REPASO A LOS NÚMEROS 36 A 40 DE LA RAZÓN. 1931


La imagen corresponde al cuadro The wash house, de sir William Orpen (1878-1931)





El número 36 de La Razón, órgano de la Agrupación Socialista y Sociedades Obreras, Defensor de los Intereses del Pueblo, como se hacía llamar, apareció el 27 de setiembre de 1931. 


En su página dos traía un artículo de Francisco Páez Ramírez en el que pedía la unión de republicanos y socialistas:

La unión constituye la fuerza

Esta es una verdad tan clara y evidente que la reconoce como tal hasta el cerebro más obtuso. El individuo, para subsistir sobre la tierra, necesita de la colaboración o ayuda de sus semejantes. ¿Y quién estará más capacitado para esta labor? Me creo que ofrecerá muy poca duda que debe ser el que viva en su misma esfera, así como el que tenga igual oficio. Pues a esto es a lo que me voy a referir, en el caso presentado en esta villa.

 Aquí hay unos cuantos obreros disgregados y separados de nuestra Sociedad. Hora es ya de que cesen estas discrepancias, y ahogando la voz del amor propio mal entendido se unan a nosotros: nosotros los esperamos gustosos, pues en el ideal socialista no caben odios ni rencores.

 No es que yo odie el Régimen republicano: yo profeso el máximo respeto a todas las ideas; pero encuentro un absurdo que el obrero se quiera salir de su centro, y haga fin fundamental de su liberación el triunfo del ideal en que milita su enemigo. El pobre proletario que así procede es como si estuviera haciendo una soga para luego colgarse con ella: es encumbrar al mismo que lo desprecia.

Mis términos parecerán burdos y faltos de retórica, pero claros y lógicos sí están. Ya he dicho que le encuentro a todos un perfectísimo derecho a opinar como mejor le parezca; pero sí afirmo que es un ser inconsciente, o uno cuyo cerebro está atrofiado por la insensatez y la soberbia, el que alaba la labor contraria y obstruye la de sus iguales en categoría y oficio.

 Me es simpático el régimen republicano; pero como la República no soluciona radicalmente la emancipación del proletariado, pues por el natural egoísmo con que todos venimos al mundo, comprendiendo que la meta feliz está en el programa socialista pues a él pertenezco desde el pasado en el presente, y hasta que rinda el tributo a la Parca en ese partido he de estar. ¿No es triste que en una villa como la nuestra donde a casi todos nos unen de una forma u otra lazos de parentesco, no estemos los pobres obreros formando un sólo bloque para al unísono combatir a nuestro feroz enemigo el burgués? ¿Vemos a muchos de estos separados? Seguramente me tendréis que contestar que no. Entonces, al ver nuestra discrepancia y desavenencias, lo que hace el patrono es holgarse y mofarse de nosotros.

 Aclararé más, pues todavía no he tratado directamente la cuestión. Hablaré claro, para que ninguno de mis amados paisanos se quede en dudas: Republicanos obreros y no socialistas de Mollina, ¿qué ventajas morales y materiales esperáis alcanzar con ser republicanos? ¿cómo piensan vuestros cerebros al seguir obstinados en no uniros a nosotros? La respuesta me la daréis diciéndome que nosotros somos absolutos, puesto que siendo las ideas todas libres el mismo derecho a hacernos tal petición os asiste. Están completamente desorientados, y allá van unas razones muy sencillas:

La República tiene que defender a todos por igual: en su programa, aunque radical, no avanza a dar por resuelto el problema social. Luego si tú, que formas parte de la clase proletaria, le quitas tu voz y tu voto al partido socialista y además atacas sus orientaciones, eres tan acérrimo (y dispensa) como el que se pega puñadas en la frente. Además, que la República actual, aunque tenemos en ella a tres eminentes miembros de nuestro partido, como están en minoría casi siempre la orientación tiende a reaccionaria; y digo casi siempre, porque la entereza de nuestros compañeros ministros consiguen disuadirla las otras veces y ganan la batalla en favor de la igualdad y la fraternidad humanas.

 Y más pruebas todavía, o sea pensando como los pancistas: ¿Tenemos en Mollina algún dirigente republicano que tenga capacidad moral y material para salir al frente de cualquier necesidad que se origine y sacrificarse por servirla? Hagáis las objeciones que queráis, me tenéis al fin y al cabo que dar la razón, porque no lo hay. Pues nosotros tenemos a nuestro camarada Prieto, hijo de la Villa, ser noble, digno y generoso, luchador incansable y defensor entusiasta del humilde.

 Para terminar: os aconsejo, republicanos obreros de Mollina, que os dejéis de rencillas y venid a nosotros, que os acogeremos con los brazos abiertos, y abrazados dar un triple viva a la libertad, igualdad y fraternidad.

FRANCISCO PÁEZ RAMÍREZ.

Mollina, agosto 1931.

En su página tres traía otra relación de ingresos para la construcción de la Casa del Pueblo y la noticia del primer matrimonio civil del pueblo. Algo a lo que estamos hoy acostumbrados en aquel tiempo era visto como un ejercicio de lucha anticlerical. Decía:

Mollina

Donativos que se vienen recibiendo para la Casa del Pueblo:

Suma anterior . . . 651.70

Un simpatizante ...... 500.—

 Francisco Fernández García . . 7.50

 Francisco Luque García. . . . 15.—

 Recaudado en la función de teatro por los compañeros de Alameda 25.—

 Del Cine Manuel Gamito . . . 15.—

La Juventud Socialista, función de teatro . 250.

Suma y sigue pesetas . 1.465,20

Todos estos compañeros y simpatizantes que con su óbolo contribuyen a una obra tan magna son dignos de admiración por todos los ciudadanos que comprendan que la Sociedad «El Progreso» su fin es educación. Pro cultura para el mañana que nuestros hijos sepan defender sus derechos y cumplir con su deber, que hoy por desgracia lo ignoramos.

Ciudadanos: es un deber que tenemos de velar por la República; primero porque los republicanos de abolengo que tanto tiempo han estado sacrificándose por su ideal, hoy más que nunca tienen el deber de aguantar el sacrificio. Segundo que los socialistas unidos a la República tienen el deber de consolidarla para el mañana tener más libertad y poder llegar al logro de nuestras aspiraciones. Tercero que los monárquicos que no supieron guardar la monarquía que en el año 23 con el ex rey unido a Primo de Rivera y sus secuaces se dieron con la constitución que le costó la vida a Torrijos y sus compañeros, como ahora le ha costado por la República a nuestros capitanes Galán y García Hernández.

 Ciudadanos: todos a velar por la República, por España, por nuestros hijos, por nuestra dignidad y por nuestra nobleza y de esta forma haremos una España más culta, más libre donde todos unidos nos miremos con cariño y sin diferencia de clases.

 JOSÉ CARMONA ALVAREZ

Acto civil.

Se ha celebrado en este pueblo el enlace matrimonial de los jóvenes Juan Ramón Reyes Cebrián y Matilde Cuadrado Aranda. Ambos compañeros, desechando los prejuicios religiosos se han unido libremente, señalando a todos el camino a seguir.

¡Jóvenes socialistas! Imitad a estos compañeros, que con la valentía de todo ser consciente han conseguido apartarse de la Religión católica, aunque para ello han tenido que arrostrar todos los obstáculos que le impedían su libre determinación.

 Reciban nuestra más cordial enhorabuena, deseándoles al mismo tiempo felicidades sin cuento.

 LA JUVENTUD SOCIALISTA.

El  número acababa dando las cantidades –muy pormenorizadas- que el estado español daba al clero: 66.686.702 pesetas. Debemos tener en cuenta que en 1931 había en España casi 110.000 religiosos, o sea, uno por cada 493 habitantes, la proporción más alta del mundo, después de Italia. El presupuesto del Ministerio de Justicia –que además de pagar al poder judicial pagaba al clero, pasó de 106.466.000 de pesetas en 1931 a 42.023.000 en 1932 cuando se dejó de pagar a los eclesiásticos. El gasto del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes –o sea, enseñanza primaria, secundaria, universidades, conservatorios y conservación de bienes culturales- pasó de 209.861.000 en 1931 a 267.152.000 en 1932.

El número 37, aparecido el cuatro de octubre de 1931, traía en su página 3 la primera parte de un largo artículo de Andrés González Páez dedicado a la mujer. Aunque ya se publicó coincidiendo con el día de la Mujer Trabajadora, hoy lo traemos de nuevo:

A LA MUJER I

 A ti, mujer; eterna compañera de infortunio, dedico hoy mi pensamiento.

A ti, inocente víctima de la sociedad actual, que con una abnegación sin igual sufres impasible el peso de una responsabilidad que no tienes.

 A ti, verdadera heroína, que luchando siempre en medio de este caos pasas inadvertida a través del tiempo; pues por medio del atraso mental en que te tiene sumida el hombre, no das a tu constante esfuerzo una finalidad.

 A ti, en fin, mártir mujer, en quien más que en nadie se cebó la crueldad de los hombres haciéndote sufrir constantemente, sin que aún hayas podido desasirte de la garra fatal que ahoga tu existencia.

Debo decirte, que esa actitud que hasta ahora has venido adoptando, no es la que ha de librarte de la esclavitud, de la ignorancia y de la explotación.

Piensa, reflexiona que eres en la lucha una unidad, un soldado, un guerrero.

 Pero esta lucha no tiene para ti atractivo. Desconoces el fin, porque la tupida venda de infames prejuicios te lo impide. A la par que el hombre, trabajas incansable como un autómata en la preparación de una nueva vida que eres la primera en no comprender.

 ¿Quién te lo impide? La carencia de conocimientos, la falta de una instrucción que despeje tu cerebro de prejuicios insensatos que pretenden continúes por el tortuoso camino de la vida, insensible a todo, sin voluntad propia.

 Aún puede decirse que en ti, sólo vió el hombre un instrumento de placer, un incentivo para alentarle después de un decaimiento en la lucha.

Mujer, ¿no te rebelas? ¿no reclamas tu personalidad propia?

Las creencias religiosas, tienden más que nada a perpetuar tu angustiosa vida. Y sin embargo... crees en ellas como en lo más cierto de tu vida.

En ellas pones tu fe, y parte de tu sacrificio que es sumamente estéril.

 Es una mentira absurda ese punto luminoso que te presentan y que te cautiva como a una incauta mariposa la brillante luz, en la cual de seguro han de quemarse las alas de sus aspiraciones, que es la vida.

No quiero herir tu susceptibilidad: nada más lejos de mi ánimo. Quiero, solamente, hacerte ver el importante papel que representas en la vida y en el que eres tan mal pagada.

 Para nada el hombre te consulta, y de ti se sirve con la mayor naturalidad. Eres en realidad, esclava de un esclavo.

 Pues bien, mujer: es preciso que aquí termine de una vez y para siempre la horrible vida que arrastras con tanta pasividad. En ello debes poner ese espíritu, esa abnegación que estérilmente gastas en lo que al fin es para tí un eslabón más que añades a la cadena que te oprime con fuerza tenaz y ahoga tus aspiraciones.

Es en tu liberación, en tu libertad, en tu dignificación, donde debes poner ese espíritu de que estás dotada, invencible, incansable, jamás desalentado, y que supera al del hombre.

 ¿Me comprendes? ¿Comprendes a los que mejor que yo, se han esforzado obstinadamente en hacerte ver tu horrible y humillada situación?

 ¿Me dices que no? Mas ¡ah! yo sé que has leído y has escuchado muchas cosas que como veneno se han filtrado en tí.

¡Si tú supieras que esas leyendas y esos sermones son la liga que tus eternos esclavizadores ponen para aprisionarte entre la enmarañada red de sus criminales intenciones!

¡Si tú supieras!... Desgraciadamente no sabes, no han querido que sepas. He allí todo.

El que rebelándose contra todo ese estado actual de cosas ha querido enseñarte la luz de la verdad, ha recibido el premio a su osadía.

Pero la verdad por mucho que quiera encubrirse, se vá abriendo paso a través de todos los obstáculos, arrostrando toda clase de peligros, acompañada siempre del necesario sacrificio, sacrificio heroico, sacrificio glorioso.

Permíteme que te diga que ese Dios que te presentan todo justicia, todo amor y todo bondad, es irreal. Que esta religión como tantas otras, es puramente falsa, porque todo dogma que sostiene y fundamenta una religión es mentira.

 La religión está basada en la obscuridad, en la ignorancia, como medio de opresión para esclavizar a los pueblos…

 Pongo punto por hoy, para continuar en el número próximo.

ANDRÉS GONZÁLEZ PÁEZ,

 de la Juventud Socialista.

 Mollina, septiembre 1931.

La parte segunda y última de este escrito aparecía en el número 38, correspondiente al 11 de octubre, en sus páginas 2 y 3:

A LA MUJER .

II

Continuando mi interrumpido trabajo empezando de nuevo en el punto en que puse fin, sigo pasando al papel las ideas que me sugieren el análisis del tema que trato.

 El análisis, es la génesis; el principio de la Sabiduría; la base de la Ciencia.

 La Razón, el arma que por su eficacia verdadera, desbarata los mitos y utopías que ingeniosamente han preparado los hombres de mala fe, para embaucar y embrutecer a los pueblos, y vivir a costa de ellos.

La religión es la mordaza de los pueblos.

Es completamente absurdo, concebir a un Dios, que tiene en sí todas las bajezas y todas las vilezas de los hombres, y que además está hecho a semejanza suya. De existir Dios (que no existe), no podría de ninguna manera ser ese que nos pintan sus ministros.

 Veamos: «Todo es obra de Dios; todo pasa porque Dios quiere». De modo que si «todo pasa porque Dios quiere», no sólo las buenas obras deben atribuírsele, sino también las malas. Siendo así, «él» es el que arma la mano del criminal para que descargue e! golpe sobre su víctima. En una palabra: Dios es un asesino, puesto que el hombre hace lo que Dios quiere. Y ese no puede ser «Dios todo misericordioso, todo justo, todo bueno».

 Además, Dios es infinito, y caso de existir—que no puede ser de ninguna manera como nos lo pintan sus ministros—, no puede la inteligencia de los hombres, que es finita, comprenderlo y mucho menos analizarlo...

Me he detenido aquí, mujer, para ponerte de relieve una mínima parte de lo mucho que pudiera objetarse respecto a ese Dios, que con tanto celo defienden sus ministros.

Si alguna vez puedes hojear la «Biblia», que es el libro de la religión católica apostólica romana, y que la Iglesia hasta hace muy poco ha tenido prohibido que se leyera, busca los Evangelios, y en ellos notarás infinidad de contradicciones.

Quiere decir que en esos Evangelios, que nos asegura la Iglesia son escritos, o mejor dicho, inspirados por Dios a los evangelistas, hay contradicciones. Es decir, un Dios que se equivoca y que lo que en una parte asegura, en otra lo niega.

Resultado de estas interpretaciones, fué el separarse parte de la Iglesia y convertirse al protestantismo, a pesar de que en los concilios o reuniones que tenían, no pudieron arreglar aquellas equivocaciones. ¿Iban a presentar a los ojos del mundo un libro escrito por Dios y que sus páginas estuvieran llenas de contradicciones absurdas?

Sin embargo, no creas, mujer, que pudieron enmendarlo: ese libro de que te hablo, que estuvo prohibido por la Iglesia el leerlo, contiene las mismas contradicciones que hace mil años.

 ¿Y para qué hablar más de «eso»? La Ciencia, la civilización, hará que caiga en informe montón, todo ese castillo falso y antiestético que se llama religión. ¿Y sabes por qué? Porque la religión está basada en un principio de obscuridad, y trabaja amparada por la sombra y la ignorancia, y como la Ciencia es luz que ilumina las tinieblas y despeja la inteligencia, no podrá resistir el encuentro. Nadie ha creído, ni creerá, que la mentira pueda imponerse a la verdad, las tinieblas a la luz, ni la ignorancia a la inteligencia.

Queda sentado de un modo claro y sencillo, que la Religión está llamada a desaparecer. (¡Cuándo será!)

Me he detenido en estas aclaraciones, con el fin de esclarecer, aunque rudamente varios puntos de vista que más llaman la atención; y prosiguiendo mi idea, vuelvo a llamarte ¡oh, mujer! para que con el mismo afán, con el mismo entusiasmo, con el mismo optimismo que pones siempre en todas tus empresas, vengas con nosotros a luchar, a trabajar, por un día más venturoso y más libre, en que no haya ignorancia, ni esclavitud.

Tu amor de madre, será la fuerza que te animará para que no decaiga tu espíritu.

En las filas socialistas tienes tu puesto.

 ¡Por nuestra libertad, por la tuya, y por la de tus hijos! ¡A luchar!

ANDRÉS GONZÁLEZ PÁEZ

de la Juventud Socialista.

Mollina, octubre 1931.

El número 39 -18 de octubre- no traía escritos de Mollina, así como el número 40, del día 25 de octubre de 1931.



Comentarios

Entradas populares