GOZOS A LA VIRGEN SANTÍSIMA DE LA OLIVA. S. XIX




Juan Muñoz Herrera nació en Antequera el 6 de octubre de 1835. Cursó los estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar de San Sebastián y Santo Tomás de Aquino en Málaga. Fue ordenado sacerdote en 1859 y obtuvo el curato de Mollina como primer destino. Posteriormente estuvo en San Pedro y San Sebastián de Antequera, hasta que en 1875 consigue una canonjía en Granada. El 19 de agosto de 1890 es nombrado obispo de Ávila y el 9 de febrero de 1896, obispo de Málaga. Murió el 25 de diciembre de 1919.

Son varias las veces que ha aparecido la figura de este personaje en el blog: Visitas a Mollina, nombramiento de hijo adoptivo, etc. Hoy, seis de agosto, día en el que tradicionalmente comienza la novena a la Virgen de la Oliva, aparece por otro motivo. En 1939 se le encarga a la imprenta antequerana El Progreso la impresión de unos Gozos atribuidos a este cura mollinato del siglo XIX. Los GOZOS es una composición poética dedicada a la Virgen o a los santos en la que se repite un estribillo al final de cada copla. La versión que tenemos es la mecanografiada que se nos entregó a finales de los años setenta. Aquí se transcribe tal cual, sin corregir el exceso de puntuación.

Por último una aclaración: al final de los gozos aclara una leyenda. Es leyenda, no historia. Históricamente sabemos que la primitiva imagen de la Virgen de la Oliva fue donada a la parroquia de Mollina por el obispo Fray Alonso de Santo Tomás en 1687. Pero esta leyenda, aun siendo leyenda, tiene también un valor cultural para Mollina. Coincide también con otra leyenda con la aparición de la imagen mariana en un olivo –el olivo santo- y cómo la imagen iba y venía sola de un sitio a otro. Esta del mollinato que va a Roma y vuelve con la imagen está más elaborada y algo más original que la de la aparición en el olivo. Nos emparenta en ese sentido con otras imágenes que vinieron de Roma, como, por ejemplo, la Virgen de Araceli.  Así que este seis de agosto dispongámonos a leer estos Gozos. La imagen es la primitiva de la Virgen de la Oliva, con la particularidad de que se puede ver al niño sin ropaje.



GOZOS A LA VIRGEN SANTÍSIMA DE LA OLIVA

Ya que sois tan distinguida

Del cielo, en vuestra Asunción,

Dadnos vuestra protección

Madre nuestra de la Oliva.


De Roma, brillante aurora, (1)

Dicen que fuiste venida,

 Para ser constituida

Por Madre, Reina y Señora,

De este pueblo protectora

 Que te dice con fe viva:

Dadnos, etc.


Trajo el célebre Esquivel,

 Esta imagen peregrina.

Don que la bondad divina

Tuvo a bien el conceder.

Llenos, pues, de gran placer

Digamos con voz activa:

Dadnos, etc.


En cuantas necesidades

Este pueblo te ha invocado,

Dichoso ha siempre encontrado

Prontísimas tus piedades.

 Por tantas felicidades

 Te entona canción votiva:

Dadnos, etc.


Es el iris que asegura

El perdón del pecador,

 Si con gran pena y dolor

Llorar sus culpas procura.

 Gracias, pues, ¡Oh Virgen pura!

 Reina hermosa y compasiva:

Dadnos, etc.



(1)    Existe en la villa de Mollina la piadosa, antiquísima y muy constante tradición,  de que Salvador Esquivel, morador en ella, de vuelta a un viaje de Roma, al salir de la Ciudad Eterna, vio un hermoso mancebo el cual le entregó la preciosa Imagen titulada Ntra. Sra. de la Oliva diciéndole estas palabras: “Salvador, Salvador, toma esta imagen y colócala en el pago de las Olivas, pues esta es la Oliva más verdadera”. Fúndase esta tradición en un documento entregado por un Venerable Religioso Trinitario de la ciudad de Antequera a un muy antiguo párroco de esta Iglesia, en cuyo archivo existe copia autorizada.

Dr. D. Juan Muñoz Herrera

(Antequera, Imp. El Progreso, 1939)


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