REPASO A LOS NÚMEROS 6 AL 10 DE LA RAZÓN. 1930
El número 6 de La
Razón, aparecido el dos de octubre de
1930, abría con una crítica al campo de tenis inaugurado en Antequera. Afirmaba
que ya había dos campos: fútbol para los pobres, tenis para los ricos.
En su
página 2 con el título de VERITAS A DEO ORTA EST –La verdad es hija de Dios-
criticaba al cura que a su vez había criticado el artículo del número anterior
de La Razón donde decía que el dinero
del monumento al Corazón de Jesús hacía más falta en otros sitios. Llegaba al
extremo de afirmar que si los niños no tenían qué comer tendrían que comerse al
Corazón de Jesús.
De Mollina sacaba en
la página 4 la queja sobre la falta de agua en la fuente y la alusión a la
herencia de doña Ascensión Granados, ya aparecida en estas páginas.
El número 7, de nueve de octubre, traía en su página 4 un
artículo sobre el depositario de bienes municipales y alusión a la herencia.
Decía:
Mollina
Consecuencias de un
régimen caciquil
Ha llegado a nuestro conocimiento que el
presupuesto de gastos de este pueblo está acaparado por una sola familia, pues
entre parientes y dolientes todo queda dentro de casa, y cuando alguna persona
que no es de los suyos ocupa un cargo, procuran hacerle la vida imposible, como
sucedía con el depositario de los fondos municipales don Antonio Velasco, que
le exigieron una fianza de 35.000 pesetas dándole de sueldo 500, mas (sic) el 3
por 100, y hay que ver las fatigas que pasaba para que se le firmaran las
cartas de pago, hasta que aburrido hubo de dejar el cargo y marcharse, y al
hacerle la liquidación le rebajaron el medio por ciento.
Y ahora resulta que el
que ocupa ese cargo, no tiene ni con mucho la garantía del anterior, por ser
casi insolvente, le han aumentado el sueldo en 500 pesetas más, y en vez del 3
por 100 le dan el 5; y para nivelar a los demás familiares, han aumentado la
nómina del Veterinario y Boticario.
Nota. —En nuestro
número anterior decíamos que cuando estuviéramos bien informados denunciaríamos
un caso que, de ser cierto, causaría gran sensación. Hoy podemos anticipar que
nuestras pesquisas van por buen camino y que dentro de poco se sabrá todo.
En el número 8, dieciséis de octubre de 1930, decía en su página 4:
Mollina
Llevamos un mes sin
agua, pues las cañerías de las fuentes están inservibles después de haber
gastado una fortuna en dotar de agua al pueblo y ahora resulta que nada de lo
hecho sirve y que se debe más de lo gastado, consecuencias todo esto de la
«buena» administración caciquil que aquí padecemos y que hace lo que quiere con
perjuicio del pueblo y en beneficio de ellos.
¡Cuándo llegará el día
en que sean los obreros los que administren justicia! pues de seguro, que lo
han de hacer mejor, porque conocen las privaciones, porque tienen más
sensibilidad, y sobre todo porque son honrados.
NOTA. —En nuestro número anterior decíamos que
al boticario le habían subido la nómina, cosa que no es cierto, y que dicho
señor es persona que con su altruismo desinteresado, está constantemente
haciendo obras de caridad entre el elemento obrero, lo que nos satisface y
rectificamos para que cada uno quede en su sitio.
En el número 9, de veintitrés de octubre, ya traía un artículo
firmado por Andrés González. Nada de anónimos. Tras él una aclaración. La
segunda en dos semanas:
Mollina
Jóvenes compañeros
antequeranos:
Tengo el honor de
dirigirme a vosotros por escrito, ya que no me es posible hacerlo
personalmente, pero es tan grande mi afecto al compañerismo que no puedo por
menos de manifestarlo a la juventud antequerana, como lo he hecho antes a la de
mi pueblo, encomiando el beneficio que reporta el pensar en nuestra obra.
Es necesario, jóvenes compañeros, que todos
coadyuvemos a esta obra de redención, que es el Socialismo, pues ya que no los
primeros, debemos ser los segundos. Porque necesitamos del consejo de nuestros
mayores, que si nó, seguro estoy que a nuestra edad, nuestro espíritu
acometedor se revelara y solo se aprestaría a la lucha, puesta nuestra fe en la
victoria, laurel con que habríamos de ceñir la frente de los mártires que su
vida dieron por nuestra causa. «Por el Socialismo», idea salvadora de la
Humanidad que gime bajo el yugo férreo de la esclavitud, idea única, de la que
nuestros antepasados hicieron juramento ante ella de no faltarle, y para
venerarla levantaron templos, donde los desheredados de la fortuna se reunirán
en estrecho abrazo fraternal para así, por la fuerza del compañerismo combatir
las injusticias infames del capitalismo.
La persecución más encarnizada que jamás ha
conocido la Historia, fué el premio a sus ideas: los patíbulos, las cárceles,
apagaron al frío filo dé la espada aquellas conciencias nobles y generosas que
dispuestas venían a salvarnos, a redimirnos.
En España, hoy otra oleada gemela de aquella
ha levantado los ánimos, y nuevos hombres se disponen a hacer prevalecer las
doctrinas socialistas defensoras de nosotros, y de la causa que nos tiene
sumidos en la más vergonzosa explotación e ignorancia. ¿Daremos nosotros,
jóvenes compañeros, otro ejemplo de cobardía como lo dieron antaño nuestros
antepasados? Nó, y mil veces nó, gritaremos con toda la fuerza de nuestros
pulmones. Eso sería para nosotros una afrenta ignominiosa, una vergüenza
insoportable.
Saldremos a la lucha
con el placer del que saborea una venganza, dando asi la sensación de una
fuerza consciente digna de nosotros, de nuestra sangre joven, y tengo la
seguridad que la juventud socialista de Antequera y su distrito dará ejemplo de
altruismo dada la capacidad intelectual que posee.
Y yo os propongo,
compañeros, que debemos implantar esa Federación, difundirla, propagarla, que
no está lejos el día en que libres gritemos: ¡Viva el Socialismo! ¡Viva la
juventud socialista!
Vuestro compañero
ANDRÉS GONZÁLEZ.
Nos dicen de este
pueblo que hemos sido mal informados respecto a que el Depositario de los
fondos municipales sea un insolvente.
Por lo visto, dicho señor tiene la suficiente
garantía que marca la ley y cumple su cometido a entera satisfacción de todos,
y sin haber obtenido mejoras en su haber, como las han conseguido otros
funcionarios.
El treinta de octubre de 1930 salía a la calle el número 10 de La
Razón. En su página 4 traía:
De los pueblos
Mollina
Compañeros de Antequera.
Salud:
En vista de los
rumores que aquí corren de que vais a la huelga si no aceptan los patronos las
bases, os digo que con nosotros los que pertenecemos a la Sociedad podéis
contar; pero existe una plaga en varios cortijos, que esos no quieren más que
vivir a espaldas de ustedes y de nosotros, y a esos es a los que hay que
tenderles el látigo para que se apunten en la Sociedad, y entonces es cuando
podremos ayudarnos unos a otros.
Entre esa plaga ya referida figuran los de
Pozo Ancho, El Canal, La Bodeguilla y otros, que si hay algún compañero entre
ellos no puede hacer fuerza, y por eso es preciso obligarles a que vengan a la
Sociedad esos desgraciados, que están muy contentos con la vida que tienen y
muy pagados de su «amo» (¡maldito amo!) que los explota, después que ocurre
como en fechas anteriores con el patrono de La Bodeguilla, que abrió una
suscripción para la casa de Primo de Rivera y obligó a los obreros para que
cada uno aportara lo que pudiera con lo cual él quedaba a una altura grande
mientras ellos sallan robados y contentos porque habían complacido a su amo.
A todo esto, la mayoría
de ellos no tienen una zahúrda donde meterse con sus hijos y contribuyen con su
óbolo para hacerle una casa al Dictador, que es quien nos ha tenido cohibidos
durante siete años y nos ha dejado a todos liados.
A esos es a los que es menester obligarles y
que no trabajen entre ustedes mientras no estén asociados.
Vuestro y de la causa
FRANCISCO GONZÁLEZ.
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