MUERTE DE DOÑA ASCENSIÓN GRANADOS. 1914
Recorte de El Heraldo de Antequera, veintitrés de agosto de 1914.
Decía así:
Dª ASCENSIÓN GRANADOS
Ha dejado de existir esta virtuosa señora en la anterior semana. Su nombre era bendecido por muchísimas familias, aquí y en el inmediato pueblo de Mollina; y su memoria lo será aún más. Dedicada a practicar el bien, anhelaba ocasión de realizar alguna buena obra.
Son imnumerables las de importancia que en nombre de la Caridad ha llevado a cabo; pero en donde más se hacía sentir su bienhechora mano, es en el Hospital de S. Juan de Dios y Asilo de Huérfanas.
Su testamento es grandiosa manifestación de sus sentimientos caritativos. Deja multitud de recuerdos a necesitados. Pero lo que merece mención especial, es la donación que hace de un gran edificio en Mollina para que se establezca en él un Asilo, que habrá de subsistir con la renta de quince mil duros que dedica como capital para tal fundación. El rasgo es hermosísimo, y debe servir de estímulo a aquellas personas ricas que carecen de herederos forzosos. Sino tuviere otras obras bienhechoras, bastaría esa para que se hiciera digna de perpetuidad la memoria de la ilustre dama. Se nos ocurre que el Ayuntamiento tributaria acertado homenaje, dando el nombre de D.ª Ascensión Granados a la calle de Cantareros.
HERALDO DE ANTEQUERA invita al pueblo de Mollina a que rinda también el debido homenaje a su bienhechora, dando el nombre de ésta a una de las principales vías del pueblo, por ejemplo, la Plaza central, a más de otros acuerdos que puedan adoptarse por aquel Ayuntamiento.
Tenemos que hacer algunas aclaraciones:
-Según el acta de defunción estudiada por la archivera municipal, Sra. Castellano López, se deduce que la voluntad de la señora Granados de enterrarse en la nave que había costeado en la iglesia de Mollina para descansar junto a su esposo, fue quebrantada. Su esposo está en la cripta de la nave en Mollina, mientras que ella fue enterrada con pompa -así dice el acta- en Antequera.
Habría que estudiar las tumbas que fueron tapadas por la nueva solería en un acto de enorme desconsideración hacia quien pagó la construcción de la nave de la Epístola de la Iglesia Parroquial. Trabajadores en esa última reforma de la iglesia afirman haber visto el cadáver de una señora allí enterrado.
-La voluntad de la Sra. Granados de crear el Patronato de la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo en Mollina para la educación de niños pobres y el sostenimiento de ancianos desvalidos. Este Patronato se encomendó al prelado diocesano y a sus legítimos sucesores. Ya sabemos en qué quedó. De hecho los socialistas mollinatos ya empezaron a realizar gestiones de cómo se llevaba esta herencia, de lo cual hablaremos próximamente. Esta voluntad también fue quebrantada en su mayor parte.
-Para ese asilo la señora Granados dejó el caserío de lo que fue Cortijo de la Ciudad -en aquel tiempo conocido como La Casería de la Plaza-, o sea, el edificio del pueblo más importante después de la iglesia, y el más importante históricamente en el pueblo.
-Aparte dejó quince mil duros. O sea, setenta y cinco mil pesetas. Hoy serían unos 450 €. Pero no olvidemos que en ese mismo año la Casería de Castaño, con todas sus tierras había sido subastada por unas 12.500 pesetas -unos 75 €-. O sea, que aparte del Cortijo de la Ciudad, esta señora dejó el valor de seis caserías de Castaño para el sostenimiento del asilo. A todas luces está claro que Mollina no disfrutó de semejante fortuna.
-Es penoso comprobar cómo en esas fechas se empezó la fea costumbre de renombrar calles y plazas sustituyendo nombres tradicionales por el de personas. Antequera, por fortuna, los recuperó hace poco. Mollina, salvo unas pocas excepciones, también. Menos mal.
Ponemos la noticia y la página completa. En el lado inferior izquierdo de la página completa aparece la noticia del nombramiento como Alcalde de don Antonio Vergara Pérez. De familia de origen de Almogía -como otras- empieza en esta fecha la influencia política y social de primer orden en el pueblo, continuada por su hijo. De este nombramiento se hará eco este blog próximamente.
Página de El Heraldo de Antequera de veintitrés de agosto de 1914.
Comentarios
Publicar un comentario