I PREGÓN DE LA VENDIMIA. ANTONIO NADAL. 1987
La
primera Feria de la Vendimia de Mollina –tal y como la conocemos en su forma
actual- surgió en 1987. Cierto que en los años sesenta y setenta hubo unos
intentos de celebración cuando ya Mollina empezaba a tener cierta significación
en el mundo de la vid, pero lo cierto es que en 1987 fue cuando se empezó a
contar con el apoyo del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Málaga y
también la inclusión de un Pregón como acto fundamental en la feria.
En
unas semanas irán apareciendo en este blog los pregones ya conocidos. De los
primeros de ellos el Ayuntamiento de Mollina fue editando unos cuadernillos con
el texto de los mismos, cuidando la edición quien esto escribe. Luego, en 2014,
la concejala de Cultura, Mª Auxiliadora Díaz Romero, promovió la edición en
libro de los pregones hasta esa fecha pronunciados. Como siempre que Mollina se
lo ha pedido, Miguel Ramos estaba detrás de este trabajo con la ayuda de la
trabajadora del Ayuntamiento Chari Carmona.
El
primer pregonero de Mollina fue Antonio Nadal Sánchez, Granada, 1949, doctor en
Historia con una tesis sobre la Guerra Civil en Málaga, y catedrático de esa
Universidad, que amablemente se ofreció para esta tarea. Su amistad con el
entonces alcalde, Paco Sánchez, y la entrega del concejal de Cultura, Paco
Campaña, le facilitaron la tarea.
Estos
pregones de la Vendimia de Mollina, a pesar de sus altibajos en la calidad de
los mismos, han contado siempre con el apoyo del Ayuntamiento de Mollina. De
cualquier color político. Han logrado que Mollina converja en un acto que,
sobre todo en los últimos años, ha mostrado una solemnidad que lo ha
dignificado aún más. Eugenio Sevillano, alcalde actual, y muchos de los
trabajadores municipales, hacen posible que lo que empezó siendo un acto con
una asistencia reducida sea hoy un acontecimiento cultural de primer orden.
El
cartel correspondiente a ese año de 1987 era una obra de circunstancias: No
había cartel ni nada parecido. Así que en la imprenta San Rafael, de Antequera,
ofrecieron un dibujo de un tal J. Chamorro para ser usado en el programa y en
el cartel.
El
texto del pregón de Antonio Nadal es el siguiente:
Resulta obligado, y no es una mera forma literaria, mostrar el
agradecimiento a aquellos que me han confiado el difícil pero dignísimo papel
de pregonar, por primera vez, las fiestas de la vendimia. Un acontecimiento tan
novedoso como favorable para vuestra vida. Sinceramente sólo el tesón, la
entrega, la imaginación puede explicar que se celebre aquí la hermosa dedicatoria
a uno de los grandes dioses mitológicos: el vino. Decía André Gide y aquí
sustituyo al artista por el viñero, que un artista no sólo hay que valorarlo
por lo que es capaz de crear sino también por lo que es capaz de sacrificar.
En efecto, en la provincia de Málaga ha sido la comarca de la Axarquía
la zona vitivinícola histórica por excelencia: Pero siempre hemos dicho, y
creemos, que el hombre y su trabajo pueden superar a la naturaleza y cambiar
los rumbos de la Historia.
Mollina ocupa, en la actualidad, un sitio privilegiado en la producción
de la vid y sus derivados. Y no encontramos antecedentes históricos que
justifiquen hallarnos ante el partido que supera, con mucho, a zonas
tradicionales. En ninguna excavación arqueológica, casi todas romanas, de las
muchas que se están realizando en la comarca han aparecido restos que permitan
esclarecer un origen antiguo del vino de Mollina. Consultadas las fuentes
necesarias, desde el siglo XVII, fecha en que parece arrancar con mayor
intensidad del poblamiento de lo que hoy llamamos Mollina, han sido el trigo,
la cebada y el aceite la producción básica, pues ni siquiera es apreciable la
cría de ganado. Esta constatación, como dije, habla por sí sola de la
responsabilidad de las mujeres y hombres que han hecho posible un nuevo futuro
para el pueblo. El mérito es indiscutible.
Hemos, además, de tener en cuenta que la actual Mollina no ha sido un
enclave histórico de gran magnitud, ni ha recogido la herencia de pueblos como
otros municipios próximos.
Se ha hallado lo que tiene todos los indicios de ser una fortaleza
romana, de vigilancia, pequeña, que habría de cubrir y proteger la vía natural
que pone en contacto el Guadalhorce con el Genil. Este descubrimiento hace
suponer la posible localización de alguna villa romana. Pero nada más.
Tampoco de la etapa árabe heredó Mollina las experiencias que marcaron
a otras poblaciones. Tenemos que llegar a los Repartimientos de Antequera
(1410-1510) para que aparezca lo que comenzó a llamarse indistintamente Cortijo
de la Torre-Molina, o Molina simplemente. Un cortijo que a partir del XVII
debió experimentar un crecimiento demográfico sostenido: habitantes:
1840-1771,
1909-3421,
1950-5310.
Pero he de referirme a la composición socio-profesional de Mollina al
siglo XIX para mostrarnos mi aseveración sobre la ausencia de cualquier
profesión u oficio relacionado con el vino. Incluso en 1909 un solo despacho de
vino y aguardiente a nombre de Andrés Palomino Vega sirve al pueblo de Mollina
frente, por ejemplo, a cuatro molinos de aceite.
Por el contrario, vuestro pueblo, ha desempeñado una destacada
participación en los movimientos sociales que han servido para hacer de
Andalucía un pueblo libre. En ese gran levantamiento campesino dirigido por el
Albéitar de Loja, Rafael Pérez del Álamo, en 1861, al que los andaluces y sobre
todo sus instituciones deberían honrar con su recuerdo, el pueblo de Mollina,
según un informe del Gobierno Civil, con unos 500 padres de familia más de 300
estaban afiliados a la sociedad que promovió el movimiento campesino. Después
consta su pertenencia a la I Internacional Obrera (1871-1882). Tras estos años
se extiende un negro período, su conversión en “cacicato estable” (el distrito
de Antequera) del político antequerano Romero Robledo. Toda la comarca fue
sometida al fraude y el engaño de estos caciques locales.
Torre-Molina, Molina, Mollina, un feliz reencuentro con el trabajo y
con los vinos. No voy a recurrir a tópicos extraídos de ciertas fiestas de
vendimias organizadas por terratenientes andaluces donde la poesía se mezcla
con la cursilería para ocultar la realidad de miles de trabajadores que ven la
fiesta desde lejos.
Hablamos de la dignidad del trabajo y de la poesía del vino, porque se
equivocan hasta ilustres escritores. Jorge Luis Borges en su poema De la
Diversa Andalucía habla de nuestra tierra como “la hermosa tradición de no
hacer nada”. Tópicos y de nuevo tópicos, que hay que romper con la permanente
superación y la fiesta. La hermosa, la mediterránea, la tradicional, la pagana,
la religiosa, la creativa fiesta de la vendimia de Mollina. He consultado
textos sobre el vino. Finalmente opté por unas frases que Margarite Yourcenar
pone en boca del viejo emperador Adriano:
El vino nos inicia en los
misterios volcánicos del suelo, en las ocultas riquezas minerales. Una copa de
Samos bebida a mediodía, a pleno sol, o bien absorbida una noche de invierno,
en un estado de fatiga que permite sentir en lo hondo del diafragma su cálido
vertimiento, su segura y ardiente dispersión en nuestras arterias, es una
sensación casi sagrada…
No es indispensable que el bebedor abdique de su razón, nos recordará
también Adriano. Y ello es una llamada al exceso. Los historiadores estamos
comenzando a trabajar ahora sobre “la taberna” como centro de reunión, debate
político, pero también como ámbito de penas, soledad, de miseria…
Hoy el vino se hermana con el presente y el futuro y se retoma un
contenido de vida. El futuro os espera. La vigilia debe ser permanente. La
historia del vino de Málaga es la historia del fracaso del pequeño propietario
por falta de apoyo de administraciones y gobiernos. Todos juntos defended la
tierra, la vid, el vino, la vida. Dice Ernesto Sábato: Todos los personajes de
una novela representan, de alguna manera a su creador, pero todos, de alguna
manera, lo traicionan.
Vecinas, vecinos de Mollina: disfrutad del fruto de vuestro trabajo.
Que repitáis muchos años la fiesta de la vendimia. Que la salud os acompañe. Un
fuerte abrazo a todos ustedes.
Las imágenes que acompañan este texto
son, primera, una fotografía de Antonio Nadal. La segunda, , el cartel anunciador de ese año. A continuación, la portada de la
primera edición del pregón y la contraportada, igual para los cuatro
cuadernillos que se editaron en 1987, 1988, 1989 y 1990. Por último imagen del
azulejo colocado en 2014 con una frase del pregón de Antonio Nadal, realizado
en los talleres del ceramista Antonio González.
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