HUELGA DE JUNIO DE 1932. II
Continuamos con el repaso a la prensa de junio de 1932
referida a la huelga del campo en Mollina.
El día 6 de junio era el Heraldo
de Madrid el que repetía la noticia sobre las huelgas en la provincia de
Málaga y las sesenta –cifra exagerada- detenciones en Mollina.
El día 7 el diario de ideología anarquista La Tierra traía en su página 2 lo
siguiente:
La situación social en
España
DESDE MOLLINA
La huelga en Antequera
y su comarca
Recibimos noticias desde Mollina dando cuenta
de las anomalías efectuadas por las autoridades durante la huelga en la comarca
de Antequera, que continúa su curso, a pesar de los obstáculos con que se
pretende impedir su desarrollo.
Han sido clausurados
los Centros Obreros de Mollina y Humilladero, recogiéndose los libros de
contabilidad, actas, registros de socios, sellos y otros útiles de oficina y
escritorio.
Según se desprende de las Informaciones que se
nos remiten, las autoridades insisten en sus procedimientos represivos por la
violencia, dándose el caso de que los obreros son molestados y aun provocados
sin causa justificada por los que se dicen mantenedores del orden, mientras en
los humildes hogares las compañeras y los hijos padecen hambre y miseria.
Tal es la situación en la comarca antequerana,
que comprende unos cuantos pueblos más de la España perseguida y en completo
abandono.
A pesar de poner esta noticia en sitio preferente en la
portada de ese mismo día aprovechan para mostrar la división de las fuerzas de
izquierda en la II República. En su apartado Confidencias dicen, entre otras cosas, y para poner un ejemplo:
Los socialistas se
hablan en la Casa del Pueblo de “tú" y con el calificativo de “camarada”.
Pero en cuanto salen
“facturados” de la Casa del Pueblo para un departamento oficial acaban los
“tus” y comienzan los “excelentísimos”, “ilustrísimos”, etc.
iHabrá farsantes!
Debemos tener en cuenta que aunque la mayoría de obreros
agrícolas estaban afiliados a la Sociedad Obrera había algunos que simpatizaban
con otras formaciones. Así, este mismo medio, La Tierra, anarquista, traía en su edición del día 12 de mayo de
1932 la donación del mollinato José Borrego Alarcón de una peseta para la
suscripción que ese medio había iniciado a favor de los deportados del “Buenos
Aires”. No debe, pues, extrañarnos de que fuera este señor el que informó al
periódico sobre los sucesos. Esa misma inicial B. de Borrego, pudiera
ser la que aparece en El Luchador, de
Barcelona, año II, número 75, de 10 de junio de 1932, al dar cuenta de un
mollinato que había enviado 30 pesetas para la suscripción a La Revista Blanca, publicación
anarquista individualista quincenal de sociología, ciencias y artes.
El jueves 9 de junio de 1932 es el diario La Voz, versión vespertina y más ligero
que su hermano matinal El Sol,
aparecía noticias sobre la huelga:
Los conflictos
sociales
En Málaga
EL GOBERNADOR ENVIA
FUERZAS DE GUARDIA CIVIL A VARIOS PUEBLOS PARA GARANTIZAR L.A LIBERTAD DE
TRABAJO
MALAGA 9 (3,15 t.).—El gobernador ha
manifestado que el alcalde de Antequera había publicado un bando advirtiendo a
los obreros que el laudo dictado por este Gobierno Civil es el que ha de regir
para las faenas agrícolas e invitando a los trabajadores a reintegrarse al
trabajo.
Con objeto de
garantizar la libertad del mismo, el gobernador ha enviado fuerza de la Guardia
Civil, aunque se tiene la seguridad de que no se producirán perturbaciones,
pues la actitud de los obreros es tranquila y la mayoría de ellos está
dispuesta a trabajar. También ha enviado fuerzas a Mollina con el mismo fin. En
La Alameda existe alguna intranquilidad entre los obreros, por lo que ha sido
reforzado aquel puesto de la Benemérita.
Esta misma información aparecía el día 10 en La Libertad, también de Madrid, año XV,
número 3.814.
También ese día 10 La
Tierra, anarquista, traía este artículo sobre la huelga en Mollina:
DESDE MOLLINA
El proletariado
protesta de la injusta represión realizada por la fuerza pública
Con motivo de las
bases de trabajo presentadas par esta comarcal, y no aprobadas por la clase
patronal, secundamos la huelga quince pueblos que compone dicha comarcal, entre
ellos Mollina, pueblo noble y honrado por su amor al trabajo y a la justicia.
El día 2, cuando el paro era general. unos
obreros de otra localidad realizaban las faenas de la siega en un lugar próximo
al pueblo.
El pueblo, indignado al ver el proceder de
aquellos campesinos, destacó tres huelguistas para advertirles que estaban en
huelga y que la secundaran ellos también. Los segadores, envalentonados y
amparados por la fuerza pública, siguieron realizando las faenas hasta que el
pueblo se lanzó a la calle dispuesto a que abandonaran el trabajo buenamente.
El alcalde, antiguo monárquico y hombre de
malos sentimientos, se lanzó también a la calle al mando de su fuerza,
dispuesto a proceder por la violencia contra el pueblo en masa, que
tranquilamente paseaba sin haber
realizado ningún acto subversivo.
Repentinamente la
fuerza pública, ante la sorpresa de la población, adoptó procedimientos
represivos que no pueden explicarse, cayendo heridas cinco personas, entre ellas
un matrimonio.
A la siguiente noche comenzaron a practicarse
detenciones. Hay trece camaradas en la cárcel, y Mollina se encuentra a merced
de unas autoridades que han perdido por completo la ecuanimidad y que no
necesitan de justificante alguno para la realización de atropellos como los
descritos.
Nuestra protesta es unánime, y ponemos los
hechos en conocimiento de quien corresponda para evitar ulteriores
consecuencias.—Un obrero.
Al día siguiente este mismo medio traía una carta desde
Bobadilla donde se hablaba de la huelga:
A los trabajadores de
toda España
Compañeros: Llevamos
siete días de huelga los catorce mil obreros del campo que integramos esta
Federación comarcal que radica en Antequera, y tomamos la pluma para informaros
de la triste situación por que atravesamos y de cómo continúa la influencia de
los caciques, a pesar del régimen actual.
Este conflicto obedece a que no se quieren
reconocer las bases de trabajo con carácter comarcal, cosa injusta, pues esta
Federación está reconocida por la ley, y no se nos puede negar ese derecho, y
además los jornales propuestos parecen excesivos a los patronos.
Estos señores emplean
su juego de siempre, que es el de valerse de su influencia con las autoridades,
para impedirnos a los trabajadores usar de nuestros derechos. Se han atrevido a
ofrecernos un laudo en el que se fijan los jornales en cinco pesetas con jomada
de sol y luna, y, por si ésta faltara, con luz eléctrica... … Si pudieran, nos
negarían hasta la respiración.
Debido a esto ya ha habido que lamentar desgracias
como las ocurridas en Mollina, donde muchos honrados obreros han ingresado en
la cárcel. Pero nada nos hará abatir, y seguiremos con tesón la defensa de nuestro
derecho y del pan de nuestros hijos.— Antonio Montenegro García, Pablo Pérez
Hidalgo, Juan García García.
Bobadilla (Málaga).
Ese mismo día 11 El
Sol, diario matinal de Madrid decía:
Otra huelga anunciada
MALAGA 10 (3,15 t.).—Dicen de Archidona que
vuelve a observarse alguna inquietud entre los obreros y que se anuncia otra
huelga para el día 12.
En Mollina y Alameda
mejora la situación, aumentando el número de obreros que se reintegran al
trabajo.
El gobernador conversó
hoy breves momentos con loe periodistas, manifestándoles que reina tranquilidad
en la provincia.
En Málaga han cesado
las precauciones de vigilancia, establecidas hace varios meses, quedando
únicamente los servicios normales.
El día 12 de junio de 1932 aparecía en La Razón, semanario
socialista de Antequera, en su página 2, del número 73 una carta de dos de los
detenidos en Mollina por los sucesos de la huelga. Decía:
DESDE LA CÁRCEL
PARA MOLLINA
¡Camaradas: salud!
Cuando escribimos
estas líneas compartimos vuestro dolor al mismo tiempo que os dirigimos un
abrazo fraternal.
El objeto que nos guía
en este momento no es otro que el de enterar a la opinión pública de la
injusticia tan cruel que contra nosotros se ha cometido.
Nuestro delito—¡bien
lo saben todos!—, no es otro que el de pensar libremente, cosa que le asusta a
nuestra «República de trabajadores».
Ya conocéis la forma
en que nos detuvieron el día tres de junio y a deshoras de la noche. Fué un
plan de guerra tramado entre todas las alimañas que por desgracia hemos juntado
en nuestro honrado pueblo.
¿Creen los republicanos que con la cárcel se
van a apagar nuestros bellos ideales y que de aquí vamos a la inclusa?
Ni que pase por su
mente; nosotros seguiremos luchando por derribar el capital como nuestro mayor
enemigo, y ellos, los de la cruz en el
pecho, prestándole su apoyo, sin saber los muy ignorantes que, con su modo de proceder,
arman el brazo de aquél que les ha de asesinar. Sabemos, por noticias
recibidas, que formaron una fiesta al enterarse de las arbitrariedades que
contra nosotros vienen cometiéndose, y todo con el beneplácito de las
autoridades, que tantos desaciertos cometieron durante la dictadura y mucho
mayores con la República.
Pero sepan los
traidores que saldremos de la cárcel llenos de honradez, mientras que ellos
perdieron la dignidad cuando se arrastraron como reptiles inmundos para lamerle
las manos al burgués.
A los jóvenes y a las
mujeres sólo pedimos que luchen con más virilidad, que no le teman a la cárcel,
y que tengan en cuenta que de la cárcel ha de salir la revolución a que
aspiramos.
También queremos que
se enteren los republicanos que van a misa que, si no cambian de proceder, un día,
el pueblo, harto de sufrir vejámenes, descargará las iras acumuladas por tanto
tiempo contra ellos.
Y sepan también esos sapos venenosos que la
libertad atronará muy pronto el espacio, y una ola roja arrollará todo el fango
social, implantando un régimen donde impere la justicia y donde las cárceles
sean para los responsables de tanto crimen que moran en ricos palacios, y no
para los honrados trabajadores.
Por los presos, JUAN ADALID Y ANTONIO MATAS.
Su primera página era todo un alegato contra el laudo
dictado y contra el cierre de sociedades obreras. También traía una carta
anónima de un mollinato:
Por si lo leyera algún
representante de la justicia en España
Es en Mollina, pueblo
laborioso y trabajador, honrado y pacífico, cuna de buenos luchadores, donde en
el transcurso de la huelga planteada por la Federación Comarcal de Antequera,
se han cometido más abusos, más injusticias, que en ningún pueblo de la
comarca.
¿Y a qué es debido
esto? En Mollina, principalmente, carecemos casi en absoluto de hombres que de
la justicia no hagan una conveniencia particular, y a eso se deben los abusos
cometidos con los honrados trabajadores. Pero día ha de llegar en que los
obreros se dén (sic) cuenta de que ya hemos llegado al final, porque de lo
contrario, no acabarán las ignominias.
Aquí nos han cerrado
el Centro, sin causa que lo justifique. Si en España hay justicia, para aplicar
la ley debe haber personas que investiguen y se den cuenta de todo lo que hacen
con la clase proletaria para evitar estos abusos.
Una primera autoridad
que ocupa el cargo interinamente como esta que padecemos, no debía de proceder
con el pueblo tan arbitrariamente, porque eso trae malas consecuencias.
Es menester que se
proceda a la libertad de los presos y levantar la clausura del Centro, y no
guiarse por hombres sin conciencia que son los que llevan el timón de la
política española. Y ahora me dirijo a todos los obreros de la Comarcal para
que nos ayudemos en todo lo que sea beneficio para la clase trabajadora.
La clase patronal todo lo que imagina son
trampas para que caigamos como gorriones; pero hay que darse cuenta que todos
los consejos que nos dén van en beneficio de ellos y para atraparnos a
nosotros. ¿No véis con la idea de que se han valido en esta ocasión con las
bases de trabajo que hoy hace un mes se presentaron, y hasta la fecha no les ha
corrido prisa la discusión?
Pero sí quieren que
nos lancemos sin contrato al trabajo, porque corre mucha prisa y el pegujar se
pasa. Todo son socaliñas para que los obreros bos enfrentemos unos con otros y
salgamos a la desbandada. Es preciso evitar que esos momentos lleguen porque
sería una lástima que la burguesía lograra efectuarlo.
Y a la clase media le digo que ellos son los
que padecen las consecuencias de estos desbordamientos, porque confían en los
capitalistas intransigentes, que no les da cuidado de perder algo de su capital
y quedan en el mismo sitio.
Vosotros, que no coméis nada más que de la
cosecha, así que la desperdiciéis por la intransigencia del capital, tenéis que
venir a luchar con nosotros. Como no os defendáis en vuestro terreno y os
apartéis del que os chupa la sangre, cuando acordéis estaréis desangrados. A
luchar y evitar estos conflictos tan perjudiciales para todos.
UN OBRERO.
Mollina y junio de 1932.
Por su parte el ultraconservador El Sol de Antequera, ese
mismo día 12 de junio, año X, número 448, traía en sus páginas 6 y 7 lo
siguiente:
LA HUELGA DE OBREROS
AGRÍCOLAS
Por no estar conformes
con el laudo dictado por el gobernador, la Federación comarcal de obreros
agrícolas ha mantenido la orden de paro, que es casi total en todo el término,
aunque en algunas fincas hay forasteros que realizan las labores de que tan
necesitado está el campo para que no se pierda la cosecha. Las gestiones de la
autoridad y el bando publicado por la Alcaldía, de acuerdo con el gobernador,
no han dado aun resultado satisfactorio. Sin embargo, según referencias, en
algunas reuniones tenidas por los obreros no ha reinado la armonía por haber
bastantes dispuestos a reanudar el trabajo.
Asimismo hubo una
reunión de presidentes de diversas sociedades para tratar de prestar apoyo a
los agrícolas, declarando la huelga general, y los contrarios pareceres dieron
lugar a larga discusión. Parece ser que doce sociedades están dispuestas a ir a
la huelga inmediata, y las restantes quieren obrar con legalidad.
En esa misma página 7 aparece una noticia bastante curiosa
sobre Mollina. Otro intento de estafa o de aprovechamiento en río revuelto:
UNO QUE TIENE INFLUENCIAS
En Mollina ha sido
detenido un individuo llamado Enrique Llamas Alarcón, contra quien se han
presentado denuncias por estafa de algunas cantidades a la vecina Remedios González
y otras, a las cuales ofreció que mediante un desenvolso (sic) obtendría la
libertad de algunos detenidos por los pasados sucesos.
Continuará.
En la fotografía, guardias civiles de patrulla por el campo
en la época republicana, tomada de http://www.guardiacivil.es/es/institucional/Conocenos/historiaguacivil/La_Segunda_Republica.html
Comentarios
Publicar un comentario