FRANCISCO DE ROJAS GARCÍA. 24. 1900-1916. ÚLTIMOS AÑOS.

 

Viene de https://lopez29532mollina.blogspot.com/2024/03/francisco-de-rojas-garcia-23-1892-1899.html



    Mientras que nacían Luis Buñuel, Erich Fromn, María Moliner, Antoine de Saint-Exupéry, Enrique Santos Discépolo, Louis Armstrong, Rafael Alberti, Marlene Dietrich, Maruja Mallo, Frida Khalo, José Lezama Lima, Django Reinhardt, Louise Bourgeois, Ángeles Santos, Jorge Negrete, Manuel Gutiérrez Mellado, José Antonio Muñoz Rojas…  Mientras que Sigmund Freud pubicaba su Psicopatología de la vida cotidiana,  Vicente Blasco Ibáñez Cañas y barro, Antonio Machado Soledades, Herman Hesse Peter Camenzind, Jacinto Benavente Señora Ama  y La Malquerida, Thoman Mann La muerte en Venecia, Marcel Proust En busca del tiempo perdido, Juan Ramón Jiménez Platero y yo… Mientras que Karl Landsteiner descubría los grupos sanguíneos humanos, Albert Einstein publicaba su Teoría de la relatividad especial, el efecto fotoeléctrico y el movimiento browniano,  Santiago Ramón y Cajal su Histologia du système nerveux de l’homme et des vertebrés, Ernest Rutheford descubría el núcleo del átomo... Mientras que Henry Ford levantaba su fábrica de automóviles,…  Mientras que Ferdinand de Saussure dictaba el primero de sus seminarios de Lingüística General… Mientras que Pablo Picasso pintaba su Familia de saltimbanquis... Mientras en U.S.A. se realiza la primera emisión radiofónica… Mientras que Claudius Dornier construía el primer avión completamente metálico… Mientras que Igor Stravinski componía La consagración de la primavera… Mientras que León XIII publicaba Rerum Novarum…


    …Francisco de Rojas García pasaba sus últimos años de vida.


 

 

    Del señor De Rojas, antiguo Padre Mollina se seguía manteniendo un mal recuerdo en la corte de Madrid. 


    Si grave fue lo de la falta de respeto a la memoria de Alfonso XII y  el escapar con el asilo de Chinchón sin construir y la señora sin sus dineros, mucho más profundo estaba en la memoria sus malos sermones.


    En plena polémica sobre la asunción de María a los cielos –hasta 1950 no se proclamó ese dogma- El País, diario republicano, decía el 26 de agosto de 1900:


“No nos extraña que á esos periódicos sabihondos y hasta sapientísimos del neismo, tan peritos ó perritos en ciencias eclesiásticas, les haya parecido la petición cosa muy natural, como á una monja ó á un lego franciscano y aun al P. Mollina, que nos explicaba una vez cómo la Virgen había subido al cielo en carne mortal (¿para morir allí?) lo mismo que un globo (nosmetipsi audivimus); lo extraño es otra cosa.”

Imagen 313. Página de El País donde se alude al antiguo Padre Mollina.



 

    Este mismo periódico traía un suelto sobre De Rojas tres días después, el 29 de agosto, tras comprobar que estaba de nuevo el antiguo Padre Mollina predicando por España. Decía:


“OTRA VEZ EL P. MOLLINA

Expulsado de los Capuchinos por ignorante, incorregible y trapacero, ha vuelto á España después de larga época de aprendizaje, explotador en Roma, el famosísimo P. Mollina á quien el obispo Sancha expulsó de Madrid por sus escándalos, por predicar la heregía y por desobediente.

 Ahora anda por las provincias gallegas y se dispone á recorrer el Norte de España antes de venir a Madrid. Ojo con él que es de cuidado, mano á la bolsa, quitar de su vista las chicas guapas tengan cuidado las viudas ricas, no se descuiden los curas, pues los dejará en blanco, y sepan los obispos que ese exfraile es un embustero, parecido a la iluminada de Lorqui, pero más listo: hagan escuchar sus sermones por buenos teólogos y ya saldrán las heregias  y desatinos á carros; obsérvenle y verán su juego de embaucador peligroso. Ojo, mucho ojo con ese bigardón acanallado y farsante.

Quizás no venga á Madrid; pero si viene ya le zurraremos de lo lindo, pues aqui le conocemos hace muchos años, sabemos su historia y sin piedad caeremos sobre él hasta desenmascararlo si el obispo de Madrid fuera menos celoso y menos hábil que Sancha para impedir que volviera ese miserable á manchar los pulpitos y los confesonarios de la corte.”

Imagen 314. Página de El País del 29 de agosto de 1900 en la que aparece el exfraile Mollina.



 

    Ante esta cantidad –y calidad- de calificativos negativos tenemos que insistir: la Ley de Policía de Imprenta, la Ley Gullón, de 1883, estaba plenamente en vigor. Ni Francisco de Rojas recurría, ni la prensa clerical, ni aún la carlista, salía en defensa del ex fraile.


 

    Ha aparecido más de una vez la palabra neos en estas páginas. Para ver su significado, acudamos de nuevo a la Wikipedia:


Neocatólicos, o abreviadamente neos es el nombre que se dio peyorativamente a un movimiento político e ideológico de la España de mediados y finales del siglo XIX, partidario de la confesionalidad y de la unidad católica, pero superador de la identificación del clero con el carlismo, y que pretendía intervenir activamente en la vida política del régimen liberal, con mayor o menor proximidad o alejamiento del Partido Moderado o del tradicionalismo según la coyuntura política; y una cierta proximidad ideológica con pensadores franceces (los más contemporizadores con el denominado liberalismo doctrinario -Guizot, Rover-Collard- y los más ultramontanos con los legitimistas franceses y los pensadores propiamente católicos -Chateaubriand y Lamennais-) o el conservadurismo británico (haciendo abstracción de la condición religiosa anglicana de estos). Para sus adversarios eran claramente reaccionarios, aplicándoles el epíteto despectivo carcundas o carcas (de origen portugués) o el apócope neos. 




    Pues bien, El País, en su edición del día 30 de agosto de 1900 –un día después de la anterior cita sobre el ex fraile Mollina, lo citaba de nuevo en un artículo contra los neos y en el que criticaba que un neo pudiera decir herejías y un liberal no podía decir ni siquiera lo aprobado por la Iglesia :


“Aún resuena el escándalo porque el Heraldo llamó, sin torcida intención, símbolo á la Eucaristía, como lo hablan hecho Teodorito y otros Santos Padres (esto lo ignoraban los neos), pero nadie se escandalizó de las horrendas herejias predicadas en Madrid por el P. Mollina,  por Cardona, por Roca y Ponsa y por el párroco de San Ginés, ni se escandaliza de esta atrocidad ridicula además que nos endilga El Siglo Futuro con sin igual frescura.

 ¡Lo que vale el ser neo! Se puede hasta caer en la herejía, en la irreverencia y la blasfemia; pero siendo liberal, basta decir la doctrina de la Iglesia para merecer excomuniones, que conste.”    

      Imagen 315. Página de El País del 30 de agosto de 1900.



 

    El ocho de setiembre de 1900 es El Motín el que se hace eco de la noticia aparecida en El País.     Decía:


“Il retorno de Mollina

Los antiguos lectores de EL MOTÍN recordarán á un célebre padre Mollina, que deshacía á coces los pulpitos de Madrid, pero que encontraba por eso mismo quien fuese á oirlo.

Tales herejías y tamaños dislates lanzaba el ignorante y embaucador tipejo expulsado de los Capuchinos, que el obispo Sancha lo echó de Madrid, desde donde creo que pasó al extranjero.

Ahora, al enterarse de que están en auge los saltimbanquis místicos, ha vuelto á España, y anda por las provincias gallegas disponiéndose á recorrer todas las del Norte antes de venir á Madrid.

Un escritor que lo conoce muy bien, y que le zurró mejor cuando antaño por aquí anduvo, le larga esta andanada:

«Ojo con él, que es de cuidado; mano á la bolsa; quitad de su vista las chicas guapas; tengan cuidado las viudas ricas; no se descuiden los curas, pues los dejará en blanco; y sepan los obispos que ese exfraile es un embustero parecido á la iluminada de Lorqui, pero más listo; hagan escuchar sus sermones por buenos teólogos y ya saldrán las herejías y desatinos á carros; obsérvenle y verán su juego de embaucador peligroso. Ojo, mucho ojo con ese bigardón acanallado y farsante.

 Quizás no venga á Madrid; pero si viene, ya le zurraremos de lo lindo, pues aquí le conocemos hace muchos años, sabemos su historia, y sin piedad caeremos sobre él hasta desenmascararlo, si el obispo de Madrid fuera menos celoso y menos hábil que Sancha para impedir que volviera ese miserable á manchar los púlpitos y los confesonarios de la corte.»

Creo que, después de este cariñoso aviso, el Mollina no asomará por aquí la geta. Pero no sé qué es peor. Aquí encontrarían correctivo sus burradas y sus sandeces, mientras que, por esos pueblos, completamente suelto y sin temor á los palos...

Casi estoy por suplicarle que venga.”

Imagen 316. Página de El Motín donde se recoge el suelto citado.



 

    En 1901, instalado en Barcelona, lejos de Madrid donde se le conocía, se decide ya por fin por un nombre alternativo a sus dos nombres legítimos y adopta el de Monseñor de Rojas.


    La primera vez que lo vemos en una publicación periódica es el 31 de marzo de 1901, domingo de Ramos.  Salía en Pluma y Lápiz.

 

    Pluma y Lápiz era una revista editada en Barcelona entre 1900 y 1906. Llevaba el subtítulo de semanario hispano-americano de literatura y arte. Editado en castellano contaba con ilustraciones lo que le daba un aspecto más moderno y lujoso que los periódicos convencionales de la época.  Contó con las colaboraciones de, entre otros, Leopoldo Alas, Clarín, Antonio Cánovas del Castillo y Vallejo, José Echegaray, Apeles Mestres, Amado Nervo y José Nogales.


    El número del 31 de marzo de 1901 estaba dedicado a comentar el Via Crucis. No sabemos el autor. Sólo que en la página 13 del número 22 -261 si contamos desde enero-, aparece lo siguiente:


“Jesús habla, dice en uno de sus brillantes discursos, recientemente publicados, el incansable y virtuoso misionero Monseñor de Rojas, y sus palabras dan claramente á conocer el deseo vivísimo que tiene de nuestra salvación.”

Imagen 317. Página de Pluma y Lápiz en el que aparece el que se hacía llamar Monseñor de Rojas.




 

    Parece ser que De Rojas se sintió cómodo con ese nombre, que sería el último que utilizara, aunque, como ya veremos, lo alternó con su nombre legítimo.


 

    Álbum Salón fue una revista editada en Barcelona entre 1897 y 1907. El subtítulo era primera ilustración española en colores. De periodicidad irregular, el número que nos interesa es el aparecido el uno de enero de 1902. En su página 71, en un artículo sobre la cruz citaba al que se hacía llamar en ese tiempo Monseñor de Rojas:


 «Al subir con mis pensamientos sobre el monte Calvario, dice en uno de sus brillantes discursos, recientemente publicados, el incansable y virtuoso misionero Monseñor de Rojas, ante mis ojos aparece crucificado en la Cruz, Jesús, el Hijo único de la Santísima Virgen María Pendiente de aquel madero con todo el peso del cuerpo, sostenido sólo por tres clavos, coronada la cabeza de punzantes espinas, lo veo entrar en la más penosa agonía. Jesús no puede sostener por mucho tiempo la vida en medio de tantos y tan atroces dolores».


    Y sigue:

 

«Jesús habla, dice en uno de sus brillantes discursos, recientemente publicados, el incansable y virtuoso misionero Monseñor de Rojas, y sus palabras dan claramente á conocer el deseo vivísimo que tiene de nuestra salvación. Jesús muere, y al morir quiere darnos á todos nueva vida; á todos llama para que oigan sus voces, que son palabras de caridad y de amor por nosotros. Y Dios habla con dulzura siete palabras, que son siete consejos divinos, en los cuales anuncia en compendio cuanto había enseñado en la predicación del Santo Evangelio. Son como siete sentencias llenas de sabiduría, en las cuales nos ensena cómo debemos portarnos con Dios, con nuestros prójimos y con nosotros mismos. »

 Imagen 318. Página 71 de Álbum Salón.


 

    En su página 72 dice:

 

 “María, dice también Monseñor de Rojas, necesitó hacer un esfuerzo sobrehumano para retirarse de aquel sitio donde su alma quedó sepultada con el Divino Jesús.”

Imagen 319. Página 72 de Álbum Salón del uno de enero de 1902.




    El artículo iba firmado por A. Aragón Fernández, del que no hemos conseguido averiguar nada.

 


    El día 16 de febrero de 1902 el Boletín Oficial de la Propiedad Intelectual e Industrial, en su página 110 traía registrada esta obra de De Rojas:


“24.658. Vade mecum de Medicina espiritual y corporal, para Párrocos, Sacerdotes y Jefes de familia”, por Monseñor de Rojas.-Barcelona .- Imp. de la Casa P. de Caridad. -- 8 .° con 32 paginas y 4 de errat. é ind . (5.428) .”

Imagen 320. Registro de su Vade mecum…

 



    El nombre de Monseñor de Rojas consiguió dos objetivos. 

    El primero de prestigio. De fraile expulsado de su orden a Monseñor, hay un tirón.   Y por otro lado dejaba atrás el tan contaminado Padre Mollina que cada vez que aparecía en la prensa de la corte era con connotaciones negativas. 

    ¿Quién iba a saber en Madrid que el Monseñor de Rojas que aparecía en la prensa piadosa de Barcelona era el mismo Padre Mollina que tan malos recuerdos había dejado allí? ¿Quién iba a pensar que era la misma persona, un nuevo personaje afeitado y con ropa que no coincidía con el hábito de ninguna orden seria?


    El País, periódico de Madrid, volvía a mencionar al Padre Mollina el 28 de setiembre de 1903, cuando comentaba la preferencia de las señoras por los curas no instruidos sobre los instruidos:


“Ni crea nadie que las especialidades, clericales ó monásticas, en seducir señoras son hombres de excepcional talento y grandes atractivos; nada de eso. Fenelon, Bossuet, el cardenal Cuesta, Monescillo, el P. Miguelez y el mismo Fita, no valieron nunca para el oficio; en cambio, mastuerzos como el padre Sauz, el P. Hidalgo, el P. Coloma, fray Liavaneras; el famoso Mollina, más bruto que un poste; esos son los titanes del santo negocio, esos, con sus modales groseros, su habla de gañanes y sus trazas de palafraneros; esos, de los dientes podridos, los alientos pestíferos, los pies como navios de linea, las manos de cavador, desgarbados, vulgarísimos, apestosos, imposibles, que ninguna dama, viéndolos sin solana, los querría para servir en sus cuadras; esos son los que entran en dorados gabinetes y azules budoirs como en su casa, introducidos por maestresalas de frack y guante blanco, que ante ellos doblan el espinazo hasta el suelo.”

Imagen 321. El País cita al Padre Mollina en su segunda columna.



 

    El 26 de marzo de 1904 Sóller, semanario independiente, reproduce el texto de Aragón Fernández que había aparecido en 1902 comentando el Via Crucis en la revista Álbum Salón. Así que de nuevo tenemos a Monseñor de Rojas en letras de imprenta. No en Madrid, obviamente, sino en la isla de Mallorca.

Imagen 322. Primera página de Sóller, reproduciendo el texto de Aragón Fernández aparecido dos años antes.


 

 

    En Madrid aún coleaban los recuerdos de los sermones del Padre Mollina. El País del 22 de abril de 1905 hablaba sobre la naturaleza humana de Jesús. Y decía:


“El autor del universo, el creador do los mundos hecho niño de la especie humana, habitando en uno de tantos planetas que circaudan á uno de tantos soles que pertenecen es una de tantas nebulosas, de uno de tantos conjuntos de ellas, que forman el cosmos.

 Ese autor de todo eso, ese niño, jugando en la calle al cané ó al caliche y haciendo novillos á la escuela para coger nidos con otros muchachos.

Allá por los años de 1881, predicaba en Madrid unos sermones muy pintorescos cierto capuchino bastante animal que se llamaba el P. Mollina, por cierto que era esteta y agarrabandas como él sólo. En uno de aquellos sermonazos, presentaba á la Virgen en Nazaret al cuidado de su niño.

—Señora María, le dice una vecina, que su chico está jugando ahí con otros, y puede ocurrirle una desgracia.

María sale a la puerta, llama al niño, y

—Jesusito, ¡por Dios, hijo! no juegues ahi, que puede cogerte un Simón (el capuchino creía que andaban coches alquilones por Nazaret) ó un carro de mudanzas.”                  

Imagen 323. Página de El País con anécdota de un sermón del Padre Mollina, columna primera.



 

    Para entender este texto, decir que un coche simón, en el Madrid del siglo XIX era un coche de caballos muy popular para alquiler. En el siglo XIX, no en la Galilea del siglo I.


 

    El 24 de diciembre de 1908 El Motín hablaba de los frailes que querían colocarse en conventos. Decía:

 “Llegaban éstos con la mira puesta en los conventos de mujeres, principalmente los de su respectiva orden; allí pensaban fijar centros provisionales de acción. En Madrid, el mamarracho del P. Mollina, capuchino de la nueva hornada, se estableció muy cerca de las capuchinas, en cuya iglesia eligió confesonario público. Otros franciscanos, venidos más tarde, echaron el ojo al concurridísimo convento de franciscanas observantes de San Pascual…”

Imagen 324. Página de El Motín del 24 de diciembre de 1908. La cita al Padre Mollina, última columna, abajo.


 


    Cuando habla de capuchino de nueva hornada se refiere a que no era capuchino de los de antes de la exclaustración, sino venido después. El convento del que habla estaba cerca de uno de los domicilios del Padre Mollina, en la calle de San Bernardino en Madrid.

 


    El 14 de junio de 1909 aparece en El Siglo Futuro, periódico carlista y católico integrista,  una reseña sobre la revista Mensajero Lauretano. La reseña no tendría importancia a no ser por un detalle. Monseñor de Rojas vuelve a llamarse Padre Mollina. Así como suena. Con tantos nombres, vuelve a su primitivo eclesiástico. Lo más lógico es suponer que alguien había reseñado el libro de De Rojas sobre Loreto. 

Decía:

“—Mensajero Lauretano.—Se considera de suma importancia el número de Junio del Mensajero Lauretano, revista española y americana, según se lee en su V Número, perteneciente al mes de Mayo , cuya trascendencia y lectura recomendamos, por el interesante texto que revela el siguiente sumario, que con gusto copiamos:

Texto: Supremos recuerdos, por la Dirección. Congregación universal de la Santa Casa de Loreto,; por Carlos Rojo.—Importantísimo, por la Dirección.—Documento interesante, por Fr. Bernardo de Andermatt.—La flor de la Eucaristía, por Luis Torrella y Terme, presbítero.—Enseñanzas.—Los Papas en favor de Loreto, por L. Arbussá, presbítero—Escoto-España-Loreto en el séptimo centenario de la Orden Seráfica, por Ramón de Madirolas.—Recomendación.—Oda á Morgades, por Montserrat de Madirolas.—Noticias Marianas.—Sección ascética, por una Hija de San Francisco.—Sección mística, por Fr. Buenaventura de Alboraya.—Sección histórica, por P. Mollina.—Sección literaria, por Carlos Rojo.— Crónica de Loreto, por Fr. Buenaventura de Alboraya.—Crónica de España, por la Dirección.— Crónica americana, por Gabriel Rosas.—Súplicas y favores.

Grabados: Los seis Romanos Pontífices que tanto se han distinguido por su veneración y afecto á la Santa Casa de Loreto.—Excelentísimo ó ilustrísimo Dr. D . José Morgades y Gili. + en Enero de 1907.—Muy ilustre señor D . Carlos Rojo.”

 Imagen 325. Sección de revistas y cultos de El Siglo Futuro.

 



    Este mismo diario católico traía tres días después, el 17 de junio, un artículo –largo para la extensión normal de los sueltos periodísticos de la época- en el que el antiguo representante y celador de la Santa Casa de Loreto en España, don Ramón Risco, exponía los fines de la asociación y forma de colaborar con ella. Sabiendo que el Padre Mollina había ejercido como capellán de la Santa Casa y se había publicitado ponemos aquí el enlace para quien quiera leer el artículo entero:

https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/viewer?id=18f346bb-95a4-4949-9496-68ac84cb44d4



    Pongamos aquí y ahora un trozo para ver la categoría intelectual:


“Por la Congregación universal de la Santa Casa de Nazaret en Loreto nos hacemos familiares de esta Santa Morada de la Sagrada Familia. Pidan los que á ella pertenecen porque el pueblo se convierta á su Dios y Señor, que los gobiernos se aparten de esa condescendencia, debilidad y tratos con los hijos que, apartándose de su Dios y Señor, militan en las banderas de Satanás que tienen por lema guerra á Dios, á la Iglesia, á sus ministros y á la sociedad.

 Los que no pertenezcan á esta Congregación y quieran formar parte de esta Liga espiritual y divina pidiendo, porque la Virgen Santísima traslade su Santa Casa á España, que tanto la ama y la libre de los males que la arruinan y de los que la amenazan, pueden dirigirse al antiguo representante y celador de ella D. Ramón Risco, calle de San Bernardino, 10, segundo, Madrid, acompañado la lista de los que se agreguen con las limosnas de un real en adelante por solo la primera vez. Los que manden una lista de cincuenta recibirán una estampita con el velo que cubre á la sagrada imagen en Semana Santa,  Los que envíen ciento el título de celadores, caballeros de honor ó bien camareras de la Divina Lauretana.

Como todas estas medallas., pasadas por la tacita en que comió el divino Niño Jesús, las patentes y condecoraciones tienen que mandarse certificar, se hace preciso que se envíen listas, cuando menos de veinte congregantes, y si son de menos, que se añada al importe de las limosnas los treinta céntimos del certificado.”

 


    Nada que comentar, por supuesto, al primer párrafo. El segundo, sí. La limosna mínima era de un real, o sea, veinticinco céntimos de peseta. O sea, el valor de unos cinco periódicos aproximadamente. Quienes recogieran una lista con cincuenta donantes, el premio, una estampita. El título de celador, caballero o camarera era el doble de caro.

 


    La última vez que Francisco de Rojas García aparece en prensa –que sepamos- es en 1911. Esta vez con el nombre que usaba fuera de Madrid y que había ensayado en América: Monseñor de Rojas. Y como siempre que lo hacía con este nombre, en una revista minoritaria y devocional. En este caso la Revista Montserratina.


En su número 11, aparecido en noviembre de 1911, en la página 725 decía:


“…asi como habia subido esta santa Montaña en el mes pasado el célebre Protonotario Apostólico Monseñor de Rojas.”

Imagen 326. Página de la Revista Montserratina citada.

 



    Sabiendo ya de las dotes de capacidad publicitaria, de su travestismo –diccionario R.A.E. 2ª acepción- y de su afán por salir publicado, hay que desconfiar mucho de este texto. Del nombre, por supuesto –lo analizaremos más adelante- y del nombramiento. Un cargo tan importante habría salido, al menos, en la prensa católica. Y aparece, solamente, que sepamos, en esta publicación tan sumamente minoritaria.

 Imagen 327. Interior de la basílica de Montserrat. Fotografía de Barceló experiences.

 



    En 1912 Francisco de Rojas García publica su último libro, que sepamos. Se trata de Revisión del más inicuo proceso. En él incluía una fotografía suya con el ropaje que utilizaba en ese tiempo. Fotografía, libro y ropaje que ya analizaremos más adelante.

Imagen 328. Portada del libro Revisión del más inicuo proceso.



 

    De 1914 es el cáliz conservado en la sacristía de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Oliva. Recuerdo de las misiones dadas por monseñor F. de Rojas en Europa, Tierra Santa y las Américas.

    Algún estudioso de la orfebrería religiosa comercial barcelonesa de principios del siglo XX debería hacer un estudio del mismo. La inscripción suena a autobombo del propio De Rojas.  Si hubiera sido regalado en América sobrarían las menciones a Europa y Tierra Santa.

 

 


    Es fácil imaginar la impresión que un hombre de sus características físicas y con la indumentaria impostada que usaba debería causar entre los habitantes de Mollina de principios del siglo XIX. Ni televisión, ni radio, ni internet, ni biblioteca pública… Sólo quienes habían hecho el servicio militar conocían algo del mundo exterior. Francisco de Rojas García se presentaba con unos ropajes impropios de un cura y, muy seguramente, haciendo ostentación de haber hecho fortuna. 


    En esta época final de su vida Francisco de Rojas se hace rodear de una corte de jóvenes efebos, sobrinos segundos, que le acompañan a América y a Melilla. De Rojas les proporciona enseñanza, ropa y manutención. Cuando alguien de esta corte se refería a De Rojas siempre lo hacía con el título fingido de monseñor, nunca con su tratamiento natural. 


    En 1915 ya sabemos que De Rojas había logrado impactar incluso al consistorio municipal. Puede que de esa época sea la construcción de la casa de la calle del Aire, número 4. Decimos esto porque ese edificio no sigue la construcción de las demás casas de esa calle. Además, De Rojas seguía teniendo dinero. El de Chinchón. 



    Pues bien, el 19 de setiembre de ese año se reúne el pleno municipal. Se lee una carta de Monseñor Francisco de Rojas García, Protonotario Apostólico y Canónigo Mitrado, etc. etc. El asunto:


“…yo el secretario di lectura por orden del señor presidente a una carta que en fecha ayer 16 le ha dirigido Monseñor de Rojas García, Protonotario Apostólico y Canónigo….etc. etc. e hijo de esta villa enviando atentamente los testimonios de su gratitud por la acogida dispensada con motivo de su estancia en ésta en la festividad de la patrona la Santísimo Virgen de la Oliva y participando que don Agustín Blázquez Moreno, propietario de Antequera, le ha donado, con destino a Escuela Gratuita Católica de la Sagrada Familia de las que aquél es fundador, el salón situado en la calle del Codo, pero emitiendo la carencia de las demás dependencias escolares y material y mobiliario pedagógico para la creación y funcionamiento de dicho centro docente.

El Ayuntamiento acordó quedar gratamente enterado tomando de dichos extremos la correspondiente nota y declara á Mollina honrada de tan preclaro hijo como Monseñor de Rojas y García.”

 Imagen 329. Primera parte del acta municipal de Mollina de 19 de setiembre de 1915.

Imagen 330. Segunda parte del acta municipal de 19 de setiembre de 1915.

 


    O sea, que don Agustín Blázquez cede a Francisco de Rojas un salón para escuela. Pero como éste no sabía, no quería o no podía gestionarla, la cede al ayuntamiento.  Unos ponen el esfuerzo y otro se lleva los honores.



    Ese año es, mes arriba, mes abajo,  cuando su sobrina María Josefa Rojas Luque se casó con Florentino Ruiz Gutiérrez. Consultando censos municipales de 1924 y 1930 se llega a la conclusión de que el novio tenía cincuenta años y la novia cuarenta y uno. Además el novio, natural de Riego del Camino, Zamora, tenía en 1912 un depósito de libros de De Rojas en la calle de San Bartolomé,23, de Antequera. Todo suena a que no fue una boda por amor juvenil.


    Este Florentino Ruiz fue alcalde entre los años 1924 y 1925 durante la dictadura de Primo de Rivera. Y fue quien, según todos los indicios, disfrutó de la herencia de De Rojas, ya que gestionó la escuela de la calle del Aire. Y ponemos escuela entre comillas porque lo que allí había no era una escuela tal y como la entendemos hoy, ni tampoco igual a las escuelas gestionadas por el ayuntamiento con maestro y maestra nombrados por el ministerio. Sería lo que era conocido entonces como Escuela de Doctrina. Conocimos a señoras nacidas en la primera década del siglo XX que sabían de memoria oraciones y rezos, pero sin entender qué decían. Habían pasado por la escuela de la calle del Aire.

 

    Vemos cómo el consistorio de Mollina se creyó lo de que Francisco de Rojas García era Monseñor. Tanto se lo creyó que el mes siguiente le quitó a la calle del Aire su hermosísimo nombre y lo cambió por calle de Monseñor de Rojas. Allí se había comprado -o hecho construir- éste una casa. Hermosa casa para aquellos tiempos y en una de las partes más céntricas del pueblo en esos años. Problemas económicos, ninguno. Estaba Chinchón.

 


    El día quince de octubre de 1915 se reúne el pleno del Ayuntamiento. Asunto, quitarle a la calle del Aire su nombre tradicional y ponerle el de Monseñor de Rojas.


    Nos dice el acta:

 ”Constiuida la sesión por la presidencia se propone que como pequeña muestra del mucho reconocimiento que debe esta localidad a un preclaro ilustre y benemérito hijo Monseñor Francisco de Rojas y García, Protonotario Apostólico, Misionero, Canónigo Mitrado de Gaeta, Loreto y Lacedonia, Caballero del Santísimo Sepulcro y de San Juan Bautista, Pastor Árcade Romano, Abogado de San Pedro, Examinador Pro-Sinodal, etc., etc se varíe la nomenclatura dela  Calle del Aire de esta Villa sustituyéndola por la de “Monseñor de Rojas” en cuya calle y como hermoso testimonio de la inagotable bondad conque honra a este pueblo que tiene la muy alta de ser su cuna, funciona bajo su fundacion, patrocinio y sosten el Centro de Enseñanza titulado “La Sagrada Familia” con carácter gratuito para la juventud, que agradecida bendice su respetable nombre: el ayuntamiento por unanimidad se acogió entusiasmado ala propuesta del señor Presidente a quien confirió el encargo de adquirir la lápida rotulatoria de la expresada calle de acuerdo con lo propuesto.”

 Imagen 331. Primera parte del acta del Ayuntamiento de Mollina del 15 de octubre de 1915.

Imagen 332. Segunda parte de la misma.

 

 

    El entusiasmo del Ayuntamiento de Mollina por su preclaro hijo duró muy poco. 

    Efectivamente, ya tenía colocado al marido de su sobrina al frente de su escuela. Auxiliado por su esposa enseñaba oraciones memorísticas. Sabemos que declaraba unos ingresos de 1.000 pesetas –seguramente al año- en 1924.  En 1930 declaraba unos ingresos de cinco pesetas diarias, o sea, 1.825 anuales. Un propietario vecino declaraba ese mismo año 1.500. Desde 1915 en que vino a Mollina, hasta su muerte el 30 de diciembre de 1943, unos veintiséis años. Tiempo más que suficiente para disfrutar la herencia que le dejaría De Rojas.

 

 

    El día 30 de agosto de 1916, en uno de sus viajes a Mollina Francisco de Rojas García muere en su casa de la calle del Aire, bueno, de Monseñor de Rojas. A las seis de la tarde fue víctima de asistolia.


    El registro civil de Mollina recoge el fallecimiento de esta manera:


“En la villa de Mollina, a las diez horas del día treinta y uno de Agosto de mil novecientos diez y seis ante D. Antonio Salinas García Juez Municipal, y D. Joaquín Morente de la Torre Secretario, compareció D. José Rodríguez Fernandez natural de Mollina mayor de edad; estado civil casado; ocupación Empleado domiciliado en calle de Romero Robledo según la cédula de vecindad que exhibe manifestando en calidad de sobrino de primo hermano que Monseñor Don Francisco de Rojas y García natural de Mollina , edad de sesenta y seis años, ocupación Presbitero domiciliado en calle de Monseñor de Rojas nº 3 falleció á las diez y ocho del día de ayer en dicho domicilio a consecuencia de Asistolia según certificación facultativa que se acompaña al parte y manifestación presentada por el declarante con arreglo al artículo 77 de la ley y 63 del reglamento, a fin de obtener la correspondiente providencia de enterramiento.

En vista de esta manifestación y la certificación facultativa presentada y que se deja archivada como documento referente a esta inscripción, el Sr. Juez Municipal dispuso que se extendiese la presente acta consignándose en ella, además de lo expuesto por el declarante en virtud de las noticias que se han podido adquirir, las circunstancias siguientes:

Que el referido finado estaba Soltero en el acto del fallecimiento por ser Presbítero habiendoles quedado una hermana monja del convento de Madre de Dios de Antequera llamada Sor María Isabel de Rojas y García y otra sobrina llamada Dª María de Rojas Luque hija de Jeronimo de Rojas y Garcia, hermano del finado.

Que era hijo legítimo de D. Gerónimo de Rojas Rodríguez, natural de Mollina Málaga difunto y de Dª Josefa García de la Torre natural de Mollina difunta.

Que según noticias tiene otorgado testamento en Barcelona el 4 de Mayo del año actual ante el Notario Don Leopoldo Rodes Camp ¿clera? y Codicilos fechas 30 y 31 del mismo mes.

Y que a su cadáver se habrá de dar sepultura en el cementerio católico de esta villa.

Fueron testigos presenciales D. Juan Morente dela Torre y D. Antonio García Tejada vecinos de esta villa.

Leida íntegramente este Acta, e invitadas las personas que deben subscribirla a que la leyeran por sí misma, si así lo creian conveniente, se estampó en ella el sello del Juzgado municipal, y la fimaron el Sr. Juez el declarante y los testigos de todo lo cual como Secretario, certifico.

Firman Antonio Salinas, José Rodríguez, Juan Morente, Antonio García y Francisco Morente. Sello oval del Registro Civil de Mollina.

Anotaciones marginales:

Número 51

Monseñor D. Francisco de Rojas y García

Se expidieron dos certificaciones á petición de parte interesada en 13 de sepbbre de 1916. Firma Morente.

En 12 Junio 1921 di copia al Sr. Oficial del Colegio Notarial de Barcelona. Firma Salinas. “

Imagen 333. Anverso del acta de defunción de Francisco de Rojas.

Imagen 334. Reverso de la misma.



 

    Hay que hacer notar que el Registro Civil, aunque independiente del Ayuntamiento de Mollina, nunca contó con dependencias propias, usando desde tiempo inmemorial las instalaciones del Ayuntamiento. Además, el informante de la muerte de De Rojas era sobrino segundo de éste. No es de extrañar, por tanto, que aparezca Francisco de Rojas como Monseñor.

 


    Lo más sorprendente es cuando consultamos los archivos eclesiásticos. 

    En el tomo correspondiente a defunciones del año 1916, Francisco de Rojas García aparece como Francisco de Rojas García. Presbítero. Por supuesto. Pero nada más. 

    Ninguno de los títulos con los que adornaba sus publicaciones aparece. Ninguno. Consiguió confundir a todo un pueblo, con su Ayuntamiento al frente, con títulos espurios. A la Iglesia, no.


Nos dice el acta de defunción eclesiástica:


“En la Villa de Mollina; Diócesis y Provincia de Málaga, en treinta y uno de Agosto de mil novecientos diez y seis: Yo Don Manuel Pedraza Rodríguez, Presbítero, Cura Propio de la Yglesia Parroqual de Ntra. Señora de la Oliva, única en esta, mandé dar sepultura Eclesiastica en el Cementerio público de la misma al cadáver del Presbitero Don Francisco de Rojas Garcia, de esta naturaleza, de sesenta y seis años de edad, hijo legitimo de Don Gerónimo de Rojas Rodríguez y Dª Josefa García de la Torre, que falleció el día anterior á las seis de la tarde en la Calle de su nombre fortalesido (sic) con los Santos Sacramentos á consecuencia de Asistolia: Se le hizo entierro de primera clase y testó= Siendo testigos Don Francisco Rodríguez Ramos y Andres Palomino Vegas de este domicilio: Y para que conste firmo y autorizo la presente partida , de que doy fé, fecha ut supra= P.A. A. Guardado.”

Hay una nota marginal que dice: ” Dn.Franco. de Rojas Garcia=Pbro. Nº 28.”

 Imagen 335. Acta de defunción eclesial de Francisco de Rojas.

 



    El acta iba encabezada por el cura ecónomo, o principal del pueblo. La firmaba otro de los curas de Mollina. El señor Pedraza moriría pocos días después en Antequera.

 

 

    Francisco de Rojas García, fray Lorenzo de Mollina, el Padre Mollina y todos los nombres y títulos que se había creado,  en sus últimos años sobre todo, fue enterrado con entierro de primera clase. Había dejado suficiente dinero para eso.


    Pero no consiguió que nadie lamentara su muerte. Al menos de manera oficial.

 

    El mismo Ayuntamiento de Mollina que menos de un año antes arrebató a la calle del Aire su nombre para cambiarlo por el de un nombre quimérico, celebró sesión plenaria unos minutos después del entierro del fingido monseñor. 

    Ninguna referencia al que unos meses antes era ilustre y benemérito hijo. Ninguna.

Imagen 336. Acta del Ayuntamiento de Mollina del 31 de agosto de 1916. Primera parte.

Imagen 337. Segunda parte del acta municipal del 31 de agosto de 1916.

 

 


    Será muy difícil averiguar si el consistorio mollinato llegó a enterarse de los tejemanejes –todos o al menos algunos de ellos- del antiguo Padre Mollina.

 

    Consultadas las actas de ese año posteriores al fallecimiento de Francisco de Rojas, nada. Ni una mención.

 

    Otro silencio clamoroso lo dio la prensa de Antequera, tan meticulosa al dar cuenta de cualquier suceso que tuviera que ver con el clero. Pues bien, silencio absoluto. Ni una sola referencia a Francisco de Rojas. Ni con el título de monseñor ni sin el título.


    Sin embargo, quince días después falleció en Antequera don Manuel Pedraza, párroco de Mollina.


    Pues bien, el Heraldo de Antequera, semanario conservador, en su edición del día 17 de setiembre de 1916 traía la noticia de su muerte en la primera página:

Imagen 338. El Heraldo de Antequera del 17 de setiembre de 1916.



 

    No sólo la prensa antequerana silenció la muerte de Francisco de Rojas.

     El Boletín Oficial Eclesiástico del Obispado de Málaga hizo público dos veces -en dos meses consecutivos- la muerte del cura de Mollina, don Manuel Pedraza. Dos.

 Imagen 339. Una de las dos publicaciones idénticas publicadas por el B.O.E.O.M.




    Según la tradición su cadáver fue enterrado en el patio de San José del cementerio de Mollina. Empezado a construir precisamente en ese año de 1916. Hasta los años sesenta los niños mollinatos iban a ver la cunita, nombre dado a esa tumba. La rodeaba una verja de forja que el Ayuntamiento de ese tiempo desmontó. Ni una sola inscripción da fe de quién está allí sepultado.


    Una mano desconocida lleva aún hoy allí unas flores cada primero de noviembre.


     Todos tienen derecho a ellas en ese día. Todos.

Imagen 340. Probable tumba de Francisco de Rojas.

 

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