REPASO A LOS NÚMEROS 6 AL 10 DE LA RAZÓN. 1930


Página de La Razón, de veintitrés de octubre de 1930 con el escrito de Andrés González Páez.





El número 6 de La Razón,  aparecido el dos de octubre de 1930, abría con una crítica al campo de tenis inaugurado en Antequera. Afirmaba que ya había dos campos: fútbol para los pobres, tenis para los ricos. 
En su página 2 con el título de VERITAS A DEO ORTA EST –La verdad es hija de Dios- criticaba al cura que a su vez había criticado el artículo del número anterior de La Razón donde decía que el dinero del monumento al Corazón de Jesús hacía más falta en otros sitios. Llegaba al extremo de afirmar que si los niños no tenían qué comer tendrían que comerse al Corazón de Jesús. 
De Mollina sacaba en la página 4 la queja sobre la falta de agua en la fuente y la alusión a la herencia de doña Ascensión Granados, ya aparecida en estas páginas.

El número 7, de nueve de octubre, traía en su página 4 un artículo sobre el depositario de bienes municipales y alusión a la herencia. Decía:

Mollina

Consecuencias de un régimen caciquil

 Ha llegado a nuestro conocimiento que el presupuesto de gastos de este pueblo está acaparado por una sola familia, pues entre parientes y dolientes todo queda dentro de casa, y cuando alguna persona que no es de los suyos ocupa un cargo, procuran hacerle la vida imposible, como sucedía con el depositario de los fondos municipales don Antonio Velasco, que le exigieron una fianza de 35.000 pesetas dándole de sueldo 500, mas (sic) el 3 por 100, y hay que ver las fatigas que pasaba para que se le firmaran las cartas de pago, hasta que aburrido hubo de dejar el cargo y marcharse, y al hacerle la liquidación le rebajaron el medio por ciento.

Y ahora resulta que el que ocupa ese cargo, no tiene ni con mucho la garantía del anterior, por ser casi insolvente, le han aumentado el sueldo en 500 pesetas más, y en vez del 3 por 100 le dan el 5; y para nivelar a los demás familiares, han aumentado la nómina del Veterinario y Boticario.

Nota. —En nuestro número anterior decíamos que cuando estuviéramos bien informados denunciaríamos un caso que, de ser cierto, causaría gran sensación. Hoy podemos anticipar que nuestras pesquisas van por buen camino y que dentro de poco se sabrá todo.


En el número 8, dieciséis de octubre de 1930, decía en su página 4:

Mollina

Llevamos un mes sin agua, pues las cañerías de las fuentes están inservibles después de haber gastado una fortuna en dotar de agua al pueblo y ahora resulta que nada de lo hecho sirve y que se debe más de lo gastado, consecuencias todo esto de la «buena» administración caciquil que aquí padecemos y que hace lo que quiere con perjuicio del pueblo y en beneficio de ellos.

¡Cuándo llegará el día en que sean los obreros los que administren justicia! pues de seguro, que lo han de hacer mejor, porque conocen las privaciones, porque tienen más sensibilidad, y sobre todo porque son honrados.

 NOTA. —En nuestro número anterior decíamos que al boticario le habían subido la nómina, cosa que no es cierto, y que dicho señor es persona que con su altruismo desinteresado, está constantemente haciendo obras de caridad entre el elemento obrero, lo que nos satisface y rectificamos para que cada uno quede en su sitio.



En el número 9, de veintitrés de octubre, ya traía un artículo firmado por Andrés González. Nada de anónimos. Tras él una aclaración. La segunda en dos semanas:

Mollina

Jóvenes compañeros antequeranos:

Tengo el honor de dirigirme a vosotros por escrito, ya que no me es posible hacerlo personalmente, pero es tan grande mi afecto al compañerismo que no puedo por menos de manifestarlo a la juventud antequerana, como lo he hecho antes a la de mi pueblo, encomiando el beneficio que reporta el pensar en nuestra obra.

 Es necesario, jóvenes compañeros, que todos coadyuvemos a esta obra de redención, que es el Socialismo, pues ya que no los primeros, debemos ser los segundos. Porque necesitamos del consejo de nuestros mayores, que si nó, seguro estoy que a nuestra edad, nuestro espíritu acometedor se revelara y solo se aprestaría a la lucha, puesta nuestra fe en la victoria, laurel con que habríamos de ceñir la frente de los mártires que su vida dieron por nuestra causa. «Por el Socialismo», idea salvadora de la Humanidad que gime bajo el yugo férreo de la esclavitud, idea única, de la que nuestros antepasados hicieron juramento ante ella de no faltarle, y para venerarla levantaron templos, donde los desheredados de la fortuna se reunirán en estrecho abrazo fraternal para así, por la fuerza del compañerismo combatir las injusticias infames del capitalismo.

 La persecución más encarnizada que jamás ha conocido la Historia, fué el premio a sus ideas: los patíbulos, las cárceles, apagaron al frío filo dé la espada aquellas conciencias nobles y generosas que dispuestas venían a salvarnos, a redimirnos.

 En España, hoy otra oleada gemela de aquella ha levantado los ánimos, y nuevos hombres se disponen a hacer prevalecer las doctrinas socialistas defensoras de nosotros, y de la causa que nos tiene sumidos en la más vergonzosa explotación e ignorancia. ¿Daremos nosotros, jóvenes compañeros, otro ejemplo de cobardía como lo dieron antaño nuestros antepasados? Nó, y mil veces nó, gritaremos con toda la fuerza de nuestros pulmones. Eso sería para nosotros una afrenta ignominiosa, una vergüenza insoportable.

Saldremos a la lucha con el placer del que saborea una venganza, dando asi la sensación de una fuerza consciente digna de nosotros, de nuestra sangre joven, y tengo la seguridad que la juventud socialista de Antequera y su distrito dará ejemplo de altruismo dada la capacidad intelectual que posee.

Y yo os propongo, compañeros, que debemos implantar esa Federación, difundirla, propagarla, que no está lejos el día en que libres gritemos: ¡Viva el Socialismo! ¡Viva la juventud socialista!

Vuestro compañero

ANDRÉS GONZÁLEZ.

Nos dicen de este pueblo que hemos sido mal informados respecto a que el Depositario de los fondos municipales sea un insolvente.

 Por lo visto, dicho señor tiene la suficiente garantía que marca la ley y cumple su cometido a entera satisfacción de todos, y sin haber obtenido mejoras en su haber, como las han conseguido otros funcionarios.

El treinta de octubre de 1930 salía a la calle el número 10 de La Razón. En su página 4 traía:

De los pueblos

 Mollina

 Compañeros de Antequera.

 Salud:

En vista de los rumores que aquí corren de que vais a la huelga si no aceptan los patronos las bases, os digo que con nosotros los que pertenecemos a la Sociedad podéis contar; pero existe una plaga en varios cortijos, que esos no quieren más que vivir a espaldas de ustedes y de nosotros, y a esos es a los que hay que tenderles el látigo para que se apunten en la Sociedad, y entonces es cuando podremos ayudarnos unos a otros.

 Entre esa plaga ya referida figuran los de Pozo Ancho, El Canal, La Bodeguilla y otros, que si hay algún compañero entre ellos no puede hacer fuerza, y por eso es preciso obligarles a que vengan a la Sociedad esos desgraciados, que están muy contentos con la vida que tienen y muy pagados de su «amo» (¡maldito amo!) que los explota, después que ocurre como en fechas anteriores con el patrono de La Bodeguilla, que abrió una suscripción para la casa de Primo de Rivera y obligó a los obreros para que cada uno aportara lo que pudiera con lo cual él quedaba a una altura grande mientras ellos sallan robados y contentos porque habían complacido a su amo.

A todo esto, la mayoría de ellos no tienen una zahúrda donde meterse con sus hijos y contribuyen con su óbolo para hacerle una casa al Dictador, que es quien nos ha tenido cohibidos durante siete años y nos ha dejado a todos liados.

 A esos es a los que es menester obligarles y que no trabajen entre ustedes mientras no estén asociados.

Vuestro y de la causa

 FRANCISCO GONZÁLEZ.


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