REPASO A LOS CINCO PRIMEROS NÚMEROS DE LA RAZÓN. 1930


Monumento al Corazón de Jesús, en Antequera,  criticado en La Razón.



Ya vimos cómo el treinta de agosto de 1930 aprovechando la apertura que supuso la dictablanda del general Berenguer se empezó a editar en Antequera La Razón, órgano de la Agrupación Socialista y Sociedades Obreras, Defensor de los intereses del Pueblo. Dirigida por el mollinato Antonio García Prieto tenía su sede en la calle Estepa –el periódico decía Infante Don Fernando- número 23, o sea, el mismo número que la sastrería que regentaba el director.

También vimos cómo el semanario de cuatro páginas se hacía llamar  de extrema izquierda. Aquí lo que vamos a ir poniendo son las publicaciones del mismo relacionadas con Mollina.

Normalmente en la página 4 y última venía la sección titulada De los pueblos. En ese primer número aparecía:



Mollina

Con un entusiasmo grandísimo por parte de todos los trabajadores, cada día que pasa hay más entusiasmo por nuestra Sociedad, pues sabemos positivamente y estamos desengañados de más que las monarquías oligárquicas son la ruina de las naciones y, por ende, de los trabajadores.

 Así es que no desmayar, y adelante con la organización, que unidos todos sabremos conseguir que en nuestro pueblo impere la Razón y la Justicia y termine esta burguesía infamante y corrosiva que tan miserablemente nos explota.

 ¡Viva la Unión General y el Partido Socialista!

 UN CAMPESINO

En el número 2, cuatro de setiembre de 1930, después de hablar sobre el agua, decía:

La Sociedad Obrera de Mollina, ha organizado un acto para el Domingo 7 por la noche en el que hará uso de la palabra nuestro compañero García Prieto, presidente de la Agrupación, y varios más de ésta. Hay una expectación grande entre el elemento obrero por oir (sic) a nuestro camarada.

En el número siguiente, once de setiembre de 1930, Mollina ocupaba toda la sección:

De los pueblos

 Mollina

El acto del domingo

 De conformidad con lo que anunciábamos en nuestro número anterior, el pasado dia 7, domingo, celebróse en la vecina villa de Mollina el acto de propaganda sindical y política organizado por la Sociedad de obreros agrícolas “EI Progreso”, de aquella localidad, y en el que tomaron parte nuestros compañeros Juan Villalba y Antonio García Prieto, por la Agrupación Socialista, y Andrés González, de la localidad.

 La falta de espacio nos impide hacer una detallada reseña del acto, que se vió concurridísimo.

Presidió el compañero Parrado, presidente de la Sociedad, quien dá por comenzado el acto y cede la palabra al compañero González, el que dá lectura a unas cuartillas llenas de verdadero sabor societario y socialista, en las que exhorta, en párrafos brillantísimos, a los trabajadores de Mollina practiquen la solidaridad, único medio de conseguir el logro de las aspiraciones proletarias. Dedica frases de aliento a los jóvenes socialistas y les incita a perseverar en el estudio para capacitarse y, en su día, dar la sensación de una fuerza consciente. Fué muy aplaudido.

Seguidamente usa de la palabra el camarada Villalba, quien toma pie de las cuartillas leídas por González para disertar, clara y precisamente, sobre la necesidad de robustecer las organizaciones obreras con el lazo fraternal e indisoluble del compañerismo, base de la prosperidad obrera. Coincide en la necesidad de que esa juventud de hoy, hombres en un futuro muy próximo, dedique su tiempo al estudio y la meditación del bello ideal socialista, único capaz de hacer de esta España aherrojada una nación próspera y feliz. Termina su cálida oración con vivas a los trabajadores de Mollina, Unión General de Trabajadores y Partido Socialista, que son contestados con entusiasmo, aplaudiéndose calurosamente a nuestro compañero.

El compañero Prieto comienza su discurso con un sentimental recuerdo a su tierra natal y a los compañeros que con él compartieron las alegrías de la niñez. Expresa su confianza ciega en el resurgir de los trabajadores de Mollina y se remonta a tiempos pretéritos de feliz memoria para los obreros de la villa.

Recomienda la unión de todos los trabajadores para constituir un frente único y potente para resistir los embates de la burguesía, principalmente en las próximas luchas electorales, en las que el obrero tiene que demostrar su capacidad emitiendo su sufragio por los candidatos socialistas, que son los defensores de sus derechos. Dice que ya es tiempo de que el trabajador sepa qué ventajas le reporta el votar por un representante burgués, que en principio promete mucho y nada realiza una vez conseguida la investidura de diputado a Cortes.

Respecto a las elecciones municipales, cuando lleguen, dice que es de mucha importancia para los obreros llevar al Municipio representantes que defiendan sus intereses y los del pueblo en general con la equidad característica de los socialistas. El final de su peroración fué acogido con una estruendosa salva de aplausos.

El número 4, aparecido el dieciocho de setiembre, sigue acordándose de ese acto:

Mollina

 Después del acto celebrado por nuestros camaradas de Antequera, cada día que pasa va aumentando el número de afiliados a nuestra Sociedad y el entusiasmo es mucho mayor. Del periódico LA RAZÓN, que tantas simpatías cuenta entre los trabajadores, se venden cincuenta números en la semana. Esto demuestra que los trabajadores de este pueblo son conscientes de sus deberes y llevarán a las urnas electorales una mayoría de votos que acabará con el caciquismo miserable que rige los destinos de este sufrido pueblo.

Uno de tantos.

Ese mismo número traía en su página 2 este suelto que reproducimos para dar idea de las reivindicaciones políticas del semanario:

¡CIUDADANO!

 Llevamos siete años sin garantías constitucionales, sin libertad de palabra y de prensa, sin Parlamento, con Ayuntamientos de real orden. Estos siete años figurarán en la historia de España como una vil ignominia. ¿Queréis redimiros de este régimen indigno? Tarde o temprano habrá elecciones. Y tenéis el deber de ganarlas a la reacción. Unas elecciones pueden ser el prólogo de la revolución que necesita España para salvarse.

Y pensad que la salvación de España y de la Humanidad está en el Socialismo. Pase lo que pase, el Partido Socialista irá a la lucha con la bandera de las responsabilidades y de la República desplegada. Seremos los únicos, ya lo veréis. Y tenéis el deber de armaros del voto para ayudarnos a vencer al absolutismo.

Y para que os hagáis idea de precios y de la forma de hacer publicidad escrita traemos esto que aparecía en su página 3:

HURTO

 En un descuido de Robustiana Calderón, con domicilio en calle sin salida, un individuo aprovechóse de la ocasión para llevarse un canasto de aquélla, el cual se encontraba repleto de varios artículos.

 La mujer empezó a gritar. En aquellos momentos pasaba una persona caritativa y para consolar a la pobre mujer, le dijo: — No se apure; digame el importe total de los artículos que compró y se los pagaré.

— Pues vera; vaya apuntando: Una lata de manteca Gil, a 11.90 ptas.; una ídem de salmón, por 2.40; una ídem de atún, a 2.45; un bote de melocotón, por 3 ptas.; un kilo de chorizos, a 7.50; y un kilo de café, superior, a 9 pesetas.

 El hombre quedó extrañado.—¿Pero es posible que haya usted comprado esos artículos tan baratos, siendo de la mejor calidad? Desde hoy LA CAMPANA será la tienda preferida de mi casa, pues me he. convencido de que no sólo son sus artículos los mejores sino también los más baratos.

 LA CAMPANA.                 Trinidad, 3.

El número siguiente, el 5, del día veinticinco de setiembre de 1930, traía en su página 4:

Mollina

 Una demostración clara de cómo obran estos caciques, está en los hechos siguientes:

El Ayuntamiento de la pasada Dictadura proyectó, con muy buen acuerdo, hacer la traída de aguas con lo que cada vecino aportara para los gastos de la misma. Se suscribieron, unos con mil pesetas, otros con quinientas, varios a cien, y muchos a cincuenta y a veinticinco.

 Pues bien: ahora resulta que se deben más pesetas que lo que valen las obras y materiales empleados. ¡Quién me compra un lío!

Y ahora vamos con el de la segunda:

 Días pasados, el señor Alcalde llamó a su despacho a los pequeños industriales que venden carbón y petróleo por las calles, y les dijo:—El carbón ha de venderse a 0.35 el kilo y el petróleo a 0.80.

 —Muy bien eso de la tasa —le contestó el modesto industrial, apodado “Lameas”; — pero que sea por igual en el pan y que no se dé falto de peso, pues su señoría es panadero.

Inmediatamente el Alcalde llamó al guardia municipal Rebollo, y le dijo:

— Acompaña a este señor a los dos establecimientos donde venden mi pan, y ¡ay de él, cuando vea que está cabal!

—¿Dá usted su permiso?

 — Adelante.

 — A la orden de usted, señor Alcalde. Hemos pesado uno por uno todos los panes y resulta que al que más, le faltan doscientos gramos y al que menos, sesenta.

— Pues no sé cómo pueda ser eso, no sé. Puede retirarse.



La ironía con la que acaba la crónica, que iba sin firmar, era de lección.


Y para acabar esta entrada ponemos un suelto de la primera página para ver la ideología de aquellos obreros:

Va a publicarse en ésta un nuevo periódico. Digo, quizás esto de nuevo sea una impropiedad, pues dicho periódico es la prolongación de otros que se perdieron en los abismos de lo inexistente.

 Ya sabrán ustedes — en este desgraciado pueblo todo se sabe — de dónde procede ese periódico, y lo que en él van a decirnos. Seguramente nos hablarán de reformas, democracias y embellecimientos, trucos que han dejado ya de causar efecto.

 Pero no se dejen ustedes sorprender. Eso de las reformas y el embellecimiento lo hace cualquiera que cuente con las urbes (sic) repletas de una Dictadura analfabeta, siempre dispuesta a dejarse exprimir para poder llevar a cabo su obra nefanda.

 Lo que deben ustedes decirles a aquellos que tal cosa os digan, es esto: Vamos a ver, ¿para qué queremos nosotros ornato público mientras tengamos hambre y padezcamos injusticias?

Dos proyectos

¿Recuerdas, lector, al juez señor Lacambra? ¿Recuerdas su bello proyecto de construir en nuestro pueblo una Cantina Escolar? ¿Recuerdas su campaña en la prensa, sus visitas, sus discusiones? Pues a pesar de todo, el señor Lacambra—era un forastero, le decían—hubo de marcharse de Antequera con la desilución (sic) de ver frustrados sus anhelos.

Recuerda, también, que por el mismo tiempo surgió el proyecto de erigirle al Corazón de Jesús una estatua. La estatua es hoy una realidad, gracias al esfuerzo de un clérigo y a la caridad de unos señores que piensan de esta forma asegurarse un palco en la otra vida. La Cantina Escolar ni siquiera es hoy un proyecto.

 Dime tú ahora, lector, sin pecar de parcialidad, qué hace más falta a un pueblo: una Cantina Escolar, donde coman los niños pobres, o una imagen más?  ¿Acaso no existen ya bastantes imágenes, y bastantes iglesias, y bastantes...

Esto te enseñará a conocer a las gentes que te rodean.

La imagen corresponde al monumento aquí criticado en una foto de época.



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