INAUGURACIÓN DEL RETABLO PRINCIPAL DE LA IGLESIA. 1940




Con la bendición el día 5 de febrero de 1940 del retablo principal de la iglesia de Nuestra Señora de la Oliva la iglesia diocesana da por terminada la reforma del templo después de los destrozos de julio de 1936.

De este hecho se hace eco el semanario conservador y clerical El Sol de Antequera quien a su vez destaca la entronización del Corazón de Jesús en el Ayuntamiento. Este hecho significativo de la unión de la Iglesia con el nuevo régimen es celebrado por el periódico antequerano que en su página 5 del día 11 de febrero de 1940, año XVIII, número 845, nos daba esta crónica:



EL SEÑOR OBISPO BENDIJO EN MOLLINA EL TEMPLO PARROQUIAL

El lunes se trasladó a Mollina el señor obispo de la diócesis para bendecir la iglesia parroquial, después de las reparaciones hechas en el mismo. El ilustre prelado fué recibido por el pueblo en masa y una vez revestido de pontifical, asistido por el vicario señor Corrales y otros sacerdotes de este Arciprestazgo, trasladó desde la capilla de las Terciarias a la iglesia, el Santísimo, bajo palio, cuyas varas iban llevadas por el alcalde y gestores de aquel Ayuntamiento.

EI doctor Santos Olivera bendijo el templo y precioso retablo mayor que ha sido costeado por la señora viuda de Vergara e hijos, y después la bandera de la Juventud de A. C. Femenina, siendo madrina la presidenta diocesana señorita María Teresa Díaz-Heredia, dirigiendo acto seguido la palabra a los feligreses.

A la siguiente mañana, dijo la santa misa y dio la Comunión a cuatrocientas personas, y luego se efectuó la entronización del Sagrado Corazón de Jesús en el Ayuntamiento, leyendo el acto de consagración el alcalde don Gonzalo Vergara Casero.

El señor obispo regresó en la misma tarde a Málaga.



El retablo al que se refiere es el que hoy podemos ver y es la primera imagen que vemos junto a esta noticia. Hay tres elementos en él de la iglesia anterior a 1936. Los escudos –el parroquial, muy posiblemente el real repintado, y el del obispo fray Alonso de Santo Tomás, el del lado derecho- y la imagen del Cristo de las Ánimas que se colocó en el ático del nuevo retablo y fue salvado de los destrozos. Por otra parte este retablo es muy similar al que se puso en la parroquia de San Bartolomé de Paterna del Campo.  Nos ha sido imposible conseguir una fotografía entera del retablo paternino. No obstante podemos comprobar que menos el banco, o predela, que son distintos –en Mollina se pusieron las puertas de acceso a la sacristía que antes estaba, una sola, en la cabecera de una nave lateral- el primer piso y el ático son iguales. Las columnas que sirven como entrecalles en ambos retablos son idénticas. La cornisa que separa el primer piso y el ático son idénticas. Las peanas que soportan las imágenes laterales son iguales. Y por último el ático es igual en ambos.  Las imágenes dos y tres dan muestra de ello. De ahí que podamos concluir que los dos retablos fueron encargados al mismo retablista, muy posiblemente sevillano.



Con este retablo se acaba la reforma del templo que fue costeada prácticamente por una sola familia. Antonio Vergara Pérez costeó la Virgen de la Oliva de Manuel Roldán de la Plata, así como su familia lo hizo con el retablo e imagen de San Francisco. Su hijo Antonio Vergara Casero el retablo e imagen de la Inmaculada. Su hija Carmen el retablo de la Virgen de Carmen y su hija Dolores el retablo de la Virgen de los Dolores. Su viuda e hijos costearon el retablo mayor.

Aparte de la Virgen de los Dolores y del apostolado traído de la capilla de la Vía Sacra de Antequera sólo podemos hablar de tres elementos que no fueron costeados por la familia Vergara: el Corazón de Jesús, costeado por José Gómez Ordóñez; el san José, por José Díaz y, ya mediados los años cuarenta, el Cristo de la Buena Muerte, de serie–rebautizado como de la Vid muy recientemente- por la familia Díaz.

Todos estos retablos de factura neobarroca bastante decente se han visto asediados en estos últimos años por una proliferación de escayolas y cuadritos de un gusto rayano en el juzgado de guardia.

Este artículo habría sido imposible de redactar en su totalidad sin la colaboración de Gerardo Rodríguez.



Comentarios

Entradas populares