PROGRAMA DE FERIA DE 1985

 






Ese año el día de la Virgen cayó en jueves.


La banda austriaca Opus sonaba por todas partes con su Live is life. Mientras Michael Kackson compraba los derechos de autor de las canciones de los Beatles por 8.000 millones de pesetas y la Federación contrataba un hotel completo para la selección de fútbol, el defensor del Pueblo pedía un decreto que regulara las subidas en alquileres de protección oficial. Una resolución de la ONU reafirmaba una vez más el derecho de la provincia española de Puerto Rico a la independencia.

 

El veinte de abril de 1985 murió en accidente de tránsito Gerardo Fernández Delgado, alcalde de Mollina y vicepresidente de la Diputación Provincial. La conmoción en el pueblo fue general. Joven, llevaba buena parte de su vida dedicada al bien público. Aunque ya ejercía como alcalde, se presentó a las elecciones de 1979 ganando éstas y las siguientes con mayoría absoluta.


Lógicamente el saludo del nuevo Alcalde, el anterior teniente de Alcalde, Antonio Díaz Berrocal, tenía que hacer mención al luctuoso suceso. El éxito de las fiestas se lo dedicaba a la memoria de su antecesor.


El saludo del Alcalde anunciaba algo bastante novedoso: la plaza remodelada iba a inaugurarse el día 12 de agosto, de tan infausta memoria en el pueblo. Pues bien, las vallas de la caseta municipal no volverían a montarse. Si repasamos el programa de la feria de 1981 veremos un relato de historia ficción firmado por Carmelo Moreno en el que vaticinaba este hecho. Carmelo Moreno ejerció de profeta. En su tierra. Y acertó.


Esto era señal de que ya había algo más de dinero para la feria. Aun sin atracciones señeras como en años anteriores, pero con una caseta abierta a todo el pueblo, no sólo a quienes pagaran una entrada.


La parte más madura de la población aplaudió esta medida. La parte más joven, no tanto. Ahí empezó la desafección de la juventud con respecto a la feria de agosto. La gente joven  esperaba el invento del botellón para abandonar definitivamente la plaza de la Constitución, lugar tradicional de celebración. 

 

El programa se presentaba con la misma fotografía del año anterior: la sacada desde la Caleta por Antonio García López años atrás. Pero los anunciantes ya presumían de nueva numeración de teléfono: el automatismo en la telefonía había llegado ya, por fin, a Mollina. 


Tras el saludo del Alcalde en la página tres, los nombres de los componentes de la Comisión de Fiestas y las actuaciones musicales previstas. De nuevo, el grupo Zeus.


En las páginas diez y once Un escrito, redacción, hablando sobre la paz. Su autor no firmaba. Lo hacía en su nombre la Comisión de Fiestas.


Las páginas dieciséis y diecisiete traían el programa oficial de los cinco días de feria.

 

En las páginas veinte y veintiuno Miguel Ramos escribía tan bien y poéticamente como siempre, sobre la Feria del Libro. La décima ya.

La página veintiocho contenía un poema dedicado A Mollina y firmado por José Gómez V. (Velasco). Diecinueve cuartetas hacían un recorrido por los bares del pueblo con ripios muy del gusto popular.


En la página veintinueve José García Ruiz, portavoz del grupo PSOE en el Ayuntamiento recordaba al Alcalde fallecido y destacaba su labor en pro del desarrollo de Mollina.


En la página treinta el ya tradicional agradecimiento a las firmas que habían donado algún trofeo para la feria.


La página treinta y dos, y última repetía por tercer año consecutivo la misma fotografía de la imagen de la Virgen de la Oliva salida de la gubia de Manuel Roldán de la Plata.

 

Por último hay que señalar algo de gran importancia. La Hermandad de Nuestra Señora de la Oliva tenía ya una junta directiva acorde con las normas diocesanas que rigen este tipo de asociaciones. La Presidencia continuó con la ofrenda floral y la celebración de la romería, aunque sin respetar la primitiva carroza de aire más popular, y se encargó de la novena y de la procesión.  Ya sin el apoyo económico de Ramón Segovia que había dirigido sus intereses en esta materia a Paterna del Campo, primero a la Cruz de Abajo y después la a Cruz de la Victoria,  pero con un estado de cuentas en la Hermandad no tan catastrófico como diez años atrás. Eso sí, la Hermandad no retomó actos de su incumbencia como sería la celebración de la víspera del día quince, o devolver el gusto señero de las bengalas en la procesión, ni, en estos casi cuarenta años, ha hecho inventario de sus bienes artísticos o artesanales, ni, remotamente, ha pensado en restituir el paso templete de antes de 1955, ni…


Por parte de las distintas corporaciones municipales habidas desde entonces ha recibido colaboración total. Su presencia en el programa de actos da buena fe de ello.


Éste es el programa de la feria de 1985:

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