NIÑO MUERTO AL COLGARSE DE UN COCHE. 1925

El semanario La Verdad, de Antequera, del día 7 de noviembre de 1925, año II, núm. 69, nos decía en su página 3:

Suceso desgraciado
 En la carretera de Mollina y en la fuente cercana a dicho pueblo, encontrábase el niño de doce años Alonso de la Torre jugando con otros muchachos de su edad en la tarde del lunes último; y como viera pasar automóvil que detenía su marcha al cruzar por la indicada fuente, tuvo el desventurado niño la fatal ocurrencia de subirse a la trasera  del coche, del que cayó unos metros más allá, con tan mala fortuna que dióse con una enorme piedra tan fuerte golpe, que horas después, a consecuencia de él, falleció en su domicilio, al que fué trasladado por unos vecinos de la citada villa.
 Desconócese quién sea el dueño del vehículo, pues los ocupantes de éste no pudieron darse cuenta del suceso, y no interrumpieron su marcha.

Al día siguiente era El Sol de Antequera, año III, núm. 104 quien daba la noticia en su página 7 de una forma más amplia:

UN NIÑO MUERTO POR IMPRUDENCIA 
En la tarde del lunes último y en las inmediaciones de Mollina, ocurrió un desgraciado suceso, debido a la imprudencia temeraria del niño que resultó víctima. 
Era éste llamado Alfonso de la Torre Ruiz y tenía doce años de edad. 
Según noticias que pudimos adquirir, hallándonos incidentalmente en el lugar del suceso, a las pocas horas de ocurrido, el mencionado niño había ido a llenar un cantarillo a la fuente que existe inmediata a la carretera de Antequera a Fuente Piedra, y al ver pasar un automóvil, que en aquel momento refrenaba su marcha para no espantar las caballerías de un carro, tuvo la desdichada idea de subirse a la trasera del vehículo, que aumentó su marcha, bien ajenos sus ocupantes a que aquél hubiera subido. 
A los pocos momentos, el niño, sin pensar el peligro a que se exponía, se arrojó de su puesto, con tan mala fortuna que fué a dar de cabeza contra unas piedras, quedando en el suelo sin conocimiento, mientras el auto, cuyos ocupantes, como hemos dicho, no pudieron darse cuenta del accidente, seguía corriendo en dirección al pueblo antes mencionado. 
Unos hombres que presenciaron el suceso, acudieron a socorrer al infeliz muchacho, y le llevaron a Mollina, donde fué reconocido por un facultativo, que le apreció una fuerte conmoción cerebral y contusiones diversas, sin heridas, calificando su estado de grave. Desgraciadamente el niño falleció horas después.
 La Guardia civil de aquel puesto emprendió las averiguaciones oportunas, y pasó parte al juzgado de instrucción de nuestra ciudad.
 De dichas diligencias ha resultado que el automóvil que dió lugar al suceso, sin que sus ocupantes pudieran darse cuenta del mismo, como hemos dicho, es propiedad de don José Rojas Arreses.






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