MOLLINA. ORIGEN DEL TOPÓNIMO.



Aunque este estudio se publicó el uno de febrero de este año de 2018, el cambio de actitud del Ayuntamiento reconociendo la verdad histórica hace necesario reescribir la introducción al mismo. Este trabajo sobre el topónimo del pueblo se realizó para que el Concejal de Cultura en 1988, Francisco José Campaña Rodríguez, contestara a un estudiante centroeuropeo de Filología Hispánica que estaba realizando una tesis sobre topónimos en castellano. Desde entonces hasta ahora los vaivenes con respecto al topónimo por parte de los poderes públicos han ido oscilando entre la aceptación de la verdad histórica y su negación irracional. El hallazgo de algunos mapas antiguos que corroboran la teoría expuesta en los años ochenta del pasado siglo no hace sino demostrar la corrección de la misma. Hoy, por fortuna estos vaivenes han cesado.

Este es el estudio:

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MOLLINA.

Origen del topónimo.



            Independientemente de la gran cantidad de restos neolíticos y romanos encontrados en lo que hoy es término municipal de Mollina, el origen de la misma como entidad de población concentrada hay que buscarlo en 1575, fecha en que el Cabildo de la Ciudad de Antequera reparte entre colonos las tierras que rodean al pueblo y que pertenecían al Cortijo de la Ciudad o de Torre Molina. Efectivamente, los restos neolíticos y romanos –pinturas rupestres, fuerte romano, mausoleo romano, molino de aceite de la misma época, etc.- se han encontrado dispersos en distintas partes del término, y sin visos de haberse formado una población concentrada hasta el siglo XVI.

            La dependencia de la Ciudad de Antequera duró hasta 1820, fecha en que Mollina consigue erigirse en municipio independiente.



            Con respecto al origen del nombre de Mollina, ha habido hasta hace bien poco un error de bulto. En efecto, si buscamos en el diccionario la palabra mollina (con minúsculas) nos encontramos con mollizna o agua lluvia que cae menuda o blandamente o también masa para formar pomadas, consistente en un jabón blando sobreengrasado que contiene glicerina. Esta palabra –mollina- procede del latín mollis que significa suave, blando e incluso era un calificativo dado al hombre afeminado. Con esta forma de investigar la Historia en diccionarios nos hicieron creer que Mollina (con mayúsculas) se llamaba así porque aquí llovía menuda y blandamente y que cuando eso ocurría decíamos que estaba mollinando, cuando en realidad decimos que está chispeando o cualquier expresión más común para referirnos a ese fenómeno atmosférico. Mollina (con mayúsculas) no tiene nada que ver con la lluvia ni con una pomada.



            Para llegar a esta conclusión hemos tenido que llegar a finales de los años 70 del siglo XX, cuando diversos historiadores –Francisco Alijo Hidalgo sobre todo, con su estudio del Libro de Repartimientos de Antequera- investigaron seriamente la historia de esta zona en los siglos XV y XVI.



            En el Libro de Repartimientos de Antequera se recogen las anotaciones de los repartos de lotes de tierras después de la conquista cristiana, cantidad de las mismas, lugar, etc. Pues bien, en ese libro –siglo XV- aparece numerosas veces el nombre de Torre Molina, algunas Molina y muy escasas veces Mollina, para referirse a estas tierras. Sin embargo, a partir del siglo XVI predomina la palabra Mollina sobre las otras dos. La razón del uso de esta palabra –evidentemente derivada de Torre Molina- nos es desconocida –quizá el que sea más corta facilitó esa elección, así como el hecho de no haber una población estable en aquel tiempo, cosa que hubiera contribuido seguramente al mantenimiento del nombre de Torre Molina-.



            A pesar de este cambio en el nombre hemos podido encontrar Torre Molina y no Mollina en un mapa editado en el reinado de Carlos III –siglo XVIII-: Totius Regni Hispaniae, tabula per IUSTINVM DANCKERTS, Ámsterdam.

a.g.l.

Mollina, marzo de 1988

Hasta aquí el estudio de hace ya treinta años. Ahora vamos a explicar los mapas y una aclaración:

La primera imagen aquí reproducida es un mapa del Repertorio de los caminos hasta agora nunca vistos, de Juan Villuga. Este itinerario se compuso en 1546. El mapa que vemos salió en la obra que Gonzalo Menéndez-Pidal y Goiry editó en 1911 con este Repertorio, y fue reeditado en el año 2003. El original se limitaba a recoger esquemáticamente los caminos y sus paradas. Aunque en la relación primitiva de 1546 pone Torre Molina, este mapa –el de 1911- pone Torre Mollina. Desconocemos el motivo, aunque lo más lógico es pensar que el editor creyó ver una errata y la corrigió, cuando lo más sensato era pensar en una ortografía arcaica.

La segunda imagen corresponde a un mapa de 1703 realizado por Carel Allard y y Luggert van Anse titulado Hispaniae utque Portugalliae meridionalis… Escala aprox.: 1:1.100.000.  Biblioteca Real de Dinamarca, Copenhague, Femtes Atlas, tomo III, mapa 14. Mollina aparece como Venta Torre Molino, incluso cuando ya había población asentada y había dejado de ser venta. Hay que tener en cuenta que estos mapas servían como los actuales y anticuados mapas de carreteras. En cuanto a la terminación no es raro en aquel tiempo que los mapas contuvieran errores de este tipo, sobre todo para los impresores centroeuropeos.

La tercera imagen corresponde a un mapa de 1704, obra de Gerardum Valk, titulado Regna Hispaniarum atque Portugalliae. Escala: aprox:. 1 :1.068.000. Este mapa pertenece a los que se editaron en esa época en Europa con motivo de la Guerra de Sucesión española. Éste concretamente en  los Países Bajos. Mollina aparece como Torre Molina. Aquí ponemos un recorte del mismo para que sea posible su publicación. 

La cuarta es del mapa de 1710 de R. & I. Ottens titulado Novissima et Accuratissima Tabula. Escala aprox: 1:1.130.000. Editado también en los Países Bajos. Mollina aparece como Torre Molina. Hay que notar el error de colocar a Estepa y Antequera en el reino de Granada, cuando pertenecían al de Sevilla. Archidona, sí viene coloreada correctamente como perteneciente al reino de Sevilla. Aquí ponemos un recorte del mismo para que sea posible su publicación.  

La quinta es del mapa de Iustinum DanckertsTotius Regni Hispaniae, tabula impreso en Ámsterdam en 1705. Aunque no se ve muy claro en esta imagen la hemos querido poner por hacer una precisión. En 1988, sin los medios de hoy, la consulta se hizo en libros donde estaba prohibido la fotocopia. Consultado las notas tomadas es cierto que ponía del tiempo de Carlos III. Hoy, viendo algunas reproducciones debemos poner 1705 como fecha de la primera edición. Hay más, pero lógicamente en fechas posteriores, por lo que aunque algunas de esas ediciones fueron en tiempos de Carlos III lo cierto es que hubo algunas anteriores. Casualmente del tiempo de la Guerra de Sucesión española. Sirva esto como aclaración a la parte final del estudio que presentamos.

Hay algunos más pero con una calidad de reproducción que imposibilita su publicación por estos medios.

Quien tenga interés en el topónimo puede visitar INDEFINICIÓN ORTOGRÁFICA MOLINA-MOLLINA, 1455  en este sitio: https://lopez29532mollina.blogspot.com/2018/02/como-prueba-de-la-indefinicion.html 

©López 2018







Comentarios

  1. ¡Gracias por la información sobre el año de las fotografías aéreas!
    Marche de Mollina en el 64, y creo recordar que fueron dos años los que asistí al colegio, que por cierto, no hacía mucho tiempo de su construcción.

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