TRAPACERÍAS EN ELECCIONES. 1887

Como muestra de la situación política de la comarca durante el periodo caciquil traigo esta carta de un vecino del Valle de Abdalajís en la que hace mención a Mollina. La publicó El Pabellón Nacional, diario liberal de Madrid,  el dieciséis de marzo de 1887. Dice así:

Hemos recibido el siguiente comunicado, el cual es una página más que puede agregarse al libro en donde se escriba la historia de las pasadas elecciones. El cuadro es curioso y por eso lo reproducimos. Dice así:
Señor Director de EL PABELLÓN NACIONAL-
VALLE DE ABDALAJIS, 12 Marzo de 1877.
Muy Señor mio;
Con el fin de dar á conocer le que han sido las elecciones de diputados provinciales en este partido judicial, que debían ser modelo de legalidad, voy á hacer una reseña muy ligera delo ocurrido, rogando á V. se sirva publicarla en su ilustrado periódico.
Empezaré por decir, que nadie pensaba oponerse en las de ayuntamientos; pero queriendo hacerse alarde de omnipotencia por quien, falto do gratitud y aun de caridad, abrió en este pueblo heridas apenas cicatrizadas, intentaba privar al Excmo. señor conde de los Corbos de la legitima influencia que tenia en él, como dueño de nueve décimas partes de su término., Este señor, lleno de justa indignación, abandonó sú casa de Sevilla, y tan luego como el dia cuatro de Febrero llegó á ésta, deshizo aquellos proyectos, reanudó la paz y triunfó su candidatura.
Aunque en Mollina se pretendió hacer esto, porque sobraban elementos, no pudo realizarse por el lujo de arbitrariedades que el alcalde desplegó exigiendo á sus contrarios la cédula de vecindad y cl recibo de haber pagado la contribución, resultando votadas personas ausentes, teniendo paisanos armados á la puerta del Colegio y dentro á forasteros que no eran electores ni contribuyentes, con otros hechos más ilegales.
Todo esto y la bandera de oposición levantada por dicho Excmo. señor conde, bajo el lema de legalidad electoral y union local, dió lugar á que la opinion pública pretendiera librarse de la presión politicamente descolorida, que desde hace años viene sufriendo, y demostró el propósito de apoyar como candidatos independientes, á los señores D. Fernando Moreno y don Miguel Gomez  Quintero, contra los ministeriales señores D. Antonio Vilan y D. Antonio Palma.
No bien se hizo pública la candidatura de oposicion, cuando la autoridad local de Antequera empezó á poner en práctica actos que antes de ser ministerial, tanto y tantísimo había censurado. Se pusieron parejas de municipales a vigilar las casas y personas de los candidatos. y de varios influyentes, con el fin quizá de aterrar a las señoras que no han podido olvidar las prisiones, palizas y demás actos, de épocas anteriores. Se llamaban de dia y de noche, ya tarde, por medio de aquellos agentes a los electores, , á quienes se les exigía el voto con la fórmula acostumbrada. Se invadían ciertos cafés á determinadas hora, y se registraba á los concurrentes, quedando otros establecimientos libres de estas visitas. Se habían formado las listas electorales por los últimos amillaramientos, pero dándole á los electores el domicilio de antiguos padrones; no se repartían las cédulas, y por último, se decía estaba ya organizada cierta partida.
Ante tales hechos y otros que no pueden referirse, los candidatos de oposición, que no se habían coaligado con ningún partido politico, pues con los elementos conservadores y algunos amigos particulares tenian asegurado su triunfo, se presentaron al alcalde en demanda de legalidad y de garantia personal para los electores, y no salieron satisfechos de las respuestas que les dio. Como las distancias se estrechaban y no querían crear conflictos, se convino en que una comisión compuesta de los señores marqueses de Cela y de San Martin y del abogado y ex-alcalde D. Francisco Aranda conferenciase con los candidatos oficiales, como se llamaban, para conocer sus pensamientos y propósitos electorales y salieron igualmente mal impresionados.
Era el primero de Marzo y las cédulas no se repartían en Antequera; se conocía el trabajo de suplantar muchísimos electores de aquell campo, que eran desconocidos por vivir en Campillos, Cuevas, Colmenar, Casabermeja  y demás pueblos limítrofes, y por último se adquirió la evidencia de que no habría libertad electoral; por lo que se retiraron los candidatos de oposición, sin poder dar el oportuno manifiesto, porque no habia quien se prestara á imprimirlo.
Como el Sr. conde de los Corbos quería demostrar de una manera palmaria la verdad de su bandera y con ella derrotar las influencias oficiales en el distrito de Antequera, se desentendió de la retirada de su candidato el Sr. Quintero, cuidó de que en esta villa se repartiesen las cédulas oportuna y concienzudamente y concedió al elemento oficial un secretario escrutador.
Se verificaron las elecciones con la legalidad hace muchos años desconocida, ofreciendo un resultado verdad de 494 votos para el candidato de la oposición, 100 para el ministerial y absteniéndose 51 por estar ausentes, enfermos ó muertos. Con esto ha dado el señor conde de los Corbos una lección bastante amarga á determinadas personas, y ocasión á que no pocos se ruboricen cuando recuerden lo ocurrido en los demás colegios.
En Antequera sé repartieron algunas cédulas tan luego como el dia primero se supo la retirada de la oposición, sucediendo lo mismo en los otros pueblos, aumentándose en Mollina los alardes de coacciones hasta el extremo de que el dia dos á las diez de la noche el alcalde con la Guardia civil de Málaga, registrasen la casa de D. Juan Sanchez, aperador de la labor del señor Quintero, según se observó, en busca de éste, porque no creían verdadera la retirada y habia que cumplir las órdenes .de la persona que acompañada de guardas rurales del municipio de Antequera distrayéndolos de su obligación, recorría los pueblos, imponiendo terror. 
 El tiempo los ha convencido de su error, encontrándose sorprendidos con la verdad... electoral de que el Sr. Palma era tan popular, ó sus agentes y protectores tan fervorosos, que los electores que vivían á muchas leguas de Antequera, siendo vecinos de otros pueblos y sin afecciones particulares, se vinieron tan cxpontanea como invisiblemente, dando el maravilloso. ejemplo, según El Avisador Malagueño y otros datos, de habar votado en el distrito 41 electores más de los que resultaban del censo; y eso que los constitucionales y demócratas y muchos independientes hacen alarde de su retraimiento. Es decir, quo votó expontáneamente todo el cuerpo electoral, sin excepción de retraídos, dé muertos, enfermos y ausentes. Esto es divino, señor director, y debo estar muy orgulloso el diputado oficial por haber conseguido lo que ningún otro. He aquí una verdadera y legitima representación del distrito, nacida de los procedimientos é influencias que se han trasplantado integras desde 1872 á 1877; porque, como dice cierto personaje, «el que tiene el pandero lo toca.»
De los demas pueblos, también habia que decir; pero me limitaré á expresar qué en uno de ellos, de triste historia por cierto, se quería imponer de alcalde á un procesado por delito no comun. Como no soy perito en esta clase de comunicados, y no entiendo lo que es la legislación actual de imprenta, queda V. autorizado para suprimir ó, reformar lo qué crea digno de ello.-•





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