LA UNIÓN PATRIÓTICA EN LA COMARCA. 1924
Propaganda del nuevo partido
Hemos visto la carta circular que nuestro querido amigo, el presidente del comité local del partido Unión Patriótica, D. León Sarrailler Dromcens, dirige a diversos elementos sociales, requiriéndoles a que se afilien en la nueva organización política.
Ello nos ha agradado, porque ofrece sensación de vitalidad activa; propósito resuelto de un avance definitivo en conquista de la voluntad del vecindario, y fe en el porvenir. Y nos es más grato aún, saber, que pasan de MIL los boletines de adhesiones que en respuesta a tal invitación lleva recibidos la oficina establecida al efecto. Ese acto, unido a otros de propaganda y enlace de la causa, como por ejemplo, la creación de vínculos entre el comité de Antequera y los de Alora, Valle, Mollina, Humilladero, Fuente Piedra, y los anejos de Villanueva de la Concepción, Bobadilla, Colonia del Vado, Cauche, Cartaojal, y otras aldeas aún de menor importancia, son indispensables para el fomento del nuevo partido.
Claro es, que el llamamiento a todos los sectores, es imprescindible; pero, cuando leemos el concepto: "deponiendo diferencias políticas en aras del supremo interés que nos inspira", no podemos sustraernos a. la idea de creer, que eso está bien dicho, porque hasta por sentido retórico, es preciso teorizar a veces, al dirigirse al pueblo, y más justificado en este caso, en que efectivamente, grupo de hombres, numeroso y de valer, ha sido requerido en su hogar, en nombre del patriotismo, e inspirado en ese móvil noble, ha respondido, organizándose; pero, que es completamente fantástico, opuesto en absoluto, a la realidad lógica, sentida y vivida, que los que pertenecieron a partidos políticos, (son tan pocos los españoles de instrucción que no comulgaron en alguno, que cuando oímos decir a un ciudadano que rechaza la política, nos reímos, para que siquiera dude de que lo creemos), sin renunciar a sus credos o compromisos, depongan sus diferencias al objeto de engrosar y dar vigor a otra organización política.
Nó. Sin dejar de pertenecer a la fracción tal o cual, socialista, republicana, demócrata, liberal,, conservadora, amén de las demás que. llevan en nuestro país por título, derivados apellidistas, no se puede, ni se debe, honestamente, entrar a formar en otro, que con lema patriótico, es partido político al fin, con anhelos, espíritu y planes, muy distantes de ser circunstanciales, porque así tiene que presumírsele, al llamar adeptos.
Y no se debe ni se puede, decimos, poique no es honrado, serio ni digno, ingresar ahora en la Unión Patriótica, para dentro de poco tiempo, que este partido necesite de los votos de sus afiliados en elecciones municipales, provinciales y parlamentarias—, que nada de esto tardará mucho — , dejar de emitirlos los adictos, en favor de los candidatos de esa agrupación, so pretexto de añejos compromisos. Si los hay, personales, o como sean, es la hora de no crear otros, posiblemente tras el goce de plácidas protecciones.
No es admisible, decorosamente pensando, que se trate de aprovecharse ahora del ambiente del Poder, y más tarde, cuando llegue la hora de la efectividad personal de los compromisos, o al cambio de brújula política, se llame nadie a engaño respecto al vínculo que ahora contrae.
Por lo mismo que no estamos afiliados hoy a partido alguno, y deseamos sinceramente, la constitución en el distrito, de organizaciones potentes y honorables, nos expresamos así.
Los antiguos partidos se han deshecho. Sus componentes tomarán el rumbo que cada cual a bien tenga. No es argumento, pues, el de que existan trabas u compromisos de ninguna clase actualmente, para dejar de prestar colaboración a la Unión Patriótica. Y estimamos que esta se halla en el caso de aceptar las que de buena fe se le hagan; pero, en eso de dispensar a todas las colaboraciones, la confianza que se otorga al partidario leal, consideramos, y en estos instantes de organización damos la voz de alerta, que le conviene al nuevo partido caminar con muchos cuidados y precauciones.
Sabemos de algún que otro caso en pueblo cercano, en donde ciertos frescos,—lo da el tiempo—, se estaban dando tono de formar parte de Unión Patriótica, descubriéndoseles que recibían constantemente inspiraciones políticas de adversarios al movimiento del Ejército. Y es bueno, para el nuevo partido, como para los ciudadanos que a él lleguen, que sepan estos el vínculo político que contraen.
Y hemos de dar remate a estos comentarios, dedicando algunos a determinadas especies lanzadas de cuando en cuando, y con más insistencia, en las últimas semanas: Se procura extender por todas partes que se puede, que esto del nuevo partido, que esto de la Unión Patriótica es flor de un día-. Que estas circunstancias pasarán, y han de volver las cosas en Antequera y el distrito,—-dejemos lo de fuera para quienes más les interese—, a como estaban.
Y ello sí que es fantasía. La gobernación del Estado no volverá, al menos en tiempo que la podamos ver la mayoría de los que tratamos de estos asuntos hoy, a los rumbos anárquicos que teníamos. El Ejército español, no escribe en la historia patria la sensacional hoja del 13 de Setiembre de 1923, para luego hacer que desaparezcan sus caracteres. El ejército cesará en la suprema gobernación; pero han de sucederle en ella, hombres y procedimientos con normas absolutamente distintas.
Y esto ha de reflejarse en todo el país, y llegar a nosotros, y tener desarrollo en Antequera, y estará soñando, aunque sueño candoroso y dulce, todo el que espere que la política antequerana torne a lo que fué en estos últimos años. Eso, acabó para siempre, porque debía concluir, con y sin actuación extraña alguna. Porque ciudad de esta importancia, no podía por mucho tiempo permanecer en lá situación en que hallábase.
Creemos que, por patriotismo, todos, deberían alegrarse, aunque hubiere quebrantos y amarguras incidentales, que el tiempo borrará.
Esta profecía de eternidad ya vimos cómo se truncó no por la fuerza del pueblo español, sino por el IBEX35 de aquel tiempo: la Standard Oil y la Shell. NIHIL NOVVM SVB SOLE.
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