MOLLINATO ENCANDILA A VIUDA. 1936

Mientras toda España estaba preocupada por las próximas elecciones generales en Antequera ocurría este suceso donde un mollinato reclamaba su protagonismo. Apareció el relato en El Sol de Antequera del día 19 de enero de 1936, año XIV, número 636, que en su página 8 decía:


SUCESO MISTERIOSO

 UN CONATO DE INCENDIO INTENCIONADO
 En la mañana del viernes se tuvo conocimiento de un suceso extraño ocurrido en la madrugada de dicho día. Vecinos de la casa número 5 de la calle Campaneros observaron con la natural alarma a través de las ventanas del piso bajo un resplandor que les hizo sospechar de que se hubiera declarado un incendio. En efecto, en el portal se había producido una llamarada debida al parecer a un liquido inflamable que hubieran arrojado desde el exterior por debajo de la puerta.
 Con oportuna rapidez procedieron a apagarlo, y lo consiguieron antes de que llegara a producir más que algún ligero chamuscamiento en las puertas y paredes.
 Presentada la oportuna denuncia a la Policía, ésta procedió inmediatamente a tomar declaración a los vecinos, y quedando descartado desde el primer momento que el suceso tuviera carácter social, se encaminaron las diligencias a averiguar qué otros motivos podían haber dado origen al misterioso intento.
 En dicha casa habitan una porción de familias, y de una de éstas forma parte una joven, la cual declaró hallarse embarazada de un individuo, chófer de profesión, que la dejó abandonada hace tiempo y a quien ella viene persiguiendo para que vuelva a sus relaciones amorosas y reconozca a lo que venga. 
La Policía siguió esta pista, procediendo a detener, al chófer, en cuya declaración, según parece, demostró su ignorancia por lo sucedido y aseguró que había dejado a la que fué su amante por saber que tenía tratos con otros hombres.
Como este chófer tiene un coche de Servicio público, que encierra en un garage (sic) situado enfrente precisamente de la casa donde ocurrió el suceso, las sospechas parecían tener fundamento, a pesar de sus negativas, por lo que dicho individuo quedó en situación de detenido. 

UNA MUJER COMPRA GASOLINA
 La Policía prosiguió con gran actividad sus diligencias, logrando una nueva pista, que es la que ha llevado al descubrimiento total del suceso. 
El guarda nocturno José Fernández dió esta pista al recordar que en la noche antes había encontrado por la calle Romero Robledo a una mujer a quien llaman «la Chiquitilla», y presta sus servicios domésticos en una casa de mala nota de la calle Camberos. El guarda observó que la individua calzaba alpargatas contra su costumbre e iba también con ropas distintas de las que ella usa, a tal punto que el guarda le dijo: «mujer, ¡cualquiera te conoce!»
 También se averiguó que el encargado del surtidor de gasolina del Garage (sic) Alameda, Manuel Burgos Aguilera, había vendido gasolina aquella noche, a una mujer que dijo tenía que limpiar unos trajes, y cuyas señas coincidían con las de la que mencionó el guarda. 

EL MAYOR MONSTRUO: LOS CELOS 
Con estas preciosas noticias en su poder, los señores Cañizares, Prieto y Ramos encontraron ya fácil el trabajo que les había dado el extraño suceso. Fué detenida la mujer sospechosa, que se llama Teresa Pérez Sandoval (a) la Sandovala. viuda, de 36 años, y se averiguó que ésta sostenía desde hace seis años relaciones amorosas con un individuo llamado Ramón Nxxxxxx Dxxx (a) el Mollina, que trabaja como carpintero en una funeraria, y el cual vive precisamente en el número 5 de la calle Campaneros, en una de las viviendas del piso bajo. 
La detenida empezó por negar que ella hubiera salido esa noche ni que la hubieran visto los testigos citados, incurriendo en contradicciones de tanto bulto, que hubo de ser sometida a careos. 
Finalmente declaró, según hemos podido averiguar, que impulsada por celos, por ciertas bromas de su hombre, y por sospechar que le pueda quitar el amor de éste la otra individua ya aludida y que vive en la misma casa, fué sin duda por lo que sin saber lo que hacía por estar algo bebida, se levantó de madrugada y cogiendo una botella de coñac se dirigió al garage (sic) adquiriendo el líquido, que después roció en la puerta de su amante y le prendió fuego.
 Lo que no sabemos todavía es si llegó a hablar con alguna persona, pues hay sospechas de que alguien estaba levantado en la casa a aquella hora, y esto es lo que evitó las graves consecuencias que había producido el incendio de una finca donde tantas personas habitan. Una vez aclarado el asunto, la Policía ha comunicado el resultado de sus diligencias al Juzgado de Instrucción y a disposición del cual ha quedado la presunta incendiaria.
 Expresamos nuestra felicitación a los referidos agentes por su actividad en el descubrimiento de este suceso.




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