladrillo el muro lateral y solado del templo (5).

            Esta reparación queda consignada también en la lápida citada: Esta Iglesia se edificó el año de 1687 y se reedificó a expensas del que fue su párroco hoy Obispo de la Diócesis el Exmo. e Ilmo. Sr. D. Juan Muñoz Herrera. Año de 1897.

            Del informe y plano del arquitecto se deduce que la iglesia primitiva debía tener dos naves ampliándose la del lado de la Epístola a finales del siglo XIX (6). La necesidad de la construcción de esta nueva nave ya se vio en 1860, cuando la ermita de Santa Bárbara en el Barrio Alto se había derruido (7). Hoy sabemos que esa ampliación se llevó a cabo a principios del siglo XX con fondos donados por doña Ascensión Granados Blázquez. (8)

            La iglesia presenta en la actualidad tres naves, la central cubierta con armadura de tirantes ya muy tardía, separada de las laterales por arcos de medio punto sobre pilares octogonales, alzándose coro de madera a los pies. Un arco triunfal de medio punto sobre pilares cruciformes da paso al presbiterio de planta rectangular, muy angosto, cubierto con bóveda de medio cañón, transversal al eje de la iglesia, con fajones sobre placas, cruzándose en el tramo central con otro cañón que determina en éste una bóveda de arista. A él se abre un camarín de planta octogonal con pilastras en los ángulos cubierto con bóveda semiesférica de gruesos nervios. Bajo éste y tras la cabecera una sacristía rectangular en la que se repite la cubierta del presbiterio.

            Las naves laterales también rematan por la cabecera en sendos camarines, semiesférico el del lado del Evangelio y ultrasemicircular el de la Epístola. Estas naves se estructuran en tramos cuadrados cubiertos con bóveda de arista, separados por fajones sobre placas recortadas.

            A los penúltimos tramos de la nave del Evangelio se abren dos capillas cuadradas cubiertas con bóveda semiesférica sobre pechinas decoradas con yeserías y segmentadas por ocho nervios con decoración naturalista colgante que surgen de un medallón central. Están dedicadas a la Virgen Dolorosa y a Jesús del Dulce Nombre y es su dedicación la que determina el cambio en la decoración, pues la simbología respectiva se plasma en medallones ovales apoyados o coronados por veneras entre acantos carnosos de plasticidad semejante a los del camarín del convento de la Victoria de Málaga. Estas yeserías del círculo antequerano pueden fecharse en el primer cuarto del siglo XVIII.
            En una de estas capillas –la bautismal- hay una buena pila de taza gallonada de caliza roja del Torcal del siglo XVIII.

            En el exterior la fachada de los pies fue restaurada hacia mediados de los años setenta con una espadaña “babilónica” que desdice ampliamente de sus rasgos primitivos (9).


    NOTAS

1)      García de Yegros. Historia de la Antigüedad y nobleza de la Ciudad de Antequera en la Provincia de Andalucía. Manuscrito original de 1695. Copia manuscrita de 1713 y edición impresa de 1915-1920.

2)      Archivo Parroquial de Mollina en el Diocesano de Málaga. Libro de cuentas, s/fol.

3)      Archivo Catedral de Málaga. Actas Capitulares, libro 42, fol. 38.

4)      Antonio García López. La Mollina del último tercio del siglo XVIII. Mollina, 1990. Recoge la transcripción del artículo “Mollina” en el suplemento al “Diccionario Geográphico Malacitano” de C. de Medina Conde, 1772-1773, conservado en el Archivo Municipal de Málaga.

5)      Archivo Temboury. Citado por Rosario Camacho Martínez en “Málaga Barroca. Arquitectura religiosa de los siglos XVII y XVIII.” Universidad de Málaga. Delegación en Málaga del Colegio de Arquitectos de Andalucía Oriental y Exma. Diputación Provincial de Málaga. Málaga, 1981.

6)      Rosario Camacho Martínez. Obra citada.

7)      Archivo Municipal de Mollina. Actas Capitulares de 13 de mayo de 1860. Hay otras referencias en las actas sobre la construcción de la nave de la Epístola. Así el 9 de agosto de 1885 se abre una suscripción pública a causa de una epidemia de cólera en Antequera, cuyos fondos serían destinados –caso de no haber epidemia en Mollina- para la construcción de esa tercera nave. El 27 de mayo de 1888 se libran 500 ptas. Para el transporte y ayuda a la colocación de la solería regalada por D. Francisco Giménez Bocanegra y por último el 20 de junio de 1897, ante la petición del obispo para la colocación de solería en la iglesia, el Ayuntamiento responde negativamente, al haberse agotado la partida de imprevistos, a causa del paro.

8) Publicado en el Heraldo de Antequera, 24 de mayo de 1914.

9)      La descripción artística está tomada de Rosario Camacho Martínez, obra citada, y del Inventario Artístico de Málaga y su Provincia. Tomo II. Ministerio de Cultura. Dirección General de Bellas Artes. Centro Nacional de Información Artística, Arqueológica y Etnológica. Madrid, 1985.

©López 2018



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