CONTRAOFENSIVA LIBERAL. 1916


Portada del Heraldo de Antequera, once de mayo de 1916.




Ante los ataques del Heraldo de Antequera, La Unión Liberal no se queda callada.
 Como ejemplo ponemos lo aparecido en la primera página del día 11 de mayo de 1916:

ACTITUDES INJUSTIFICADAS.

Ved como nuestros adversarios, haciendo pábulo del más insano léxico, porque es atrozmente calumnioso, persiguen quedar en la actitud arrogante y agraciada que solo se da en la sinceridad y en la nobleza.

 Empecemos á revolver ese tejido criminal con que «Heraldo» miente á mansalva, y veamos si no opone una vez más su soberbio mentís á los piadosos lemas que ostenta bajo su título. Sarcasmo inaudito por un lado, y formal atentado á la conciencia honrada de un pueblo.

 Es una completa inexactitud afirmar que exista un pacto entre los liberales y conservadores de Humilladero y que aquéllos hagan traición á sus ideales por medio de un «chantage» vergonzoso inspirado por el medro político. En demasía nos es conocido aquel distrito y de su integridad liberal podemos responder con la irreprensible de nuestro partido en Antequera; ya hemos explicado en estas mismas columnas lo que ha podido ocurrir; si con nuestras aseveraciones no está conforme el colega, búsquelas donde le plazca.

 Es notorio, por otra parte, que el exministro señor Bergamín no ha hecho otra labor hasta el presente que la de crear conflictos escolares en España, pero aun en el caso de que hubiera laborado en beneficio político de los conservadores, no ha podido afirmar esas declaraciones «en el supuesto de contraer compromisos solemnes» y es la razón que tales declaraciones quedan relegadas á la categoría de patraña. Sabe «Heraldo» cerrar la cláusula afirmando «que él no apetece la discordia ni intenta crear molestias para nadie»; ¡y sin embargo, en todo el artículo titulado «Actitud de los conservadores» apenas si hemos hallado un átomo de verdad! ¿Y vamos á bautizar esas actitudes con el nombre de nuncios de la paz? Colíjase qué podrán decir los liberales de Mollina y Fuente-Piedra al leer textualmente que allí no existe partido, cuando en el actual momento histórico está dando indicios de su vital actividad en todas partes; pero como es de menos trabajo destruir que edificar, con la mayor facilidad se inventan «pactos», se habla de «traición é ideales», de «enjuagues de jefes», pero se olvida que si los calumniados no tienen prensa, hallan en cambio un formidable apoyo en sus correligionarios, que dando ejemplo de adhesión recíproca, saben esgrimir las armas con que se castiga el insulto.

¿Y qué diremos de los repetidos intentos con que aún se arrojan lunares sobre el brillante homenaje rendido á don Luis de Armiñán? No hubo allí asalariados, no hubo elementos en hostil oposición á la política de nuestro jefe; sólo asistieron hombres libres que tienen conciencia de sus intereses y hombres de franca lealtad, como admiradores y deseosos de escuchar el elocuente verbo de nuestro ilustre caudillo. Acaso en Antequera no haya surgido un movimiento más expontáneo en favor de las ideas patrióticas y desinteresadas. El elevado número de comensales que asistieron al banquete lo expresa todo.

No podemos seguir ocupándonos de más injustificados asertos; todos son del mismo tenor y Antequera no ha de responder á ellos sin escuchar la frase volteriana: «Calumnia que algo queda».

Nosotros podíamos añadir: Calumnia y serás confundido.





Por cierto, la clase trabajadora no estaba representada en ninguno de los dos periódicos. Ya aparecerá uno –con mucha presencia mollinata- pero habremos de esperar al fin de la etapa caciquil para verlo.







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