AGRADECIMIENTO DE PADRE DE SOLDADO EN CUBA. 1897






El veintiocho de febrero de 1897 El Imparcial, periódico liberal, publica dos cartas de un mollinato padre de hijo combatiente en Cuba mostrando su agradecimiento. La primera dice así:

Mollina á 5 de Febrero de 1897,
Sr. Director de EL IMPARCIAL.

Madrid.
Muy señor mio y de mi consideración más distinguida: Sería faltar á uno de los deberes más sagrados, cual es el de la gratitud, si como padre que soy del soldado enfermo José Llamas Adalid, natural de esta población, que perteneció al regimiento de España, y que procedente de la Isla de Cuba, en cuyo país perdió la salud por completo, desembarcó del vapor San Agustín en el puerto de Cádiz el día 29 del mes de Enero último, no diese públicamente las gracias á Vd. y á la Junta de socorros que el popular periódico de su digna dirección tiene constituida en el expresado puerto, y que tantas y tantas lágrimas lleva enjugadas desde que tomó á su cargo la ardua, benéfica y hermosa obra de la caridad socorriendo y cuidando con solicitud y paternal cariño á los infelices que enfermos, heridos é inútiles regresan de las campañas de Cuba y Filipinas.
Al tener noticia de la llegada de mi referido hijo al puerto de Cádiz, de donde zarpó ha quince meses robusto y lleno de alegría, no pudiendo contenerme en esta su casa, sin verle, marché á aquella capital en la mañana del día 31 de Enero próximo pasado, con el fin de estrecharle entre mis brazos y enterarme del verdadero estado de la enfermedad que el mismo padecía, y tuve la satisfacción de presenciar las infinitas atenciones y deferencias de que el hijo de mi alma y sus demás compañeros de expedición han sido objeto, tanto por parte de las autoridades y personas de todas las clases sociales, cuanto por las nobles, dignas y virtuosas Hermanas de la Caridad, y por las no menos dignas y caballerosas personalidades que componen la Junta de EL IMPARCIAL allí creada, y la cual, cumpliendo el sagrado y honroso deber que se le impusiera, socorrió á todos y cada uno de los heridos ó enfermos con ropas y metálico, según el estado y circunstancias en que cada cual se encontraba.
Si Vd., señor Director, es padre, sabrá apreciar lo mucho que se agradece la solicitud, esmero y exquisito trato de que tanto mi precitado hijo como el humilde autor de estas desaliñadas líneas hemos sido objeto durante nuestra estancia en aquella capital, de donde ayer regresamos, sin que afortunadamente inspire ya cuidado la enfermedad que mi hijo ha sufrido, y de la cual se encuentra ya en convalecencia.
Dispense Vd. se haya tomado la libertad de molestar su alta atención el que aprovechando la oportunidad para ofrecer á Vd. las seguridades de su más distinguida consideración, y dándole gracias mil por la campaña de caridad emprendida en favor de los valientes defensores de la patria, se ofrece suyo afectísimo y seguro servidor q. b. s. m., José Llamas Rojas.



Tras la carta de un soldado placentino El Imparcial transcribe otra carta del mismo padre:




Mollina (Málaga) y Febrero 1897.
Sr. Director de EL IMPARCIAL. ,

Muy señor mío y de toda mi consideración: El 28 (sic) de Enero ultimo desembarcó en Cádiz mi hijo José Llamas Adalid, que venía enfermo de la isla de Cuba, y ha sido socorrido por los representantes de EL IMPARCIAL con un traje da lana completo y ropa blanca, calzado y 25 pesetas en metálico. 
Agradezco en lo que vale este acto de munificencia, y lleno de eterno reconocimiento le da las más expresivas gracias su muy atento seguro servidor Q. B. S. M., José Llamos (sic) Rojas



Poco antes, el día 12 de febrero, este mismo periódico publicaba la entrega de ropa y veinticinco pesetas al soldado José Llama (sic) Adalid, de Mollina.

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