CRIMINAL DE PASO POR MOLLINA. 1908





El lunes dieciocho de mayo de 1908 traía El Imparcial la siguiente noticia:

La pista de un crimen.

 Antequera 17.-Es grandísima la ansiedad de la población ante las infructuosas pesquisas de la policía para hallar á los autores del bárbaro crimen cometido en la histórica cueva de Menga.

Las autoridades que trabajan sin descanso, han encontrado una pista.

El criminal sostuvo con el infeliz niño Antonio Mora cruel lucha, y después de fracturarle en ella las muñecas, le colgó del árbol próximo á la cueva de Menga.

El criminal se apoderó de la harina y de la mula que el niño montaba, dirigiéndose á Mollina, pueblo de este partido; allí vendió la harina y manifestó que venía á Antequera á curarse una herida que se había causado en un brazo al caerse de una caballería.

Compró diez céntimos de queso en este pueblo y se dirigió á Archidona.

Las señas de este individuo y de la mula que montaba coinciden con las que han dado los transeúntes que encontraron al niño á dos kilómetros de Antequera cabalgando sobre la mula y conversando con el individuo sospechoso que asía por la cola a la caballería.

La pista parece segura. Para la persecución del asesino ha llegado el teniente coronel de la Guardia civil Sr. Arranz.



Casi con las mismas palabras da la noticia el mismo día El Liberal:

LA PISTA DE UN CRIMEN

UN NIÑO AHORCADO

 (POR TELEGRAFO)

Antequera 17 (8-50 n.).

Acaba de descubrirse una pista importante para hallar al autor de la muerte del niño Antonio Mora.

Una vez ahorcado éste en un árbol próximo á la histórica cueva de Menga, después de la repugnante lucha demostrada por a fractura de ambas muñecas que presenta la víctima, apoderóse el criminal de la mula que montaba la infortunada criatura, y con la bestia y con la carga de harina que el infeliz tenía que vender en esta ciudad, dirigióse al pueblo de Mollina.

Allí vendió la harina y dijo que venía á Antequera para curarse de un golpe sufrido en un brazo por haberle tirado la mula que montaba, y después de comprar diez céntimos de queso, se dirigió á Archidona.

En persecución del criminal ha llegado á esta ha llegado á esta el teniente coronel de la Guardia civil, Sr. Arránz. C.

El Heraldo de Madrid publica la noticia con idéntico contenido al de El Imparcial ese mismo día.

El País del veintisiete de junio de 1908 da noticia sobre el apresamiento de los criminales:

Ecos de provincias

 ANTEQUERA

Los asesinos del niño, captarados. -Detalles de interés.—EI colmo del cinismo.

Merced á las gestiones practicadas por el celoso sargento de la Guardia civil D. Andrés Jiménez Valverde, han ingresado en la cárcel convictos y confesos los asesinos del niño Antonio Mora Bergoña, crimen cometido el 14 de Mayo último y del que di cuenta en este ilustrado periódico.

 Conocidas eran las señas del que vendió la harina en el inmediato pueblo de Mollina, pues los que lo vieron y trataron, advirtieron tenía una mano tapujada con el pañuelo, dejando al descubierto tan sólo los dedos pulgar é índice, que coincidían con las señas de un sujeto que en el mes de Marzo estuvo en ésta con dos cerdos robados. Por una confidencia se supo, pero al ir á echarle mano, el pájaro voló.

Sobre esta pista, el referido sargento hizo indicaciones al de Archidona, dando por resultado la aprehención del criminal, que al ir á detenerle salió corriendo, refugiándose en la Iglesia, de donde lo sacó el sacristán cuando estaba escondido en un confesionario, ingresando en la cárcel de esta, negando el delito que se le imputaba

 AI tercer día de estar preso, ó sea el 22 de este, llamó al juez para declarar la verdad. Dijo llamarse Antonio Luque Casado y que en unión de Francisco Díaz Olivares convinieron en robar la mula y la harina al niño Mora, y en la mañana del 14 de Mayo se vinieron en pos del niño, adelantándose el Olivares hasta las proximidades de Antequera, escondiéndose en el trigo donde le dió muerte.

 El se incorporó al niño, acompañándolo, y al llegar al sitio donde el Tuerto Olivares estaba oculto, salió éste echándole al niño la chaqueta por la cabeza y tapándole la boca con un pañuelo, llevándoselo debajo del olivo donde tan cruel muerte le dió.

 Mientras él se fué con la mula y la carga á Mollina, donde vendió  la harina, viéndose otra vez en el sitio convenido, Cacería de los Almendros, á tres kilómetros de esta, y al preguntarle Luque Casado si había dejado bien amarrado al niño, contestó el Díaz Olivares:

—Más que amarrao está.

 —¿Lo has matado?—preguntó Luque

. —Sí, porque me conoció —respondió el Tuerto.

De allí se fueron á Loja, donde á cambio de una burra y nueve duros, enajenaron la mula, quedándose el Luque con el producto de la harina y el Díaz con los nueve duros y la burra.

 Lo inaudito en estos empedernidos criminales, está en que cuando el padre del niño vinieron á Antequera á dar parte y á buscar á su hijo y sobrino, el Francisco Díaz Olivares los acompañó y buscó al niño por las cercanías y parajes del ruedo donde se suponía podría estar, y prodigaba al padre y tío palabras de consuelo, hasta que ya desesperanzados, dejaron de indagar.

Al tercer día díjoles el Tuerto Olivares «vamos á dar otra vueltecita», y como él sabía dónde estaba, fingiendo sorpresa, los llamó para indicarles donde se hallaba el cadáver, desarrollándose una escena indescriptible entre el padre y el tío, mientras el criminal, dando muestras de un cinismo y serenidad espantosa, les consolaba.

 ¡Cuán ajeno estaría el desventurado padre de que quien con tiernas palabras le consolaba era el asesino de su hijo!

Este mal sujeto entró ayer en la cárcel, procedente de Archidona, donde fué capturado á las nueve y media de la mañana.

Niega ser él quien dio muerte al niño, achacándosela al Antonio Luque; sólo se acusa de haberse llevado la mula y la harina, hecho que no es cierto, porque hay siete testigos, entre ellos lo que se quedaron con la harina, que reconocen en Antonio Luque Casado al que vieron con la mula.

 Merece plácemes el sargento D. Andrés Jiménez Valverde por su constancia y celo hasta conseguir dar con los autores de tan horrible crimen, que tan honda sensación causara en este honrado vecindario.—Gaspar del Pozo.

El diario La Época del jueves nueve de julio de 1908 informa sobre la confesión de los asesinos y del reconocimiento –cómo no- del juez y no del sargento. Dice así:

EL CRIMEN DE ANTEQUERA

(DE NUESTRO SERVICIO PARTICULAR)

 Descubrimiento de los autores.—La gestión del juez.

 ANTEQUERA 9.—Se han confesado autores del asesinato del niño Mora los procesados Francisco Díaz Olivares, el Tuerto, y Antonio Luque Casado, el Manquillo.

Francisco Díaz propuso á Antonio Luque robar á un tío de la víctima, que saldría de esta ciudad con dinero, producto de la venta de harinas, conviniendo los dos procesados en que lo emborracharían para después robarle.

 Pero como no se presentó esa ocasión, y se enteraran de que el niño Mora venía con una mula cargada de harina, decidieron hacer con éste lo pensado con aquél, y al efecto lo siguieron desde su salida de Archidona á cierta distancia.

Al llegar á las inmediaciones del sitio del crimen, se le acercó el Tuerto y habló con él hasta que juzgó oportuno dar el golpe, echándole entonces una chaqueta por la cabeza y arrojándolo al suelo.

El infeliz niño comenzó á gritar, y el Tuerto, para evitar que acudiera gente, le anudó una soga al cuello y lo arrastró hasta un sembrado próximo, donde le dió muerte.

 Después se marchó tranquilamente en busca de Antonio Luque, que fué quien se llevó la mula y cargas de harina, para venderlas, como lo efectuó, en Mollina, repartiéndose el producto y marchándose cada uno por un lado.

 El esclarecimiento de este hecho se debe á la actividad y eficacia del juez Sr. Carrasco, y cómo reconocimiento á su meritoria gestión, se ha dirigido al ministro de Gracia y Justicia un despacho pidiendo una justa recompensa para el celoso juez.—S.

En la imagen la noticia en El Liberal del dieciocho de mayo.


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