MÁS ATAQUES A JUAN PALOMO. 1917




Hace unos días vimos cómo las fuerzas conservadoras del pueblo atacaban con fuerza a Juan Palomo –alcalde liberal demócrata que fue- y de cómo este se defendía.

Traemos aquí los coletazos de este rifirrafe.

El diecinueve de agosto de 1917 el Heraldo de Antequera, conservador, sigue con sus ataques a Juan Palomo. En su página dos decía:

HECHO ESCANDALOSO EN MOLLINA

 Publicamos en nuestro anterior número una carta que se nos enviara desde Mollina denunciando un atropello escandaloso, (no le llamaremos más que atropello,) realizado contra los intereses del pueblo vecino, por el ciudadano que ha desempeñado la alcaldía en la célebre etapa de mando de los liberales. La carta contenía cargos concretos y terminantes. Pero, en el transcurso de siete días han ocurrido cosas que prueban la certeza de cuanto denunciaba, aquella carta.

Constituido el Juzgado de Instrucción del partido, en el cementerio de Mollina, ha comprobado, según nos informan desde dicho pueblo, que en las obras en que se ha supuesto por el tal exalcalde que se, han invertido 1.500 ptas., sólo se han gastado, 30 pesetas, o sean, seis duros, o sean ciento veinte reales. ¿Está claro esto?

 Bueno, ahora, veremos si hay hombres que se estimen buenos, que defiendan eso.

En su número 400 de fecha veintitrés de setiembre de 1917 en primera página ataca a distintos alcaldes liberales de la zona. Decía así refiriéndose a Juan Palomo:

Y más cerca aún, tenemos lo sucedido en Mollina. Un fresco alcalde liberal, y tan liberalote, que el día antes de soltar la vara, hace un libramiento por 1.500 ptas., fingiendo una obra en el cementerio, y se ha probado, hasta por el Juzgado de Instrucción, que se han gastado alii, unos seis duros.

Es realmente asqueroso eso, y no se concibe que haya políticos, que a la vez sean hombres decentes  que amparen tales desmanes. Lo podrido debe siempre y por todos rechazarse.

La respuesta  de este aparece  en el periódico La Unión Liberal, también de Antequera y liberal como su cabecera indica el día seis de octubre:

Desde Mollina

Carta abierta

 Sr. director de LA UNIÓN LIBERAL.

Antequera

Respetable amigo y correligionario: Ruego a V. se digne dar cabida en el semanario que con tanto acierto dirige, a las adjuntas cuartillas por las cuales se combaten ciertos conceptos que, como ataques al que suscribe, por su gestión como Alcalde, se contienen en un artículo publicado en el periódico «Heraldo de Antequera». Anticipándole por ello las más expresivas gracias, se repite de V. como siempre, afmo. e incondicional amigo que le saluda y b. 1. m.—JUAN PALOMO.

 Mollina 26 de Septiembre de 1917.

* * *

E l semanario “Heraldo de Antequera” en el número 400 correspondiente al día 23 del actual, contiene un artículo en su fondo bajo el epígrafe «Rasgos de la administración pública en las etapas liberales», en el cual para combatir mi gestión como Alcalde de este pueblo, después de ocuparse de la de otros Alcaldes, que han sido modelo de moralidad administiativa, tanto de este distrito, como del de Archidona-Colmenar «todos malos», según se quiere demostrar, puesto que para el periódico del «grupón» nadie administra con la «acrisolada honradez y caballerosidad» que lo hacen los “suyos” los intereses del municipio; lanza en su desahogo unos cuantos epítetos mal sonantes, poco en armonia con los principios morales que encarnan los lemas: «No injuria ni calumnia y es buzón de las palpitaciones de la opinión pública», «La misión de la prensa culta es pedagógica e imparcial» que encabezan la publicación de que se trata, y que no surten efecto alguno, a faltare razones convincentes que aducir, toda vez que ya quedó desmentido, con hechos no refutados ni contradichos por nadie, con pruebas concluyentes, todo cuanto por el firmante de la carta autorizada con las iniciales A. P. titulada «Cosas escandalosas», se me quería atribuir; en las cuartillas que, en contestación a dicha misiva, que fué inserta en el semanario, se dieron a la publicidad en LA UNIÓN LIBERAL, periódico de su digna dirección, en el número 89, respectivo al día 1.° de este propio mes. ¿No recuerda el autor del artículo de que se ha hecho mérito, de las irregularidades observadas en la administración municipal de esta villa, por don José Díaz Ferrón, en la visita de inspección que como delegado del Excmo. Sr. Gobernador civil de esta provincia, llevó a cabo en el mes de Septiembre de 1916, en que poseían el mando los conservadores? ¿Acaso no recuerda tampoco, el director del periódico de la calle del Infante don Fernando, las responsabilidades deducidas por dicho señor delegado, contra sus correligionarios don Pedro Delgado Llamas, don Juan Sánchez Vegas, don Antonio Ruíz Somosier, don José Morente López, ya difunto, don Juan Reyes Gómez, don Francisco Moreno Parrado, don José Díaz Ruíz, don Juan García Pino, don Antonio Vergara Pérez—a quien tanto bombo da «Heraldo de Antequera» al comunicar la noticia de su elección para el cargo de presidente del comité local del partido liberal-conservador de esta villa,—D. Francisco Ordóñez Alvarez y donjuán García Borrego, Alcalde y concejales, respectivamente, de este Ayuntamiento, en la citada época, así como contra el depositario municipal don Francisco Rubio Fernández y el secretario de la Corporación don Agustín Pérez Muñoz, en los veinte cargos que se le formularon en el expediente gubernativo tramitado al efecto? ¿Es esta quizá, la «moralidad administrativa, modelo de administración de la cosa pública», de que tanto alarde hace en sus afirmaciones «Heraldo de Antequera»? Como la calumnia, esgrimida como arma política, con fines perversos, para difamar y deshonrar a los adversarios, es dignamente rechazada por la opinión pública que, penetrada de la Justicia, castiga con juicio sereno a los infames y rehabilita a los hombres honrados que padecen indignas persecuciones en el terreno de la política, no han logrado los amigos de A. P. adictos del semanario en cuestión, convencer con la campaña difamatoria emprendida contra el que suscribe, a la opinión sana y justa que pisotea a los rastreros reptiles y condena a los que utilizan semejantes medios, por considerarlos impropios de la sociedad culta y sensata en que vivimos. Basta por hoy de nuevos comentarios respecto de la cuestión promovida por los del grupo adicto a los que actualmente rigen los destinos dé este vecindario, sin perjuicio de ocuparme otro dia, en justa defensa a los ataques qué se me dirigen, de la conducta seguida por los que ahora llevan la representación oficial del pueblo, en el cumplimiento de determinados servicios de los que la ley confía a su custodia y muy especialmente de los que atañen a la salud pública, así como a la vigilancia del de pesas y medidas que tienen absolutamente olvidados.

JUAN PALOMO

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