DEFENSA DE LOS CONSERVADORES. 1916




Portada del Heraldo de Antequera de siete de mayo de 1916.






Tras los ataques de La Unión Liberal a los conservadores de Antequera y su zona de influencia política el Heraldo de Antequera comienza su contraofensiva en tres números.

El primero aparece en la portada del día siete de mayo de 1916. Vemos claramente la perversidad democrática de la Restauración: Según el gobierno de Madrid, así el gobierno de los pueblos. Por desgracia, algo fijado en el colectivo actual. 
Decía así:

Actitud de los conservadores

Hace varias semanas publicamos unas líneas contestando a cierto artículo inserto en el órgano de los liberales, relacionado con pretensiones de estos, o al menos de sus elementos directivos aquí, encaminadas a que el partido liberal-conservador facilite medios para que los adversarios tengan mayoría en los organismos administrativos del distrito. Decíamos, que el ilustre jefe local de los conservadores había recibido cortés. requerimiento para que se fuese a tal solución, y aunque hubo de producir extrañeza la solicitud, teniendo en cuenta afirmaciones hechas en Madrid al lograr del señor Luna Pérez el Gobierno, que accediere a no presentar su candidatura en estas^ elecciones generales, D. Antonio Luna Rodríguez no quiso dar respuesta definitiva hasta tanto que obtuviere ratificación concreta y terminante de aquellas afirmaciones, a fin de que jamás pudiera argumentarse que se incumplimentaba por los conservadores convenio alguno.

 Elevada súplica al insigne ex-ministro D. Francisco .Bergamin para que se sirviera expresar si los conservadores del distrito de Antequera estaban equivocados estimando que el Gobierno había ofrecido mantener las actuales excelentes  organizaciones administrativas que tanto bien han reportado a los pueblos del partido, puesto que al insigne parlamentario debía el Gabinete el sacrificio hecho por el diputado antequerano de su acta; han sido satisfechos los deseos del partido conservador en la consulta, obteniéndose contestación categórica, en el sentido, de que está contraído el compromiso solemne de respetar las mencionadas organizaciones, y por tanto, que en modo alguno se accediera a las pretensiones formuladas, ajenas sin duda a los jefes supremos del partido liberal.

 Trasmitida al Sr. Luna Rodríguez tan concreta respuesta, apresuróse a dar a su vez la definitiva adecuada a su requirente.

Esto es todo lo ocurrido. Hablar, pues, de alteraciones de la paz, de que sobrevenga la guerra política, y de otras cosas anejas a ello, parécenos extemporáneo. Es más, nos merecen análogo juicio, esas afirmaciones de que el partido liberal no puede permitirla preponderancia del conservador en el distrito, y de que necesita desenvolverse en los organismos administrativos.

En cuanto al primer concepto, el partido conservador no provoca la discordia ni apetece molestias para nadie. Limítase a mantener con toda lealtad, el compromiso celebrado entre los jefes libérales y el Sr. Bergamín. En cuanto a eso de no reconocer la preponderancia de los conservadores en el distrito, es tarea harto ingrata para los adversarios. Como que significa ir contra la realidad, y ello no conduce a otra cosa que al fracaso. El partido conservador que desde que reorganizóse, a raíz de la muerte del inolvidable Romero Robledo, dió muestras de su pujanza, ha ido aumentando en vigor y prestigio cada año, cada mes; cada día, observándose singular contraste con la debilidad en las filas adversarias, recientemente la preponderancia arraigadísima del adversario. Y en lo que se refiere a la alegada necesidad de desenvolverse libremente el partido liberal en los Ayuntamientos, no es razonable el alegato. Pues qué, ¿no está a la vista la labor que viene realizando ia mayoría conservadora en Antequera? Convencida esta de que el Alcalde se propone realizar una administración honrada hállase resueltamente a su lado, y en esa actitud continuará. ¿Qué obstáculos se le ponen que eviten ese desenvolvimiento de que se habla? En absoluto, ninguno. Es más, todos, sin excepción alguna, los empleados de nombramiento de la Corporación, y por tanto, que pueden depender de la mayoría, han sido nombrados por el Alcalde y los ediles liberales, cesando los funcionarios adictos a los conservadores. Pero, hay más: el Alcalde se ausenta sin delegar,, y lo hace tranquilo de que no ha de creársele conflicto alguno., ¿Puede caber mayor desenvolvimiento? Y no está sobrado recordar, que el último Alcaide conservador no ha tenido mayoría efectiva, sin que sé le ocurriera al partido gobernante exigirla. Y ya es este un antecedente transcendental, que digamos.

En lo que afecta a Mollina, Fuente-Piedra y Humilladero, que son los pueblos que merecen la especial atención del órgano de los liberales, hemos de decir, que en el primero de ellos, no existe ya hoy partido liberal, pues los hombres de prestigio que allí seguían la política del Sr. Alvarez del Valle, han ingresado en las huestes conservadoras. En Fuente-Piedra, ni existe hoy ni hubo nunca partido liberal; es más, no hay ediles de tal filiación, ¿Cómo, aunque se quisiera, formar las mayorías liberales en aquellos Ayuntamientos? Y por lo que hace a Humilladero, en donde hay partido liberal organizado; que hizo buena administración en la anterior etapa, existe convenio de antiguo, basado en patriótico desvelo por los intereses municipales, en virtud del cual, los conservadores eligen Alcalde liberal llegado al Poder este partido, y los liberales Alcalde entre los ediles conservadores cuando estos reciben el mando, y en cumplimiento de tal acuerdo, la Corporación ha elegido Alcalde a D. Miguel Rodríguez, que es, además, por cierto, presidente del comité constituido a iniciativa del Sr. Gómez Llombart. ¿Es que se ha hecho mal con cumplir el pacto establecido en aquel pueblo? ¿Es acaso que no inspiran confianza aquellos liberales al nuevo directorio de Antequera? Pues esa no es culpa de los conservadores ni es asunto en el que estos tengan que intervenir. Lo único que se nos ocurre argumentar, es, que pudiera con ello descubrir el adversario, que tampoco debiera haber partido liberal en Humilladero.

En resumen, pues: el partido conservador del distrito, ha de atenerse a las instrucciones que tiene recibidas de sus jefes supremos, instrucciones perfectamente compatibles con el propósito de, sin merma alguna de sus derechos ni de su preponderancia, colaborar sinceramente, lealmente, noblemente, en la gestión de los liberales al frente de los destinos públicos, pues sea cualquiera que fuere la importancia local de esta agrupación, es la que representa hoy al partido gobernante, y como monárquicos los conservadores deben prestar su apoyo en tanto se trate del interés supremo del pueblo.

Creemos, por tanto, que está bien evidenciado que anhelamos la paz y el engrandecimiento de Antequera.


Portada del Heraldo de Antequera del catorce de mayo de 1916.





También en la primera página del número siguiente, del día catorce del mismo mes y año continuaba diciendo:

Pocas palabras

Con la sinceridad que debíamos, hubimos de tratar en el último número, y en artículo titulado “Actitud de los Conservadores”, del asunto político provocado por la pretensión del adversario, de que el partido liberal-conservador prescinda de las mayorías municipales en los Ayuntamientos del distrito, y lo hicimos con todo detalle. La respuesta a la petición de los liberales, estaba ya dada en carta días antes, por el ilustre jefe de los conservadores Sr. Luna Rodríguez. Pero' tanto en el deseo de informar al público de cuanto con este asunto se relacionaba, como de guardar consideración al adversario, no dejando sin respuesta en la prensa lo que a ella se habla llevado por los liberales, nos decidimos a escribir en anteriores números un suelto y en el del domingo nuestro editorial, diciendo la verdad de lo ocurrido. Y, a ello se nos replica en unos términos extraños, incoherentes, sin argumentar, destempladamente, en fin alejando de la materia la discusión seria y serena que era .de esperar, sin que sepamos siquiera ni donde está el motivo ni la ocasión para que hubiéramos tenido la debilidad imperdonable de: echar mano de la calumnia para discutir.

Cuanto afirmamos alli, lo sostenemos hoy. El Sr. Bergamin, no; será nadie para los liberales antequeranos es decir, cuando más, puede que sea un hombre que ha llegado a la cumbre por caprichos de ia ¡fortuna. Para el pais significa alguna cosita más esa personalidad insigne. Para los conservadores de Antequera significa lo que antes fuese el inolvidable Romero-Robledo: TODO. Y dadas instrucciones a estos por su jefe, a ellas se atienen, sin arrogancias ni desplantes; pero, cumpliéndolas estrictamente. No creemos que eso es calumniar.

 Tampoco es calumnia, afirmar que existe el pacto entre liberales y conservadores en Humilladero. Hay convenio allí en el sentido que dijimos, Aunque aquí se niegue. ¡A que no publica el adversario documento en el que el jefe de aquellos liberales, don Miguel Rodríguez, niéguelol En cambio nosotros hemos afirmado que lo hay, y lo hemos demostrado ateniéndonos a los hechos. Llegaron los conservadores al Poder, y por unanimidad, fué elegido Alcalde don José Segura. Gobiernan los liberales, y por unanimidad se hace Alcaide al señor Rodríguez. ¿Está claro?

¿Es calumnia, por ventura, decir que los significados liberales de Mollina, han ingresado en las huestes conservadoras? No; eso es decir la verdad. El jefe de aquellos liberales don Francisco Ordoñez, con todos sus amigos, incluso don Juan Manuel Francisco Díaz, figuran hoy ya en las filas conservadoras, con gran contento de estas, que ha tiempo lo deseaban y lo han conseguido. ¿Y esto, es claro? Es mas, parece que desconociendo estás circunstancias, se le ha ofrecido la Alcaldía de Mollina al Sr. Ordoñez, (cual sise pudiera disponer libremente de ella) y este amigo nuestro la ha rechazado, dada su significación política hoy.

Y ahora, juzgue la opinión si hemos obrado correctamente; donde se dice la verdad; donde la inexactitud (nosotros no escribimos la palabra mentira). Y si hay aún duda, publicaremos las copias de las cartas del señor Luna Rodríguez; la del Sr. Bergamín, y algún documento más. ¿Está claro?



Portada del Heraldo de Antequera del veintiuno de mayo de 1916.




Continúa con la polémica en el número del día veintiuno de mayo de 1916. 
Así:

Rasgos políticos

La acusación del empleo de la calumnia que se nos hacía por el adversario tan injustamente, ha quedado destruida. La razón y la realidad se imponen. Lo que afirmábamos con respecto a Mollina y Humilladero está plenamente demostrado por los hechos. Quizá en los instantes en que la pluma adversaria trazara enconadamente aquella acusación, desconociere las circunstancias que concurrían en los partidos políticos de ambos pueblos. Pero, no debió, desenvolviéndose dentro de lo justo, lanzar negativas rotundas y acres, sin asegurarse bien de la materia discutida.

Queda solo en pié, la negativa en lo relativo al pacto celebrado en Madrid para obtener del Sr. Luna que desistiera de presentar su candidatura, y la afirmación que hicimos en ese punto y que ratificamos hoy, tampoco es calumniosa. Nosotros somos incapaces de caminar por esos senderos. Hubiera podido existir mala interpretación de las referencias recibidas; pero, ello no integra calumnia. Y ya se ha visto, que ni mala interpretación hubo, ni podía haberla. AI regresar de la Corte los Sres. Luna Pérez y García Berdoy, hicieron saber al jefe de los conservadores del distrito D. Antonio Luna Rodriguez, todo lo ocurrido allá, y la necesidad imperiosa de complacer, más aún, de obedecer, al insigne Bergamín, conducta que fué acatada y aplaudida tanto por el ilustre caudillo del partido liberal conservador, como por todos los correligionarios, aún siendo tan enorme el sacrificio que se les imponía. Entonces, dieron conocimiento los señores Luna Pérez y García Berdoy, de las condiciones en que últimamente iba a llevarse a cabo tal sacrificio: respetaríanse las organizaciones administrativas, por eso produjo extrañeza el requerimiento hecho por el nuevo comité liberal al Sr. Luna Rodríguez, y así lo manifestó éste en carta. De ahí, el que para no cometer incorrección alguna, aunque habría sido involuntaria, se acudiese al señor Bergamín, y la respuesta del sabio exministro no se hizo esperar, en los términos ya conocidos, y por cierto, que a un mismo tiempo la obtenían los señores Luna Pérez y García Berdoy.

 Que D. Francisco Bergamín está equivocado, y por consecuencia, el exdiputado a Cortes y el diputado provincial mencionados, nuestros queridos amigos, y que D. Luis Armiñan está en lo cierto al decir que hubo semejante compromiso, o que por el contrario, el diputado por Archidona no está en lo firme, y aquellos otros señores si,...... pues, sera cuestión esa a ventilar en Madrid; pero, ni aquí ha calumniado nadie en ese asunto, ni siquiera ha faltado a la verdad. Esto es tratar el incidente sin apasionamientos y en el terreno de la lógica y la razón.









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