ARRESTO GUBERNATIVO DE ANTONIO VERGARA CASERO. 1938
La ejecución de Juan Adalid Sánchez, Juanillo Burra, el 20 de marzo de 1937, cuando el dirigente
socialista asesinado contaba con 27 años, supuso un mazazo a las conciencias de
casi todos los mollinatos. Los partidarios del ejército rebelde con corazón
limpio no olvidaron los esfuerzos de Adalid porque en Mollina no se derramara
sangre en los días revolucionarios entre el 19 de julio y el 12 de agosto de
1936. Nadie decente en Mollina se olvidó de la frase que, tanto Adalid como el
alcalde de Izquierda Republicana, José Rojas Palomino, Pepe Tirones, repetían tanto a las fuerzas venidas de Málaga para
apresar a propietarios como a elementos exaltados de las fuerzas obreras del
pueblo: Aquí no se mata a nadie. Cualquiera
con un mínimo de sentido cristiano de la existencia no podía dejar de olvidar los
esfuerzos de Adalid por salvar la vida a propietarios, boticario, cura y monjas
del pueblo. Desafortunadamente no todos los partidarios de los rebeldes
tuvieron la valentía moral y la humanidad para recordar estos hechos y proteger
la vida de tantos desgraciados que sufrieron la represión pagando con su vida. Su
adscripción al nacionalcatolicismo imperante los hizo cómplices de las decenas
de muertes que se podían haber evitado en el pueblo.
Antonio Vergara Casero, Vergarilla,
primogénito de Antonio Vergara Pérez, Remate,
no olvidó cuando Adalid le ayudó a presentarse en Antequera, donde su padre
vivía, para visitar a éste en su enfermedad. Siempre conservó el pañuelo rojo
de miliciano que Adalid le dio para facilitarle esta visita, disfrazado, como
única forma de no ser detenido en Antequera. Tampoco olvidó las palabras de su
padre al comandante militar de la ciudad doliéndose de las muertes producidas
por los vencedores. Se las repite al militar Arcas Lynn.
La situación en plena guerra, con el consiguiente
sometimiento a la autoridad militar, la sinceridad de Vergara y su lealtad al
pensamiento de su padre le trajo consecuencias negativas para su persona.
Andrés Arcas Lynn, comandante militar de Antequera, que cuatro meses antes
había presidido el entierro de su padre, ordena el arresto gubernativo de
Vergara. En la España vencedora no cabe ni el más mínimo resquicio para la
crítica o el disentimiento. Y para que sirva de escarmiento manda publicar el
arresto y la abultada multa impuesta.
El 25 de setiembre de 1938, III Año Triunfal, El Sol de Antequera, año XVI, número
773, anunciaba en su página 2:
Comandancia Militar de
Antequera
El acaudalado vecino de Mollina, don Antonio
Vergara Casero, por la falta del debido respeto a la Autoridad Militar Local,
ha sido sancionado por el Excmo. Sr. Gobernador Militar de la Provincia, con
arresto gubernativo y la cantidad de mil pesetas de multa.
Lo que tengo el
sentimiento de hacer público para conocimiento y ejemplaridad de todos los
vecinos del Sector a mi cargo.
Antequera 23 de Septiembre de 1938.-III Año
Triunfal.
El Comandante Militar.
Andrés Arcas Lynn
La imagen corresponde a la página de El Sol de Antequera donde se recoge la sanción impuesta a Vergara.
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