FRANCISCO DE ROJAS GARCÍA. 17. 1885. EL PADRE MOLLINA Y LA MUERTE DE ALFONSO XII.

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    Mientras que Jaime Ferrán y Clua inventaba una vacuna contra el cólera…  Mientras que Paul Cézanne pintaba La montaña Sante-Victoire vista desde Bellevue… Mientras que nacían Robert Delaunay, Américo Castro, Blas Infante… Mientras que Henrik Ibsen estrenaba El pato salvaje… Mientras que Van Gogh pintaba sus Comedores de patatas… Mientras que se estrenaba la cuarta sinfonía en mi menor, op. 98, de Johannes Brahms…

    …Francisco de Rojas García arremetía desde el púlpito contra Alfonso XII.



    Alfonso XII, El Pacificador, padecía tuberculosis contraída en su infancia, con manifestaciones efímeras y en estado latente hasta su juventud. Su ritmo de trabajo y de agitada vida nocturna hizo mella en su salud. En el verano de 1885 la salud del rey ya preocupaba en la corte. Cada vez se encontraba más débil.


    A finales de octubre el rey es trasladado a El Pardo por recomendación de los médicos. Dos días antes de morir el embajador alemán le visita y oye por boca del rey estas palabras: He quemado la vela por los dos extremos. He descubierto demasiado tarde que no es posible trabajar durante todo el día y divertirse toda la noche. No lo volveré a hacer en el futuro.


    Poco tiempo antes el monarca se había presentado en el hospital de Aranjuez para visitar a los enfermos de cólera haciendo caso omiso a los consejos de Cánovas del Castillo. A su vuelta, el pueblo desenganchó los caballos de la carroza y la condujo a mano hasta palacio. Esta visita, así como la que realizó a los pueblos devastados por el terremoto de 1884 en Andalucía, hizo que la popularidad del rey fuera enorme.

Imagen 204. Portada de La Ilustración Española y Americana del 8 de julio de 1885. El rey Alfonso XII consolando a enfermos de cólera.


 

    El 25 de noviembre moría Alfonso XII con veintisiete años. 


Imagen 205. Grabado aparecido el 8 de diciembre de 1885, trece días después de la muerte.



 

    La vida disoluta del rey tan en desacuerdo con su moral integrista, unido a la ideología carlista que arrastraba desde su juventud, hace que el Padre Mollina cometa una de las meteduras de pata más grandes de su vida.


    En Madrid había un periódico llamado El Resumen, monárquico,  en la que escribía un cura bajo el pseudónimo de Un clérigo de esta Corte. La sección que llevaba tenía por nombre La semana en la Iglesia. Ejercía la crítica de los sermones pronunciados en la capital de España en la semana anterior.

     Cuando hablamos de crítica no hay que verlo como algo negativo. Lo mismo que hoy hay críticos de cine, críticos de arte, críticos de televisión… en ese tiempo había críticos de sermones.

    Ya veremos más adelante que El Resumen no era un diario anticlerical.  Incluía en sus páginas anuncios de cultos, cosa que las publicaciones anticlericales no hacían.

    No siempre Un clérigo de esta Corte emitía críticas negativas. Hubo críticas positivas. Una de ellas la pondremos a continuación de una negativa sobre el Padre Mollina. Repetimos, era un crítico. Y los sermones, anunciados en la prensa, eran de las pocas distracciones en esos años.


    Pues bien, en la edición de El Resumen correspondiente al día 20 de diciembre de 1885 aparecía el siguiente suelto:


“Había anunciado que los predicadores empezarían a excederse y á hablarnos inconsideradamente de política, y no me he equivocado, por desgracia. Se ha predicado el carlismo, convirtiendo el pulpito en tribuna; se ha amenazado y lanzado denuestos aquí en este pueblo tan culto y esto para los verdaderos católicos, amantes de la dulzura y mansedumbre cristiana, será siempre lastimoso, porque en último resultado, sólo sirve para justificar medidas que todos sentiríamos en extremo.

No ha faltado la nota bufa del peor género, y la ha dado el P. Mollina: en las monjas de La Latina y en San Nicolás ha dicho: «El rey Alfonso XII que reinó en  España desgraciadamente, de poco le habrá servido su corona si no fué devoto de la Virgen; ahora es probable que esté en el infierno.» Luego se contradijo llamándole pobretico y refiriendo grotescamente una conversación que tuvo con él... Esto es algo más fuerte que lo del magistral de Santiago y mucho mas lastimoso; es añadir la burla á la profanación; ni es cristiano, ni culto. Parece mentira que se consienta.”


Imagen 206. El Resumen se hace eco del sermón contra Alfonso XII. Página en donde aparece.



    Los sermones se pronunciaron en dos sitios.  La iglesia de las monjas de la Latina y en la iglesia de San Nicolás.

    De la iglesia de La Latina, derribada en 1907 sólo nos queda, reconstruida, su puerta plateresca rehecha en la Ciudad Universitaria. La de San Nicolás ya apareció por aquí. 


Imagen 207. Portada plateresca de la antigua iglesia de las monjas de La Latina. Fotografía de pinterest.es



    Lógicamente una falta de respeto tan grande al rey recién muerto y dicha desde dos púlpitos tuvo gran repercusión. 


    Al día siguiente reproducían las palabras del Padre Mollina los siguientes periódicos, que sepamos: El Día, El Imparcial, El Liberal, El Noticiero, La Gaceta Universal y La Época.


    Reproducimos aquí lo que ponía El Liberal el 21 de diciembre: 


Imagen 208. Suelto de El liberal del 21 de diciembre de 1885.



    El escándalo fue considerable. La reacción del Padre Mollina fue rápida. El mismo día 21 se presente en la redacción de El Resumen y entrega esta carta:

“El sermon del P. Mollina

Recibimos hoy una carta del P. Lorenzo de Mollina, misionero apostólico, que niega haber pronunciado en la cátedra del Espíritu Santo las palabras que el domingo le atribuía nuestro colaborador UN CLÉRIGO DE ESTA CÓRTE. Dice así la carta del P. Mollina:

«Sr. Director de EL RESUMEN.

Muy señor mío: Con gran sentimiento he leído en EL RESUMEN de ayer una calumnia que se refiere á mi humilde persona, y es: «que un colaborador de ese periódico, bajo la firma de Clérigo de esta Córte, responde de habar escuchado de los propios labios del P. Mollina (en uno ó varios sermones) estas palabras: Al rey Alfonso XII, que reinó en España, desgracia- damente, de poco le habrá servido su corona, si no faé devoto de la Virgen. Ahora es probable que esté en el infierno.»

Esto, Sr. Director, es falso, y por lo tanto suplico á Vd. haga retractar tan atrevida calumnia é insertar esta carta en su periódico; de lo contrario espero que los tribunales y jueces tomen parte para hacer á tan desmedido colaborador de El Resumen, pruebe ser cierto lo que dice y escribe.

 Gracias á Dios, Sr. Director, nunca me he extralimitado en los sermones contra ninguna persona, y menos contra la familia real, á quienes aprecio de veras, siendo, todo al contrario de lo que dice el referido suelto, pues desde el fallecimiento del rey D. Alfonso XII (Q. E. P. D.) siempre que he podido, he hablado de su magnánimo corazón y de la caridad que ha ejercido en el tiempo de su reinado.

 Mucho mal hacen en nuestra pobre España, Sr. Director, esos maliciosos oyentes, denígrando la cátedra sagrada, tergiversando las expresiones más santas y burlándose de la religion católica. A estos llamaba San Juan Bautista Gémmina viperarum.

Doy á Vd., Sr. Director, las gracias anticipadas, quedando afectísimo S. S. y C.—Fr. Lorenzo de Mollina, misionero.

Madrid 21 Diciembre 1885.»

Cumplido ya un deber de imparcialidad reproduciendo la carta que antecede, reservamos ahora á nuestro distinguido y respetable colaborador el derecho de contestar á ella en la forma que le dicta su conciencia, y de dejar á salvo su veracidad, para nosotros bien notoria.

EL CLÉRICO DE ESTA CÓRTE  que, firma nuestra SEMANA EN LA IGLESIA, no es un ser imaginario, sino una persona tan respetable por sus talentos como por el hábito que viste. Guando él hable, podremos formar juicio acerca da esta cuestión. Entretanto no adelantaremos ninguno, ni adverso ni favorable.”


 


    El mismo día 22 de diciembre de 1885 El Resumen publicaba la carta.


Imagen 209. Página de El Resumen en donde aparece la carta del Padre Mollina. 22 de diciembre.



    El mismo día 21 el Padre Mollina estuvo en otras redacciones. Todas ellas, católicas. Y en ellas entregó la misma carta que la que entregó a El Resumen.


    Así el día 22 incluyó también esa misma carta El Criterio Católico DIARIO CONSAGRADO A DEFENDER LA RELIGION, EL CLERO, LA SOCIEDAD Y LA FAMILIA como rezaba en su cabecera. En su página primera. Debajo de donde ponía: Reddite quae sunt Caesaris Caesari et quae sunt Dei Deo: Dad al César lo qué es del César, y á Dios lo que es de Dios.


    Además en otra de sus páginas anunciaba la próxima novena a Nuestra Señora de los Remedios en San Ginés.


Imagen 210. Actual capilla de la Virgen del Castillo en la iglesia de San Ginés de Madrid. La Virgen del Castillo, patrona de Vilches, ocupa el lugar que, en 1885,  ocupaba la Virgen de los Remedios. Fotografía de miradormadrid.com



 

No sólo El Criterio Católico hablaba de la carta. En mayor o menor extensión se ocuparon de ella en La Gaceta Universal, La Fé, La República, El Día, La Unión, La Época, que nosotros sepamos.


    Vamos a poner algunos de los sueltos aparecidos el día 22. El primero, aparecido en El Día, curioso por el error en la dirección de la carta. No era a El Imparcial, sino a El Resumen.



Imagen 211. Equivocación de El Día.




    El Imparcial ponía la carta dirigida a El Resumen abriendo con el comentario siguiente: Bien hicimos ayer al poner en duda ciertas expresiones atribuidas por un colaborador de El Resumen  al padre Mollina. Con este motivo, dicho señor nos ha dirigido la siguiente carta; …


    La Gaceta Universal pone la carta en sus páginas uno y dos encabezando con: Las palabras que se atribuyeron al P. Mollina por El Resumen, le han obligado á dirigir un comunicado á este periódico que dice lo que sigue:…


    La Fé dice: El P. Mollina ha escrito una carta á El Resumen y otra á El Imparcial, negando la especie propalada por el primero de dichos periódicos respecto á ciertas palabras pronunciadas en su sermón.


    La Época sí que hace un comentario más jugoso:



Imagen 212. Suelto de La época a favor del Padre Mollina el día 22 de diciembre de 1885.




    La Unión traía esta información de todo punto increíble:


    El Reverendo Padre Mollina ha conferenciado esta mañana con el señor Obispo de esta Diócesis, pasando después á Palacio á ofrecer sus respetos á la familia Real, mereciendo de ésta una acogida sumamente benévola y afectuosa.


    Lo de hablar con el obispo –en esa fecha Narciso Martínez Izquierdo, primer obispo de la diócesis de Madrid-Alcalá, asesinado poco tiempo después- sí que es creíble. Si no con él directamente, sí con alguien de la curia. Sabemos del interés de Martínez Izquierdo de limpiar la diócesis de clérigos escandalosos. Y sabemos que ese interés le costó la vida siendo asesinado por otro clérigo.


    Lo de ser recibido directamente por la familia real es algo inconcebible, sobre todo si tenemos en cuenta que en esos días estaba palacio de luto riguroso. Debemos entender ese pasando como ir a firmar a los libros de condolencias abiertos en palacio. Pero el Padre Mollina intentó colar eso en algún que otro periódico.


    Otro periódico cercano al carlismo y catolicismo integrista como El Criterio Católico también reproduce este increíble hecho. Además hace una encendida defensa del Padre Mollina. Más de media página primera lo dedica a él. Además, al final, reproduce la carta a El Resumen.


Imagen 213 .Página primera de El Criterio Católico del 22 de diciembre de 1885. Página completa.


 Imagen 214. Primer recorte.


Imagen 215. Segundo recorte.


 Imagen 216. Tercer recorte.




    Cuando habla de publicar el sermón del Padre Mollina lo haría días más adelante, publicado en forma de folletín. Nosotros también lo pondremos.


    Asimismo en la primera página reproducía la carta a El Resumen con el siguiente encabezamiento:


Con el mayor gusto recibimos la siguiente carta, que nos apresuramos á dar á luz para que la verdad quede en el lugar correspondiente;

«Señor Director: Muy señor mío; Hoy le ha tocado á los exagerados ocuparse de mi pobre persona, hablando calumniosamente de sermones que yo he predicado y como es de todo punto falso cuanto dicen, deseando que los tribunales lo aclaren, suplico á V. se digne insertar esta íntegra, que ya he remitido á E Resumen.

Doy á V. las gracias anticipadas, quedando siempre afectísimo S. S. y Capellán, P. Mollina.

 


 

    Los diarios más alejados del carlismo y del catolicismo integrista también hablaron ese día 22 de diciembre de 1885 del exabrupto lanzado por el Padre Mollina desde el púlpito. Y lo hacen, evidentemente, desde otro punto de vista.  Vamos a poner tres ejemplos.


    El primero El Liberal es bastante claro:


Imagen 217. Suelto de la primera página de El Liberal de 22 de diciembre de 1885.



 

    Por su parte El Noticiero traía esto:


Imagen 218. Suelto de El Noticiero.

 


 

    Por su parte la Gaceta Universal traía en su página uno lo siguiente:


Imagen 219. La Gaceta Universal en su página uno.




    Y para acabar con lo aparecido el día 22 de diciembre de 1885 ponemos este suelto de La República que ironizaba en forma de quintilla:


Imagen 220 Quintilla alusiva al Padre Mollina y su oratoria.



 

    El día 23 de diciembre de 1885 seguía apareciendo el Padre Mollina en la prensa. No con tanta variedad como en días anteriores, pero sí con mayor extensión. La Crónica, de Huesca, y La Dinastía, de Barcelona citan la ya mencionada carta.


    Los periódicos de Madrid, en menor medida, se ocupan del asunto. División de opiniones como en días anteriores.


    El Diario MédicoFarmacéutico cita la carta. El Liberal la reproduce entera a petición del P. Mollina. La Correspondencia de España reproduce la carta y al final añade lo de la supuesta visita a palacio:

Hoy mismo ha estado el reverendo padre Mollina , en el Palacio Real, saludando á l a reina é infantas , y también en el ministerio de la Gobernación, para pedir se proceda contra El Resumen.


    El diario La Fe, sí que defiende, lógicamente, al Padre Mollina. Dice:

Parécenos que no pecamos de exigentes recomendando á los diarios políticos algo más de cautela para recoger noticias como la que dló EI Resumen á propósito de un sermón recientemente pronunciado por el Mislonero apostólico Fray Lorenzo de Mollina.

 El Resumen insertará el comunicado en que el orador religioso desmiente rotundamente las palabras y conceptos que se le atribuyeron, pero la noticia falsísima de El Resumen de seguro ha sido acogida y comentada por centenares y miles da publicaciones diaria y semanales, para muchos de cuyos lectores que ponen reparos á loa artículos de la fe, será artículo de fe que el P. Mollina ha dicho desde el púlpito que D. Alfonso está ardiendo en los infiernos.


    Sin embargo el diario El Resumen, de donde había partido la noticia original, trae un suelto que era un jarro de agua fría para el Padre Mollina y la prensa católica. En su página primera del día 23 de diciembre de 1885 Un clérigo de esta Córte contesta y aclara algunos puntos. Decía así:

 

“LOS SERMONES DEL P. MOLLINA

 Leida la carta del ex-capuchino en la que amenaza con los tribunales y los jueces, y que habiendo además acudido él á altas regiones y al Gobierno en demanda de protección para que proceda contra EL RESUMEN (así la dice La Correspondencia), despues de haberme llamado calumniador, descomedido y de raza de víboras, creo necesario en mi defensa hacer notar la imparcialidad y moderación con que he ejercido la crítica, no escaseando los elogios á loa dignísimos oradores que he tenido el honor de juzgar, rectitud que han sabido apreciar aun los que opinan que no debe ocuparse el periodismo del culto y la oratoria sagrada. ¿Qué interés podría yo tener en calumniar? Si, lo que nunca he pensado, hubiera querido ser malévolo, me hubiera bastado con decir la verdad.

Y sentado esto, referiré  exactamente Ios hechos presenciados por mí y por algunos más, y tacto pectore in verba sacerdotis. El dia 10 por la tarde en la iglesia de la Latina, el P. Lorenzo predicó un sermón, según mi juicio, disparatado, falto de unidad y en pésimo castellano.

  Entre otras cosazas de las que han dado triste fama al predicador barbado, dijo: «que el infierno estaba lleno de obispos, reyes, papas y magnates; que Dios no respetaba gerarquías, y el mismo Rey, si lo merecía, es probable que estuviese condenado, y podía suponerse que al menos habría pagado por el purgatorio.»

El dia 16, á las diez y media de su mañana, asístí con otros señores á la función del último dia de novena en San Nicolás, y en otro sermon aún más descabellado oí muchas cosas peregrinas, entre ellas «que San Juan Bautista salió del vientre de su madre sin pecado original»; «que Santo Tomás habia escrito sus obras é historias en el siglo XV (murió en el XIII), y que alguien añadió en tales obras lo que se tiene por contrario al dogma de la Concepcion.» «A no ser así, decía el ex-fraile, la Iglesia no lè hubiera canonizado, ¡buena es ella! Le hubiera dicho: ¡xja! jxjaaa! (aquí el sonido lingüipaladial que emiten los carreteros), anda que te canonice tu madre.» Yo sentí mucha que el Sr. Yagüe, que habia empezado á oir el sermon, hubiera salido entonces, pues se habría reido como nos reimos todos los del escaso auditorio.

Luego, encareciendo la devoción á la Vírgen, dijo lo que he estampado, y añadió que él mismo habia presentado al Rey una imágen de la Divina Pastora, «que pobretico ¡no se me olvidará! besó, diciendo que siempro fué muy devoto, y me dió limosna, y me trató muy bien, etcétera.»

Los hombres de conciencia y honor, y los sacerdotes que se respetan, no niegan lo que han dicho, y lo arrostran, aun cuando vengan, como ahora, mal dadas,

 El P. Mollina podría y debería ser llevado á los tribunales, no por mí, que como sacerdote  sé perdonar las injurias y no llevar ante los tribunales civiles á mis compañeros, sino por el director y redactores de EL RESUMEN, que siguiendo su mismo ejemplo pueden querellarse de injurias pronunciadas desde el púlpito de la Latina el mismo dia 10, por estas palabras: «No me importa que estén ahí esos hombree impíos y sin dignidad que escriben el papelucho indecente que habla de los sermonea todos los domingos.»

Bien sabemos que la oratoria aventaja al periodismo en no dejar rastro de lo que ha dicho; pero si en este mundo hay todavía seriedad y conciencia, el P. Mollina tendrá que responder de esto, aunque asegure lo que nosotros no dudamos: que no fue su intención ofender la memoria del difunto monarca.

Si prevaleciera ese criterio de hablar sin freno y luego negar lo que conviniese, nosotros iríamos á escuchar los sermones de este padre con notario y testigos, y desde la iglesia pasaríamos, cumpliendo un deber de conciencia, al tribunal del Diocesano, para acusar al predicador de herejía y de propalar doctrinas extrañas y ridículas, falseando la historia sagrada y la eclesiástica.

En nuestro favor estaría la opinion de todas las  personas inteligentes, la de la prensa católica que no ha defendido ahora á este predicador; el clero y todos los que lo han oido valuar en 1.000 reales el dote de la Virgen, contar las onzas que atesoraba el Fariseo; decir que María subió al cielo como un globo; que es lástima que San José no fuese concebido en gracia, y este verdadero colmo de los errores y los horrores: QUE EL PADRE ETERNO SE ENGENDRÓ Á SÍ MISMO.

Yo extraño mucho que se enfurezca este buen señor cuando publico afirmaciones suyas, que no contradicen al dogma sino á humanos respetos, y calla cuando le acuso de atribuir á su Santo Padre palabras que no ha dicho, y de propalar supersticiones y errores teológicos.  ¿Es que tiene en menos el antiguo faccioso la ortodoxia que su fama de neo dinástico?

Para probar que no exageramos ni nos mueve otra cosa que un sentimiento de dolor al ver por los suelos la oratoria sagrada ; para demostrar que es justísima la triste celebridad y el concepto que merece á los católicos instruidos y al sacerdocio este religioso suelto, que ni viste el hábito de su orden ni el del clero secular, y se atreve á conceder días de perdón como un obispo y gasta barbas no sabemos por qué, invito á toda la prensa y los hombres ilustrados, sea cual fuere su escuela, para que oigan los diez sermones que este buen padre predicará desde el 24 al 1.º de Enero en San Ginés. Si asistieran los que hace años oyeron aquellas pláticas de Animas predicadas en Santa Maria, en las que deprimió al clero y mereció una justisima reprension del cardenal y la reprobación de todas las personas sensatas, todavía sería más completo el juicio de la opinión pública, el más respetable para mí, y creo que también para los que desean que el púlpito sea lo que debe ser y no lo ocupen otros sacerdotes que los ilustrados y esmeradamente cultos.

UN CLÉRIGO DE ESTA CÓRTE.”



Imagen 221. Página de El Resumen del día 23 de diciembre de 1885.




    Este escrito es extremadamente importante para la biografía de De Rojas. Sabíamos que la patrona del convento de capuchinos, la duquesa de Medinaceli, había expulsado a De Rojas del convento y que desde entonces éste había buscado acomodo en casas particulares. Aquí el clérigo crítico de sermones nos informa de que no lleva el hábito capuchino ni tampoco lleva el traje talar de los sacerdotes diocesanos. Por otro lado lleva barba para simular que aún pertenecía a la orden capuchina. No es extraño en este personaje. Más adelante veremos cómo viste de forma extraña: ni de ninguna orden, ni del clero secular.


    Por cierto tacto pectore in verba sacerdotis significa algo así como palabra de sacerdote, con la mano en el pecho. O sea, palabra de honor de un cura.


    Al día siguiente son  cinco las publicaciones, que sepamos, que trataron sobre De Rojas.


    Empecemos con El Criterio Católico que trae en su página primera dos sueltos referidos al Padre Mollina:


Imagen 222. Suelto de El Criterio Católico del 24 de diciembre de 1885.


Imagen 223. La otra parte.



    El Liberal trae la palabra Mollina dos veces en su página uno. Una de ellas, una alusión sin importancia. Decía:

Se entretiene del silencio á que en los asuntos de la izquierda le han condenado las abdicaciones de su jefe, comentando los sermones del padre Mollina. Todo sea por Dios y para su gloria.

 

     La otra, ésta:


 Imagen 224. Comparación con el general López Domínguez.



 

    Este general López Domínguez con el que comparan a De Rojas era un general de origen marbellí afiliado al partido moderado Unión Liberal.

 

    El Noticiero sale en defensa del Padre Mollina.


Imagen 225. Primera parte del suelto de El Noticiero.


 Imagen 226. Segunda parte.



    Hay que hacer notar dos cosas sobre este suelto. Primero, la palabra izquierdista referida al clérigo crítico no hay que tomarla en el sentido actual. La izquierda de hoy no estaba representada en el parlamento en lo más mínimo. El clérigo crítico estaría hoy en un centro derecha civilizada como mucho.

    Además hay que recordar que el general Serrano –que dio nombre a la calle de más lujo de Madrid- llegó a presidir un partido que se llamó Izquierda Dinástica. Y ya sabemos dónde estaría Serrano hoy día.


    Por otra parte vemos cómo los distintos medios no entran a analizar lo dicho por el clérigo. Todo se resume en ataques personales, no a rebatir informaciones. Incurre esa prensa –aún hoy- en el defecto de razonamiento conocido como falacia ad hominem, por el cual en vez de rebatir un argumento se ataca a la persona que lo emite por su postura política, su raza, aspecto, origen, estatus social o cualquier otro factor.

 

    La Discusión, diario democrático, como rezaba en su cabecera, traía este suelto:


Imagen 227. Suelto de La Discusión del 24 de diciembre de 1885.

 



    Este suelto de La Discusión incide en lo de ex capuchino. Al menos, ya no vestía en Madrid el hábito de su orden. En cuanto a los veinticinco mil duros al día, o sea, más de 45 millones y medio de pesetas al año era el presupuesto que el Estado destinaba a la Iglesia. Mucho más que a escuelas.


 

    Por último, El Resumen, diario del que había salido la noticia de la ofensa del Padre Mollina a la memoria del rey, traía una mala noticia para De Rojas. Incluía en su página uno del jueves 24 de diciembre de 1885 una carta de testigos del sermón en la Latina.  Era ésta:


Imagen 228. Testigos del sermón en la Latina.

 



    El día 25 de diciembre, festividad de la Natividad del Señor, no hubo prensa. Al día siguiente, San Esteban protomártir, el Padre Mollina aparecía dos veces, que sepamos, en la prensa de Madrid. Una de ellas, en defensa de una idea peregrina del Padre Mollina lanzada en San Ginés: la creación de una asociación de católicos para perseguir el mal y la impiedad.


    Lógicamente ese llamamiento apareció en El Criterio Católico. Decía así:

“¡JUSTICIA!

 No puede presentarse espectáculo más triste y lastimero que el actual, ó sea ese contubernio, esa mistificación, esa confusion de las pasiones todas, las más viles, las más ruines, pequeñas y rastreras, haciendo guerra cobarde, por la espalda y con las armas más bajas á la Iglesia Católica, tan sólo por el delito de que predica al hombre los medios de conseguir su felicidad presente y futura, ó bienaventuranza eterna.

Nada hay más desconsolador que este repugnante y asqueroso espectáculo, y lo que es más triste, la sangre fría con que la gente de buena fé, las personas piadosas y fieles más fervorosos, presencian este sangriento festin, en que el génio del mal, las inspiraciones del averno, mueven á esta sociedad á devorar las entrañas del manso y místico cordero representado hoy en la Iglesia.

Triste y repugnante es presenciar como esos cuervos del error viven haciendo girones las entrañas del cuerpo de la Iglesia; para ellos el enlodar el buen nombre del clérigo es su mayor delicia; viven para deshonrar, porque la deshonra encarna en ellos, está en su sangre, está en su frente, está en su espíritu, pues su sangre, su frente y su espíritu son la deshonra del pueblo de Israel, del pueblo de Dios.

Hasta aquí ha venido y viene la Iglesia sufriendo humildemente toda clase de denuestos, de insultos y calumnias; y mientras esos feroces clerófobos se sacian en el honor limpio de los Sacerdotes (hablamos de la clase en general), estos mismos ministros del Altísimo, en sus oraciones, piden al 'Dios de las justicias y de las misericordias, piedad para sus enemigos.

 Esto piden los Sacerdotes, este es su deber moral, á esto les invita su elevada gerarquía; pero nosotros, seglares, que carecemos de esa dignación de espíritu, de esa sublime resignación, pedimos otra cosa, pedimos justicia á los tribunales de la tierra y perdón al del Señor; lo primero porque no es justo que la Iglesia se vea perseguida como delincuente y los católicos seamos considerados menos aún que los parias ó los esclavos de nuestros dias, y lo segundo, porque aunque extraviados, son hermanos nuestros, por ellos también murió Jesús y en Jesús debemos amarlos y pedir por ellos.

Es menester que salgamos, pues, de esta apatía las leyes del reino nos conceden una acción pública y criminal que podemos y debemos ejercitar contra los impíos, en caridad, en justicia y por necesidad, y es urgente, urgentísima la formación de una asociación de católicos para perseguir el mal y la impiedad.

 El dignísimo y R. p. Lorenzo Mollina inició esta feliz idea en su sermón del 24 del corriente en San Ginés, y al punto llovieron las adhesiones; el pensamiento es grande: ya han tratado de su conveniencia en otras ocasiones algunos periódicos católicos, y creemos que fué La Fe uno de ellos, y no sabemos si también La Union y El Siglo Futuro; si así fuese lo celebraríamos, pues la coincidencia en esto de su modo de pensar, es indudable que robustecería la idea, porque la prensa católica es la llamada á darla impulso.

Hoy por hoy pueden admitirse adhesiones en casa del R. P. Mollina, Lope de Vega, 40 y 42, bajo derecha, y á la par EL CRITERIO CATOLICO se encargará de llevarle á dicho señor las que por nuestro conducto se hagan, pues su adhesion es incondicional y pública por esta manifestación. El fin no es otro que perseguir la prensa impía, y para ello se han brindado ya algunos títulos de Castilla, algunos abogados, algunos particulares y algunas señoras, pues también estas son admitidas como honorarias.”

 

 

    También en su primera página traía:

“No ha sentado bien á los enemigos de nuestra Santa Madre la Iglesia que el reverendo P. Mollina se defienda de los injustos ataques que en estos días le han dirigido varios diarios, fundándose en el calumnioso relato que El Resumen  ha hecho de uno de sus sermones.

Esto no nos extraña, pues esos diarios hubieran deseado que, como en otras ocasiones ha hecho, el P. Mollina les diese el silencio por respuesta, y de este modo hubiera seguido su obra de desprestigiar al clero.

 Si el ataque hubiese sido solamente personal, el Rvdo. Padre Mollina sabe perdonar, como buen cristiano; pero habiéndosele imputado calumniosamente lo que no ha dicho, insistió en demostrar la falsedad de la imputación, pues jamás quiso ofender á quien se dice malévolamente que ofendió.

Lo que nos extraña es que. no pudiendo hacer constar que es verdad la tan comentada calumnia, se valgan para atacar á di cho dignísimo sacerdote y vengarse así de la lección que les ha dado, de los relatos que con distintos motivos ha hecho el mismo Resumen de los sermones de dicho Padre.

 Conste, y sépalo así La Discusión, que el P. Mollina ha desdeñado siempre cuanto de él se ha dicho injustamente, pues tiene un auditorio que le escucha con religioso silencio, y que no se cansa jamás de alabar la sabiduría y recto criterio que campea siempre en sus oraciones sagradas. Finalmente, el mejor galardón del creyente es la guerra del impío. “


Imagen 229. Página primera de El Criterio Católico del día 26 de diciembre de 1885.



 

    Por su parte El Resumen también traía en su página primera un artículo sobre el Padre Mollina. Estaba firmado por el mismo clérigo crítico de sermones que destapó todo este caso. Decía:


“LAS CRÓNICAS DEL CULTO

Con motivo de mis juicios sobre los sermones del célebre P. Mollina, algunos periódicos con- servadores, muy pudibundos y medrosicos, han planteado indirectamente la cuestión dé si es ó no conveniente, respetuosa y correctamente católica, la crítica de los sermones y las funciones del culto.

 Ha dicho uno de esos colegas que ciertos periódicos por el afan inmoderado de meterse en todo, hacen revistas de sermones y fiestas como  pudieran hacerlas de teatros, tratando con gran ligereza cosas muy respetables.

Por más que me sea un tanto sensible devolver calificativos, diré en justa defensa mia y de los fueros del periodismo, que los que verdaderamente tratan cuestiones graves con harta ligereza, por el afan de meterse en todo, y más en lo que no entienden, son en este caso nuestros ilustrados impugnadores.

 La costumbre de criticar los actos del culto, siempre que se observen las reglas que prescribe el decoro y la justicia, aunque se use de algún gracejo y libertad de lenguaje y apreciación, no es un delito ni una inconveniencia, y no sólo no está prohibida por ningún canon eclesiástico, decretal. Bula, Encíclica, alocución ó disposicion sinodal, como tampoco por ley alguna civil, sino que está en cierto modo sancionada por la antigua disciplina de la Iglesia, por la costumbre, por los escritores católicos de gran valía y por el derecho.

En los primeros siglos del cristianismo estaba establecido canónicamente el oficio de notario, para escribir los actos públicos ó privados de los obispos y las iglesias, y escribir también las predicaciones (Concilio Ecuménico VII, Simon Thesal, de sacr. Ord. San Agustin, epístola 110). Asimismo se instituyeron los Hermeneutas, para traducir á diversas lenguas los sermones y sus comentarios, para que fueran de todos conocidos (Epiph. exposit. fidei, número 21). En aquel tiempo nada podia ser más parecido que esto al periodismo.

De la época moderna, sin ocuparnos de los muchos escritos críticos de eminentes autores españoles y extranjeros, citaremos á Feijoó, que en el tomo V de sus cartas (carta 5ª) critica severamente los sermones de su tiempo y trata de corregir los abusos que en la predicación se cometian, y el tomo I del Teatro Crítico (discurso 14) la emprende con la música de los templos con tal energía y decision, con tal gracejo y libertad, que mal hayan todos los periodistas modernos y este indigno siervo del Señor que estas líneas escribe. 

No para aquí el erudito benedictino, sino que con el mismo criterio independiente y sin pizca de consideracion, se ocupó de los falsos milagros y reliquias y de otras exageraciones del culto.

¿Quién tratándose de crítica religiosa puede olvidar al celebérrimo jesuíta Isla, autor del no menos famoso Fray Gerundio de Campazas, libro que es á la predicación lo quo el Ingenioso Hidalgo á la caballería?

La Inquisición juzgó esta obra admirable que suscitó el enojo de todas las órdenes monásticas, porque el héroe del libro, el ínclito Gerundío, parecía fraile; cada familia monacal se creyó aludida, por haber sido tan hábil el autor, que acertó á reunir en una sola entidad los defectos peculiares á todos los oradores de todas las procedencias; así pareció Fr. Gerundio dominico á los dominicos, y francisco á los franciscanos.

 Mas cuando para sustanciar el proceso fu« necesario leer el libro en cuestión, no sólo el relator, sino los más graves inquisidores, no podían contener la hilaridad, El P. Isla fue absuelto, y este fallo respetable para todo católico, sigue vigente para todos los trabajos de este género.

 Supongamos por un momento que Isla y Feijóo vivieran en nuestro tiempo, ó que el periodismo existiera en el suyo, y veremos quién se atrevía á sostener que no hubieran lucido en el periódico las dotes galanas con que ilustraron el libro.

Tenemos todavía más modernos testimonios: los periódicos de nuestros dias. Vivos están El Siglo Futuro y La Fe, herederos de El Pensamiento Español, La, Regeneración y La Esperanza. Viva está La Union y otros periódicos religiosos de provincias, que todos los dias llenan sus columnas con relatos y crónicas religiosas de misionas y fiestas, haciende juicios y apreciaciones exactamente lo mismo que las hago yo, con la sola diferencia de que olvidando el consejo de San Agustin, lauda post mortus, alaba despues de la muerte, cuando al elogiado no pueda hincharle la vanagloria, ni al elogiado guiarle la adulación; olvidando esto, decímos, se deshacen en los más ampulosos ditirambos.

 Es óbvio que esta conducta supone el derecho de ejercer también la saña crítica; sí así no fuere habría que suponer, para descrédito de los elogiados. y elogiadores, que no podían los últimos forzadas por los primeros, más que adular, cosa que no me he atrevido á imaginar siquiera, y que si cabe muy bien en un cerebro conservador, no puede albergarse bajo una mitra ó un bonete, ni en la inteligencia de un verdadero escritor católico, y menos aún si recuerda las acerbas censuras de la prensa religiosa sobre los sermones del doctor Tristan Medina.

 Por esta razón, sin duda alguna, nuestro colega El Globo no ha sido excomulgado ni reprendido por los prelados que más de una vez llamaron al órden á los periódicos religiosos citados, como excomulgaron á los anticlericales, y por lo mismo también la archiconservadora y pudorosa Epoca no temió, hace unes cuatro años, juzgar con severa acritud la extravagante oratoria del P. Fita, y luego si revolvemos las colecciones de ese mismo diario y de los otros de su comunion, nos hallaremos con elogios tributados al P. Cámara y las más acres diabribas contra el P. Mon, y sus sermones celebérrimos del Caballero de Gracia.

Poco esfuerzo me costaría probar que el derecho moderno consiente esta crítica; bastariame recordar que el templo católico está abierto al púbico y públicos son todos sus actos. Y por lo tanto del dominio é inspeccion de la prensa periódica lo mismo que del libro ; que el periodismo es el freno contra todos los abusos, la voz del pueblo que aprueba lo bueno y condena, aunque sujeta a error rectificable, el abuso y la corruptela. ¿Quién ignora que desde el púlpito se puede dañar? ¿Quién no sabe que en las funciones del culto es posible la corrupcion y la negligencia?

La Iglesia nunca ha negado esta posibilidad; todo lo contrario; el hecho mismo de reformar el culto y velar por su pureza, supone la posibilidad del abuso. ¡Cuánto han clamado cuando les ha convenido los conservadores centra los predicadores vascongados! Que el púlpito se convirtió en tribuna y la iglesia en club, que esto debe ser reprimido, que Romero Robledo ha hecho bien poniendo fiscales en las iglesias, etc., etc. ¿A qué vienen ahora esos repulgos? ¿O es que se quiere afirmar que la crítica sólo es buena y conducente cuando favorece los intereses de banderías ó cuando, convirtiéndose en adulación, se arrastra á los pies del poderoso?

 Si asi es, dígase con franqueza, y sino, ó dar carta de naturaleza en el periodismo moderno á la crítica religiosa, de cualquier género que sea, como ejercicio de un derecho sin más limitación que el Código y el derecho de réplica y controversia, ó prohibir las alabanzas que á titulo de bombo de cuando en cuando se prodigan á quien las paga ó las impone por si ó por su partido.

Yo estoy seguro de que no conviene al púlpito el privilegio del silencio que le aisla de la vida moderna, sino la prudente y mesurada censura del sacerdote ó del seglar competente y bien intencionado en bien de la religion, que puede muy bien tener á raya y contribuir á remediar los abusos de la rutina negligente y las mamarrachadas de la ignorancia.

UN CLÉRIGO DE ESTA CÓRTE”


 Imagen 230. Página de El Resumen donde aparece la crónica transcrita más arriba.



 

    El Padre Mollina no respondió a este escrito. La prensa católica va abandonando poco a poco al ex fraile que estaba dando sus sermones en San Ginés. Sus últimos sermones antes de su retirada temporal. 



    Lo cierto es que si se leen las crónicas que han aparecido en estas páginas –las de los sermones por Valencia, León… o las respuestas de De Rojas en este problema- si se leen, repetimos, con un mínimo de rigor histórico y con otro mínimo de honestidad intelectual, ya podemos irnos haciendo una idea somera de la categoría humana, intelectual y religiosa del Padre Mollina. No para juzgar -Mateo, 7: 1; Lucas, 6: 37-  por supuesto, sino para poner al personaje de Francisco de Rojas García en su justo lugar.



    Veamos la prensa de los días siguientes para que nos hagamos una idea más exacta de lo que vamos apuntando.


    El día 27 de diciembre de 1885 aparece De Rojas cuatro veces en la prensa española con disparidad de acercamiento.


El Motín, fiel a su ideario anticlerical hacía un resumen de todo lo aparecido en la prensa esos días, incluyendo los desatinos que el Padre Mollina había esparcido desde el púlpito.


    El Noticiero no rebate nada de lo dicho por De Rojas, sino que alude a lo expresado por Un clérigo de esta córte. Así:


 Imagen 231. El Noticiero del 27 de diciembre de 1885.


 

    Por su parte La Dinastía, conservador y monárquico, editado en Barcelona, decía esto:


Imagen 232. La Dinastía del 26 de diciembre de 1885.


 

    La Discusión, diario democrático de la mañana es el último de los que traemos del día 26 de diciembre que tocó este asunto.



Imagen 233. Primera parte del suelto de La Discusión.


Imagen 234. Final del suelto.

 


    Vemos que en ese día ya no hay ningún periódico que defienda directamente al Padre Mollina.

 


    El día siguiente, 28 de diciembre, conmemoración de la Matanza de los Santos Inocentes, El Resumen trae una noticia que parece una inocentada, pero que no lo es.


Imagen 225. El Resumen anuncia la retirada del Padre Mollina.




    Este suelto tiene toda la pinta de ser un parte de guerra. Un parte de guerra victorioso. No creemos muy convincente que el Padre Mollina se dirigiera a la dirección del periódico. Tampoco que se fuera al convento del que ya fue expulsado. Tampoco que se afeitara la barba, ya que le iba a servir en los próximos meses como ya veremos. Pero una cosa sí que era cierta: El Padre Mollina abandonaba la cátedra sagrada. Al menos por una temporada.



    El Padre Mollina o no acudió a los tribunales –lo más probable- o si asistió perdió la demanda ante El Resumen. Se retiró. Ya vimos lo que hizo con el embarazo de la joven valenciana: se fue a León. Pues bien, aquí también viajó. Más lejos.



    El mismo día y en la misma página en la que El Resumen anuncia la retirada del Padre Mollina lo cita en la sección anunciadora de cultos. No olvidemos que El Resumen no era un periódico anticlerical, sino anticampazas. Los periódicos anticlericales no anunciaban los cultos.


Imagen 236. Anuncio de cultos en El Resumen.


Imagen 237. Página entera de El Resumen. En la misma aparece la retirada del Padre Mollina y un anuncio de cultos.

 



    Poco apoyo le quedaba al Padre Mollina en la prensa de Madrid. Incluso en la más católica, o en la más reaccionaria.  El 29 de diciembre de 1885 El Criterio Católico empezó a publicar el sermón pronunciado por el Padre Mollina –como ya había prometido- en forma de folletín. Lo acabaría el día 7 de enero.


    Este mismo medio, el día 30 sí que informa sobre la asociación promovida por el Padre Mollina y que quedó en nada.


 Imagen 238. El Criterio Católico del 30 de diciembre de 1886.

 



    A partir de esa fecha son escasas las apariciones del Padre Mollina en la prensa de Madrid. Hay que tener en cuenta que no tenía ya prácticamente contratos para predicar –sólo uno que ya pondremos- y había perdido los apoyos de la prensa católica –menos uno, que luego lo dejó también-.


    El tres de enero de 1886 El Resumen traía en su sección La Semana en la Iglesia la crónica y crítica de Un clérigo de esta Córte.


    El clérigo crítico decía así:

“Los cultos de esta semana han ofrecido poco de notable. Una novena á Nuestra Señora de los Remedios en San Ginés, pobremente hecha, en la cual lo único digno de atención han sido los sermones del P. Mollina, que ha predicado como siempre, pues no puede ni sabe más el fraile barbudo. Pero los oyentes han podido notar que hablaba preocupado por su reciente derrota. EL RESUMEN estaba en todos los labios: á nosotros aludia el orador, á nosotros dirigió tremendas injurias y malévolas suposiciones con las frases más incorrectas y pedestres; pues así y todo, ha estado menos disparatado y se ha andado con piés de plomo en asuntos dogmáticos. El hombre se habrá dicho: ya que no seas sabio, sé cauto. Y habrá dicho bien; pero ya verán ustedes cómo no se enmienda y me obliga á enderezarle otra fraterna.”

 


    Ponemos el recorte de este suelto y el del siguiente como prometimos. Este clérigo no siempre hacía críticas negativas. El Resumen no era anticlerical, repetimos. Iba contra los clérigos que no tenían la categoría suficiente como para predicar.  Una prueba de ello es esto que ponemos abajo:



Imagen 239. El Resumen del 3 de enero de 1886.




    La novena a Nuestra Señora de los Remedios en San Ginés sería la última que predicara el Padre Mollina en Madrid en siete meses. Se le silenció radicalmente en esos siete meses. Ya veremos las escasísimas ocasiones en que aparece.


Continúa en https://lopez29532mollina.blogspot.com/2024/02/francisco-de-rojas-garcia-18-1885-1886.html











































































 


 

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