REPASO A LOS NÚMEROS 116 A 120 DE LA RAZÓN. 1933

Página tres de La Razón, nueve de abril de 1933.




El número 116 del semanario socialista antequerano La Razón, del día nueve de abril de 1933, su año IV, sí que traía ya de nuevo escrito desde Mollina. 
Lamentablemente, con pseudónimo de nuevo. 
Decía en su página 3:

A  todos los obreros de Mollina

Quiero recordar a los obreros y al pueblo en general que llevamos dos años de República, y a este pueblo llegó a su tiempo; pero la canalla caciquil que aquí existe, nos la robó miserablemente, y valiéndose de falsos testimonios y protegidos por Coloma Rubio, se colocaron a la cabeza del pueblo, desprestigiando a los elegidos por éste para su representación, haciendo mangas y capirotes de todos los decretos en favor del obrero, mofándose de todas las leyes dadas por la República y haciendo política con los estómagos del pueblo hambriento.

 Recordar, obreros de ambos sexos, que en el tiempo que el Ayuntamiento fué obrero, llegó una huelga que duró quince días, y sin ninguna algarada se solucionó, aunque con el laudo de Coloma en favor de los terratenientes; y sin embargo, llegaron las bases de verano, y ya que tenían el mangoneo del pueblo los arbitrarios caciques vestidos de republicanos y en contra de la República, el primer día de huelga, sin motivo alguno, tiraron la fuerza pública a la calle, prohibiendo que fuéramos tres obreros juntos por la misma. Y cuando llegó el segundo día... ¡Acordarse, compañeros de ambos sexos, de lo que ocurrió: todos en combinación, la autoridad y los caciques, nos pusieron frente a los segadores forasteros, para que se formara el motín y cerrasen nuestro Centro, protegidos por Coloma Rubio; y luego, al tercer día por la noche, cogieron presos al que les pareció y lo condujeron a Antequera, por el delito de defender su dignidad sin salirse del límite que corresponde a la clase obrera.

 Recordar también que son vuestros hijos, hermanos y esposos los que han llevado a la cárcel de Málaga y hoy se encuentran procesados para formarle consejo de guerra. Yo quisiera que se buscara a los culpables y se juzgaran, y no a inocentes, que eso lo sabemos en el pueblo. Pero no nos escuchan, porque le dan oído a los mangoneadores caciques, y prevalece la mentira, y mientras eso suceda, la República peligra y esto hay que evitarlo.

 Pueblo de Mollina: date cuenta de todo esto, que ya tenemos próximas las elecciones y es preciso que se triunfe y no nos pongamos al lado del cacique, que no quiere dar la cara pero sí se vale de hombres como el alcalde que hoy tenemos, que es un obrero digno y honrado, pero se guía por los funcionarios y caciques, para desprestigiarse y perder la simpatía que tiene en el pueblo y mandar ellos, como les ocurre con la Oficina de colocación y los relevos, que todo es fuera de ley del Jurado Mixto, y lo hacen atropellando la base sexta y favoreciendo al capital.

 ¡Y es lástima que habiendo trabajo aplicando el laboreo forzoso, el pueblo muera de hambre, que así lo tienen pensado!

 JUAN DISPUESTO.

El número 117 de 16 de abril no traía nada sobre Mollina.

El número 118, de 23 de abril de 1933 traía en su última página dentro del apartado Petardos esto:

¡Vaya nuestro aplauso, compañero Casasola! El jueves pasado, en nuestra Sociedad, arrancó usted unas cuantas caretas.

 ¡Y qué bien arrancadas!

 Unos porque iban a Mollina a propagar el marxismo y se prestaban voluntarios a cortarle la cabeza a... Y otros por otra cosa más avanzada, y después viven a costa de la limosna que en forma de jornal les dan en la Alianza Republicana.

¡Qué pago han dado esos líderes!

 ¡Si todo lo que propugnan esos idiotas es lo mismo, aviado está el proletariado!

¡Abajo las caretas!

 ¡Vivan los hombres conscientes y honrados!

Esto se refería a gente de Antequera.

El número 120, aparecido el 7 de mayo de 1933 traía en su página 4 esta reseña sobre un acto en Antequera:

Agrupación Socialista

En nuestro domicilio social, Peñuelas 23, se celebró el primero de mayo un grandioso acto a las diez de la mañana, que estuvo concurridísimo, y en el que hicieron uso de la palabra los compañeros siguientes: Joaquín Mejías, presidente de los obreros agricultores de Mollina; Serrán, por la Juventud; Villalba, por la Agrupación Socialista; Teresa Espinosa, presidenta de la Sociedad Femenina y García Prieto, diputado.

 Por la tarde, y en un camión preparado al efecto, se trasladaron al vecino pueblo de Bobadilla, donde fueron recibidos con entusiastas vivas por todo el vecindario, celebrándose un grandioso mitin, e inaugurando la bandera de la Sociedad.

De Mollina, nada.





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