PERLA DE MOLLINATO. 1931-1934
La permeabilidad entre Antequera y Mollina ha sido
históricamente destacada. Humanamente muchas veces nos quejamos de las perlas
que la ciudad vecina, y de la que nos desgajamos, nos envió. Mollina no ha sido
menos. Ya vimos cómo El Sol de Antequera,
en su edición del 10 de noviembre de 1929 nos decía:
RIÑA
En una taberna de la
calle Infante se promovió una cuestión entre un vecino de Mollina, llamado
Antonio García Díaz (a) Agapito, de 28 años,
y José Zurita Otero, de 41, promoviendo el consiguiente escándalo.
Fueron detenidos por
la Guardia Municipal.
Hasta lo que hemos podido comprobar –gracias a las
restricciones de la actual ley de protección de datos- es que el tal Agapito
nació en Mollina y aquí vivió hasta entrar en la madurez. Con esos veintiocho años de cuando ocurrió el
suceso, su familia se trasladó a Antequera desde donde Agapito siguió haciendo
de las suyas.
El Sol de Antequera
del día 9 de febrero de 1930, año VIII, número 326, nos cuenta en su página 8:
CRONlCA DE SUCESOS
UN APROVECHADO IRASCIBLE
Antonio Velasco Martín
(a) Inventor, fué al estanco del señor Maqueda para comprar una cajilla de 25
céntimos, dando un duro que el estanquero cambió mientras entablaban
conversación acerca de los inventos del célebre Velasco.
En esos momentos llegó
otro individuo, que recogió la vuelta del duro y se marchó tranquilamente.
Puesto en claro que el
señor Maqueda había cambiado el duro y que Velasco no había recogido el dinero,
recordaron que el individuo que había entrado en el estanco era un tal Antonio
García Díaz (a) Agapito, de 28 años, habitante en calle Hornos, y denunciado el
caso a la Guardia municipal, una pareja salió en busca del aprovechado sujeto,
a quien encontró en la calle Encarnación, y al requerirle los guardias para que
los siguiera, el Agapito los insultó y abalanzándose a uno de ellos lo tiró al
suelo, destrozándole el uniforme.
El compañero del
agredido auxiliado del sargento de la Guardia civil que acudió al lugar del
suceso, prestaron ayuda al caído, teniendo que hacer grandes esfuerzos para
separarlos del agresor, que dirigió amenazas de muerte a los agentes de la
autoridad.
Por fin pudo ser
llevado a la Jefatura de Policía, desde donde ha sido trasladado a la cárcel,
por orden del Juzgado de Instrucción.
El día 20 de julio de 1930 vuelva a aparecer nuestro Agapito
otra vez en el mismo medio, cuando en su página 7 se nos informa que el paisano
fue conducido a la cárcel para cumplir condena de seis meses impuesta por la
Audiencia de Málaga por el delito de resistencia a los agentes de la autoridad.
Una vez cumplida la condena nuestro ilustre paisano siguió
con las suyas. De nuevo aparece en El Sol de Antequera, esta vez el día 19 de
abril de 1931, en su página 6:
OTRA RIÑA
En la calle de la
Gloria riñeron José Rebollo Gálvez, de 36 años, vecino de calle Juan Casco, y
Antonio García Díaz (a) Agapito, de 30 años, domiciliado en calle Hornos,
resultando el primero con una herida contusa en el parietal derecho.
El agresor se dió a la
fuga.
Agapito siguió con su faena. El mismo semanario, con fecha
11 de octubre de 1931, nos decía en su página 7:
UN AGRESIVO
El guarda nocturno
Félix Cordero ha denunciado a un sujeto llamado Antonio García Díaz (a)
Agapito, porque en calle San Miguel le dirigió insultos y por si ello fuera poco, trató de agredirle.
El denunciado fué
detenido y ha sido puesto a disposición del Juzgado municipal.
Tampoco se paró ahí nuestro paisano. El Sol de Antequera, en su edición del día 26 de junio de 1932, año
X, número 450, nos contaba en su página 6 este suceso por el que sabemos que a
su arrogancia y descaro unía su belleza varonil, el lógico éxito entre las
mujeres y un machismo cañí:
OTROS SUCESOS
DETENIDO POR AMENAZAS
La joven Salud Carbonero Barrios, habitante en
calle Merecillas, denunció a la Policía local que cuando llevaba la comida a un
hermano suyo recluido en la cárcel, se le acercó Antonio García Díaz, apodado
Agapito y Guapito, con quien hace años sostuvo relaciones amorosas y le dió un
corte en la cara, y nuevamente la amenazó con cortarle el cuello. Intervino el
jefe de la cárcel, a quien dijo el tal sujeto que pronto estaría bajo su
custodia, y seguidamente se dió a la fuga, siendo más tarde detenido por la
Guardia municipal.
Dicho sujeto, que tiene pésimos antecedentes,
ha sido puesto a disposición del gobernador, quien le ha impuesto multa de 250
pesetas; pero por no poder satisfacerla cumplirá en la prisión quince días de
arresto.
Nuestro Agapito –ahora también Guapito- sigue buscándose la
vida. En ese mismo medio, en su edición del día 1 de abril de 1934, año XII,
número 542, página 9, se nos decía:
¿INTENTO DE ATRACO?
El vecino de la calle
Toril Juan Ríos Narbona (a) Ratón, de 25 años, carpintero de oficio, ha
denunciado que al doblar la esquina de la Cruz Blanca a calle Lucena en la
noche del miércoles, se tropezó con un individuo que llevaba la cabeza oculta
con la pelliza y que esgrimiendo un cuchillo o navaja de grandes dimensiones le
puso la punta en el vientre, arrepintiéndose de ello al reconocer a aquél.
El denunciante supone
que el supuesto atracador estaba esperando a otra persona, y por las señas que
ha dado, la Policía busca a sujeto apodado el Agapito.
Unos días después este mismo semanario nos contaba en su
edición del día 15 de abril de 1934:
LA LEY DE VAGOS
Por la Policía fué
detenido Antonio García Díaz (a) Agapito, de 33 años, natural de Mollina y
habitante en ésta en calle Hornos, como presunto autor de un intento de atraco
a Juan Ríos Narbona, suceso del que dimos cuenta hace tres semanas, y el cual
se marchó de Antequera para no ser detenido.
Por ser un sujeto de
malas antecedentes ha sido puesto a disposición del señor juez de Instrucción
por si está incurso en la ley de vagos y maleantes.
Esta ley permitía detener a la gente por el simple hecho de
su aspecto o indicios de no tener dinero. La misma noticia de nuestro Agapito
decía a renglón seguido:
También han sido
puestos a disposición de dicha autoridad dos sujetos indocumentados y que se
hallaban ejerciendo la mendicidad en la vía pública, llamados Alonso Gallardo
Torreño, de 48 años, natural de Morón de la Frontera, y José García Mejías, de
52, natural de Calera de León.
No se nos olvide la fecha: 1934.
La última noticia que tenemos sobre nuestro Agapito apareció
en El Sol de Antequera del día 6 de mayo de 1934, año XII, número 547, página
9:
ENTRE HERMANOS
En la casa de socorro fué asistido el viernes
Antonio García Díaz (a) el Agapito, de 33 años, con domicilio en la calle
Hornos, el que presentaba una herida contusa en la región frontal que interesa
el tejido muscular, calificada de leve. Según manifestó, se la había producido
su hermano José, y en vista de ello, los guardias Clemente Sáinz y Miguel de la
Cruz procedieron a buscar al agresor, quien después de detenido dijo que su
hermano había llegado a su casa en completo estado de embriaguez, insultando a
su hermano menor y a su madre, y después intentó pegarle a él como en otras ocasiones,
por lo que él se defendió con un palo, causándole la herida que padece.
La imagen corresponde a la primera aparición de Agapito en
la prensa.
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