INCENDIO EN TIENDA. 1928
El diario La Voz, de Madrid, del día 7 de setiembre de 1928 traía esta noticia en su apartado de incendios:
EN UNA TIENDA DE COMESTIBLES
MALAGA 7 (4 t.).—En una tienda de comestibles, propiedad de José Rodríguez Hernández, situada en la calle de Romero Robledo, del pueblo de Mollina, se originó un incendio que produjo pérdidas por valor de 20.000 pesetas.
La cifra de pérdidas parece demasiado elevada. Si comparamos, si leemos poco más abajo en este mismo periódico y misma página, con un incendio en Coripe donde ardieron 60 olivos y su pérdida se valoró en 600 pesetas y otro en Marchena con 52 olivos perdidos, valorados en 500 pesetas debemos deducir que la pérdida en la tienda fue, comparativamente hablando, como si se hubieran quemado 200 olivos. Poco creíble.
Al día siguiente era el también madrileño El Sol quien anunciaba el incendio:
En una tienda
MALAGA 7 (3 t.).—En una tienda de comestibles, propiedad de José Rodríguez Hernández, situada en la calle de Romero Robledo, del pueblo de Mollina, se originó un incendio que produjo pérdidas por valor, de 20.000 pesetas.
Vemos cómo excepto el titular el resto es idéntico a La Voz.
También en ese día El Telegrama de Melilla, año XXVII, núm. 10.166 la daba. Suyo es el recorte primero que acompaña este texto.
El Heraldo de Madrid, daba exactamente la misma noticia con esta entradilla: Incendio en una tienda de comestibles.
La Voz, pero de Córdoba, año IX, núm. 3.278 daba la noticia también ese día 8, aunque titulaba almacén en vez de tienda. Suyo es el recorte número 2.
Por último el día 9 era El Sol de Antequera quien traía la noticia con algo de más detalle:
INCENDIO EN MOLLINA
En la noche del lunes último se declaró un incendio en la casa número 43 de la calle Romero Robledo, de Mollina, propiedad de José Rodríguez Fernández, que tenía un establecimiento en dicha finca.
En la casa no había nadie, pues el dueño había marchado a medio día al campo, y su mujer se encontraba en casa de un hijo suyo, visitando a una nieta enferma.
Los trabajos realizados por algunos vecinos, lograron extinguir el fuego a las cuatro horas de iniciado, después de quemarse dos habitaciones de la planta baja y resultando con destrozos el resto de la finca, evaluándose las pérdidas en veinte mil pesetas.
El siniestro parece haber sido casual, ignorándose si se debió a los cables de la luz eléctrica.
EN UNA TIENDA DE COMESTIBLES
MALAGA 7 (4 t.).—En una tienda de comestibles, propiedad de José Rodríguez Hernández, situada en la calle de Romero Robledo, del pueblo de Mollina, se originó un incendio que produjo pérdidas por valor de 20.000 pesetas.
La cifra de pérdidas parece demasiado elevada. Si comparamos, si leemos poco más abajo en este mismo periódico y misma página, con un incendio en Coripe donde ardieron 60 olivos y su pérdida se valoró en 600 pesetas y otro en Marchena con 52 olivos perdidos, valorados en 500 pesetas debemos deducir que la pérdida en la tienda fue, comparativamente hablando, como si se hubieran quemado 200 olivos. Poco creíble.
Al día siguiente era el también madrileño El Sol quien anunciaba el incendio:
En una tienda
MALAGA 7 (3 t.).—En una tienda de comestibles, propiedad de José Rodríguez Hernández, situada en la calle de Romero Robledo, del pueblo de Mollina, se originó un incendio que produjo pérdidas por valor, de 20.000 pesetas.
Vemos cómo excepto el titular el resto es idéntico a La Voz.
También en ese día El Telegrama de Melilla, año XXVII, núm. 10.166 la daba. Suyo es el recorte primero que acompaña este texto.
El Heraldo de Madrid, daba exactamente la misma noticia con esta entradilla: Incendio en una tienda de comestibles.
La Voz, pero de Córdoba, año IX, núm. 3.278 daba la noticia también ese día 8, aunque titulaba almacén en vez de tienda. Suyo es el recorte número 2.
Por último el día 9 era El Sol de Antequera quien traía la noticia con algo de más detalle:
INCENDIO EN MOLLINA
En la noche del lunes último se declaró un incendio en la casa número 43 de la calle Romero Robledo, de Mollina, propiedad de José Rodríguez Fernández, que tenía un establecimiento en dicha finca.
En la casa no había nadie, pues el dueño había marchado a medio día al campo, y su mujer se encontraba en casa de un hijo suyo, visitando a una nieta enferma.
Los trabajos realizados por algunos vecinos, lograron extinguir el fuego a las cuatro horas de iniciado, después de quemarse dos habitaciones de la planta baja y resultando con destrozos el resto de la finca, evaluándose las pérdidas en veinte mil pesetas.
El siniestro parece haber sido casual, ignorándose si se debió a los cables de la luz eléctrica.
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