POSTIGO SOBRE LA DEMOLICIÓN DEL ARCO. 2018






El 18 de enero, tras un revuelo absurdo sobre la reivindicación de una de nuestras señas de identidad, como si estuviéramos en otras épocas, tuve que publicar en mi Facebook esto:


"Ayer prometí hacer un postigo sobre el asunto que -a.D.g.- importa a la gente. Lo hago desde una página personal donde el que entra lo hace voluntariamente y, como no podía ser menos, tiene que respetar lo que digo. Esté o no esté de acuerdo. Cada uno en su página personal puede opinar lo que quiera. Sin ofender. Sin denigrar a nadie. Sin tener que sentirse ni superior ni inferior. Eso es algo que tras más de cuarenta años aún no tenemos muy asimilado. Y confundimos más veces de las que serían convenientes el culo con las témporas. Así que, sin entrar en controversia, paso a explicar lo que tengo entendido.

1.- Peritos en la materia -arquitectura- con muchos años de estudio a sus espaldas dependiendo del cabildo civil y del cabildo eclesiástico llegaron a la conclusión de que el arco del Cortijo no corría peligro alguno de derrumbe.
2.- Peritos en la materia coincidían en el modo de reforzar la estructura del arco con métodos y medios del siglo XXI.
3.- La normativa municipal exige un permiso de la autoridad competente para demolición.
4.- La autoridad competente se entera de la demolición una vez efectuada ésta.
5.- La autoridad eclesiástica se entera de la demolición una vez efectuada ésta.
6.- La autoridad competente -civil por supuesto- actúa conforme a la legislación vigente y comienza la instrucción de un expediente.
7.- La autoridad competente -civil por supuesto- ordena recoger los restos de la demolición como manda la lógica y la legislación vigente.
8.- La autoridad eclesiástica -parece que en petit comité- muestra su desagrado por la demolición.
9- El gestor del edificio en cuestión presenta ante la autoridad civil proyecto de reconstrucción según la normativa del siglo XXI.

Sobre la propiedad del antiguo Cortijo de la Ciudad tengo que hacer una aclaración:
El 22 de agosto de 1914 falleció en Antequera doña Ascensión Granados Blázquez, que fue enterrada con pompa no en Mollina donde se había construido su tumba -ocupada solo por su marido- en la nave de la epístola de la iglesia parroquial, sino en Antequera.
En su testamento instituía un Patronato en la villa de Mollina para la educación de niños pobres y para el sostenimiento de ancianos desvalidos con el nombre de Patronato de la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo. Encomendaba este Patronato al Prelado diocesano y a sus sucesores con las más amplias facultades de administración y disposición.
Para el funcionamiento de dicho Patronato la señora Granados Blázquez dejó el edificio del antiguo Cortijo de la Ciudad y quince mil duros de la época, o sea hoy serían unos 450 € pero que en 1914 eran un dineral.
Evidentemente el sucesor legal de la Sra. Granados no tenía que dar cuenta a nadie. Otra cosa eran las habladurías del pueblo. El 13 de noviembre de 1930 La Razón, periódico de Antequera dirigido por el mollinato García Prieto informaba que los socialistas del pueblo estaban investigando sobre el mal uso dado al edificio. Y que en caso de que hubiera anomalías denunciarían y exigirían responsabilidades a la Comunidad establecida y al Ayuntamiento.
O sea, que el edificio es de un patronato y el Sr. obispo es quien dispone de su uso.

Para acabar:
a) El poder civil ha actuado conforme a la ley.
b) La sociedad civil ha actuado conforme a la lógica y la decencia preocupándose por un asunto público.
c) Son muchos años esperando que hubiera un modo de protección legal a edificios importantes. El que -al parecer- se esté haciendo no obsta para que lamente su tardanza.
d) La titularidad de un edificio no obsta para que la sociedad insista en conservarlo. V.gr.: La Giralda de Sevilla pertenece al Arzobispado de Sevilla. El Arzobispado de Sevilla no puede destruirla así como así.
e) Las redes sociales son herramientas. Nada más. Nada menos. Todo lo que saquemos del tiesto son cerdos extraviados.
f) Confundir el lamento por la destrucción de una parte importante del edificio más singular de una población y que además es referente único en su historia con el ataque a una determinada iglesia es -y aquí viene como anillo al dedo- confundir el culo con las témporas.
g) Lamentar la reacción ciudadana, tardía eso sí, es desconocer el año en que vivimos. Sigo repitiendo: Lo que más miedo me da de este pueblo es el miedo que la gente manifiesta a manifestarse. Tengo anécdotas sobre esto a paladas.
h) Los poderes civil y eclesiástico deberían haber informado a la sociedad con prontitud sobre lo acontecido. A los católicos y a los no católicos. O sea, a los ciudadanos.
i) Creo que ya está casi todo dicho. Ea."



Hasta ahí lo publicado. La ilustración representando a uno de los budas de Bamiyán en Afganistán antes y después de su destrucción por los talibanes, está puesta con intención. Por supuesto.




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