FRANCISCO DE ROJAS GARCÍA. 08. LA PRENSA ESPAÑOLA EN EL ÚLTIMO TERCIO DEL SIGLO XIX. EL MOTÍN. JOSÉ NAKENS.

 

Viene de https://lopez29532mollina.blogspot.com/2024/01/francisco-de-rojas-garcia-07-la-prensa.html 


La prensa en el último tercio del siglo XIX. 

    En torno a los años 1874 y 1885 el periodismo en España sufre una aceleración explosiva. En 1874 en Madrid se editaban 29 diarios, mientras que en 1884, apenas 9 años después, el número había crecido hasta 41. Estamos ante la consolidación de la prensa española.

    Este aumento de las publicaciones no debe verse reflejado como una generalización de su lectura. 

    En 1860 sólo el veinte por ciento de la población sabía leer y escribir. En 1877, un veinticinco. Y un veintinueve en 1887. Los lectores se concentraban en Madrid y en las capitales de provincia o poblaciones importantes. Las mujeres alfabetizadas eran sólo el 22,90 por ciento de los totales alfabetizados. (Datos obtenidos de El auge de la prensa periódica, Gizèle Cazottes y Enrique Rubio Cremades, disponible en https://www.cervantesvirtual.com/obra/el-auge-de-la-prensa-periodica/ 


     Si a esto le añadimos el alto coste de las publicaciones y la dificultad de la distribución debemos pensar que la prensa llegaba a escasas localidades. Los interesados se afiliaban a clubes de lectura. Allí un lector leía los periódicos ante el silencio de sus oyentes.  Recordemos que los primeros ejemplares de prensa obrera eran leídos por aquellos que sabían leer en los descansos de la tarea imitando los clubes de lectura.

    Había periódicos para todas y cada una de las variantes ideológicas.  A principios de la década de los ochenta del siglo XIX se publicaban en Madrid La Fé –carlista- El Siglo Futuro –carlista integrista- y El Fénix, entre otros muchos. El Siglo Futuro sería el que contara con los mejores y más esforzados tradicionalistas, aunque el Vaticano no estuviera muy de acuerdo con ese dominio. 

    A finales de 1882 el papa León XIII publicó su encíclica Cum multa en la que dio a entender a los carlistas que no era posible identificar de manera exclusiva el catolicismo con el partido carlista. Lo bon católich semanario barcelonés afecto a El siglo Futuro, y que sería prohibido y condenado por la autoridad eclesiástica, llegó a decir que en España el carlismo es el catolicismo y el no carlismo es el anti-catolicismo. Este periódico iba a hacer suyas las ideas contenidas en la obra El liberalismo es pecado, cuyo autor era el sacerdote integrista Félix Sardá y Salvany, cura de Sabadell. 

             

Imagen 42. Primera página de El liberalismo es pecado de Sardá y Salvany.

 

 

El Motín

    Por parte de los anticlericales vamos a fijarnos es esta publicación por la cantidad de datos que nos aporta sobre la figura de De Rojas.

Imagen 43. Cabecera del primer número de El Motín, domingo 10 de abril de 1881.



    De larga vida para la época -10 de abril de 1881 al 6 de noviembre de 1926- El Motín fue un semanario satírico, republicano y anticlerical. Ya en su primer número advertía de sus intenciones:

¡Oh apreciables conservadores que así exlameis al leer el título de este periódico! ¡Oh firmes columnas del orden, la propiedad y la familia! ¡Oh sesudos políticos de cívicas virtudes y abnegaciones patrióticas, amparo de la religión y defensores de la moral! ¡Oh, en fin, los buenos, los leales, los previsores!...   

Sí; hay motín, y motín semanal, dirigido principalmente contra vosotros, para contrarrestar los efectos del motín de cada día, de cada hora, de cada segundo, que le armais á la libertad. Al arma, pues, y disparad sobre nosotros, conservadores de todos los matices, las palabras huecas de sentido que conservais en el arsenal del miedo; habladnos del terror, de la guillotina, de bases sociales minadas, de santos principios hollados, de la Commune, del nihilismo, sin olvidarse de la tea incendiaria, los apetitos de las masas y las sangrientas hecatombes; que nosotros, los promovedores de El Motin, nos reiremos á mandíbula batiente de vosotros con la misma constancia que vosotros os burlais del país que habéis explotado y escarnecido.

¡Guerra á los conservadores! Nos parece que este grito equivale á un programa.



El Motín era una modesta publicación de cuatro páginas, repartidas entre un comentario de actualidad, un poema y algunas noticias breves, más un grabado- en principio, una caricatura de personajes y acontecimientos políticos- en las páginas centrales. Los objetivos del mismo eran la defensa de la unidad de los republicanos en un único partido y la lucha contra el conservadurismo y el clericalismo, con la sección Manojo de flores místicas que se justificaba así: Jesucristo arrojó a latigazos a los mercaderes del tempo; nosotros, pecadores humildes, trataremos de imitarle, fustigando semanalmente á los que se olvidan de su ley. (El Motín, 24 de abril de 1881) Fue esa sección, de cuyas noticias se hicieron ediciones en libros -el primero titulado Espejo moral de clérigos. Para que los malos se espanten y los buenos perseveren- la que hizo famoso al semanario. 

Algunos de los altibajos de esta publicación son paralelos a la vida de uno de sus fundadores, José Nakens.



José Nakens

José Nakens Pérez nació en Sevilla el 21 de noviembre de 1841 y murió en Madrid el 12 de noviembre de 1926. De familia humilde y liberal, su padre fue perseguido por Fernando VII durante la llamada Década Ominosa (1823-1833) y participó en la guerra carlista del lado isabelino –ejército regular español-. Se ufanaba de saber de memoria las arengas del general Espartero. Su padre le fue transmitiendo su odio al carlismo y a su aliado el clericalismo.

Muerto su padre, y por necesidad, se enroló en el Cuerpo de Carabineros. Cuando lo destinaron a Madrid ya traía escritas dos obras de teatro que nunca se llegaron a representar. Cuando triunfó la Revolución Gloriosa de 1868 se echó a la calle con un grupo de carabineros con una bandera que llevaba unos versos improvisados por él:

                                                 Ni un solo crimen empaña

                                                 nuestra gran revolución.

                                                 ¡Ser libres sin un borrón

                                                  no se hace más que en España!


Después de algunas colaboraciones y piezas cortas de teatro y una obra contra los jesuitas, fundó El Motín. Aunque el semanario es considerado como el periódico anticlerical por excelencia, especialmente del anticlericalismo popular más zafio, en realidad era más un semanario político dedicado a criticar a conservadores y a liberales que se turnaban en el gobierno de la Restauración. En la década de los 90 el periódico se encontró con graves problemas económicos porque, además de las cuantiosas multas que se le impusieron, sus ventas empezaron a bajar. Ciertos sectores republicanos pensaban que su anticlericalismo virulento perjudicaba a la causa de la República. Criticaban sus burlas de mal gusto y su insistencia en los relatos de amores ilícitos entre clérigos lujuriosos y amas rollizas.

                             

Imagen 44. Retrato fotográfico de José Nakens


    Nakens se defendía diciendo: Valiente cosa me importa a mí que los curas tengan amas, y éstas chiquillos, ni que falten al mandamiento que sigue al quinto con las feligresas que se presten a ello.


    El Motín fue sujeto de múltiples procesos por las noticias que publicaban. Por ejemplo, de enero de 1884 a noviembre de 1885 sufrió 84 procesos y catorce multas de 500 pesetas. Diversos obispos dictaron no menos de 47 excomuniones contra sus redactores. Éstos contestaron la excomunión de los obispos en nombre de Fray Motón, obispo de la religión del Trabajo en la diócesis del Sentido Común.

    En 1906 Nakens fue acusado de encubrir al terrorista Mateo Morral que había arrojado el 31 de mayo de 1906 una bomba contra el rey Alfonso XIII y su esposa a su paso por la calle Mayor de Madrid y que al día siguiente se había suicidado.

    Uno de los argumentos que se utilizaron en su contra fue el relato que había hecho en 1901 de la visita que había tenido en la redacción del periódico en julio de 1897 por parte de un italiano que se hacía llamar Emilio Rinaldi que le confesó que había venido a España «a matar a Cánovas, al rey o la regente» para vengar a los anarquistas encarcelados y torturados en losprocesos de Montjuic. Nakens ni le creyó ni volvió a saber de él hasta que el día 8 del mes siguiente supo que el italiano que le había visitado, que en realidad se llamaba Michele Angiolillo había asesinado al presidente del gobierno Antonio Cánovas del Castillo en San Sebastián. En el artículo que escribió relatando el suceso cuatro años después Nakens reafirmó su condena del terrorismo, como lo había demostrado su periódico El Motín en reiteradas ocasiones, pero que si le hubiera creído no lo hubiera entregado a la policía porque él no era ningún delator.

    Lo que había pasado, según la versión de Nakens que fue aceptada por muchos de sus contemporáneos, es que Mateo Morral había entrado en la redacción de El Motín a primera hora de la tarde tras lanzar la bomba sobre los reyes y que después de conseguir que Nakens le prometiera que guardaría en secreto la noticia que iba a confiarle, le explicó lo que había hecho. Mateo Morral pasó la noche en casa de un tipógrafo de la imprenta de El Motín gracias a las gestiones de Nakens -que le dio cobijo "por hombre, por necesitado de amparo, porque confió en mi palabra y en mi honor y porque "si hubiera yo delatado a ese anarquista soñaría todas las noches con un agarrotado por mi delación, más que por su crimen"- y al día siguiente se marchó, suicidándose tras disparar contra un guarda jurado. Varios días después Nakens y dos tipógrafos fueron detenidos por encubrimiento, y en Barcelona el anarquista y pedagogo Francisco Ferrer Guardia como inductor del atentado. En el juicio Ferrer Guardia fue absuelto pero Nakens fue condenado a nueve años de prisión.

              

Imagen 45. Portada del libro de Nakens Mi paso por la cárcel.


    Nakens ingresó en la cárcel Modelo de Madrid el 11 de junio de 1906 ocupando la celda número 7. Cuatro meses después publicaba un primer artículo en el que denunciaba las condiciones infrahumanas en que vivían los presos.

Yo veo en esta cárcel hombres y niños descalzos y hasta en cueros. Yo veo al pasar frente a algunas celdas catres desvencijados, jergones reducidos a la mitad, rotos, sin paja de maíz apenas, cubiertos con media manta deshilachada y un cabezal sin funda lleno de mugre. Yo veo muchas ventanas de las celdas sin cristales, con el frío que hace ya, y que lo mismo ocurre en los grandes ventanales de las naves. Yo veo turbia el agua muchos días, otros mezclada con tierra, y siempre, hasta cuando sale clara, despidiendo olor nauseabundo.


    El impacto del artículo fue enorme —recibió cartas que relataban abusos a los presos, celdas de castigo, enfermedades por mala alimentación, etc.— y tuvo una oferta del diario republicano El País para que siguiera relatando lo que veía en la prisión, que más tarde compiló en dos libros: Mi paso por la cárcel y La celda número 7. En ellos también defendió el programa de reformas penitenciarias del nuevo director de la prisión Rafael Salillas que pusieron fin al régimen terrorífico y expoliador anterior. Todo ello le hizo ganar un prestigio y una popularidad que acabó obligando al gobierno de Antonio Maura a indultarle. El 8 de mayo de 1908 abandonó la prisión. (Wikipedia)


Una vez fuera de la cárcel continuó con la publicación de El Motín. Los que le habían tildado de inquisidor del revés y de viejo decrépito ahora lo consideraban un gran hombre. Así lo llamó el mismo Ramiro de Maeztu.


El periódico El Motín alcanzó tiradas de más de veinte mil ejemplares y llegó a las dieciséis páginas, aunque pronto empezó un declive que le acompañaría hasta la muerte de Nakens.


    A su entierro multitudinario, organizado por la Asociación de la Prensa de Madrid, acudieron políticos como el republicano demagogo y derechista Alejandro Lerroux o el socialista Julián Besteiro, escritores, periodistas, estudiantes y «gentes del pueblo», además de representantes de organizaciones republicanas y masónicas. El féretro iba cubierto con el estandarte de El Libre Pensamiento, Sociedad de Actos Civiles de Madrid. En el cementerio civil donde fue enterrado alguien gritó: «¡Vivan los hombres honrados!».


    El periódico El Liberal lo consideró «el último representante de una generación gloriosa» y el también liberal La Voz afirmó: No estamos tan sobrados de hombres representativos para que no sintamos honda emoción al ver separarse de nosotros los que fueron en vida modelos de ciudadanía, espejos de patriotismo y relicarios de virtudes laicas. El Imparcial, por su parte, destacaba la entrega de este hombre entero, rectilíneo, altruista y desinteresado. En cambio el diario católico El Debate dijo que El Motín era un periódico que figura por derecho propio entre los profesionales de la calumnia  y que era la chabacanería, la grosería misma, y que su director, el desgraciado autor de estos engendros» era «un baldón en la historia del periodismo en España. (Wikipedia)


    Poco antes José Nakens había dicho de sí mismo : Nací pobre, fui soldado, he trabajado mucho y no soy rico. La primera parte de este aserto hubiera sido acertada aplicarla al señor De Rojas. La segunda, ya veremos que no.

                                      

Imagen 46. José Nakens en los últimos años de su vida. 




No todo fue clero ni todo sexo. 


La verdad es que lo más llamativo de El Motín es la gran cantidad de casos de curas rijosos con sobrinas rollizas viviendo bastante bien mientras el pueblo lo pasaba realmente mal. Sin embargo, no todos los sueltos hablaban de esto. Pongamos dos ejemplos. En su edición del día 18 de abril de 1886 traía el siguiente suelto:

Imagen 47. Suelto de El Motín sobre accidente laboral.



El día 6 de noviembre de 1881 traía este otro:      

   

Imagen 48. Suelto de El Motín sobre otro accidente laboral. 




Una aclaración pertinente. De los escritos de José Nakens se han hecho reediciones en el siglo XXI. Del señor De Rojas, no.


Todas las apariciones de El Motín -y de otras publicaciones de la época- han sido tomadas de la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica del Ministerio de Cultura y Deportes de España y de la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España.


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