ALMIREZ VII. 20 DE ENERO DE 1935
Fotografía de la cueva de los Porqueros. La cruz señala el sitio donde se encontraba el sargento que no fue alcanzado. Tomado de la Crónica.
El domingo 20 de enero de 1935 los periódicos de Madrid ya traen la noticia de la muerte del guardia civil con bastantes detalles. Los de provincias la dan de manera más escueta o incluso hablan de heridas, pero no de muerte.
Aunque algunos de ellos denominan la sierra de Carmona, en vez de la Camorra -La Libertad, de Madrid, afirma que los hechos transcurren en la Serranía de Ronda, no en el surco intrabético donde está Mollina- o la incorrección de poner la Camorra en varios términos municipales, las crónicas tienen bastante calidad informativa.
Como ejemplo tenemos la del diario El Sol, de Madrid:
EN LA SIERRA DE LA CAMORRA
Un guardia civil se acerca a la cueva donde se hallaba guarecido el bandido "el Almirez" y recibe un disparo en la cabeza que le causa la muerte
El bandido está sitiado por cuarenta guardias civiles al mando de un capitán y se niega a rendirse
MALAGA 10 (5 t.).-La persecución de que viene siendo objeto el bandido Antonio Fernández del Pozo, alias "el Almirez", refugiado en la sierra de la Camorra, que comprende varios términos municipales de esta provincia, ha tenido esta mañana una derivación trágica, pues ha costado la vida a un guardia civil.
Como se recordará, uno de los primeros días de esta semana fué sorprendido "el Almirez" en la cueva llamada de los Porqueros, de la citada sierra. Allí sostuvo un vivo tiroteo con la pareja de la Guardia civil, y ésta pidió refuerzos. Se hizo de noche mientras tanto, y cuando llegaron nuevos guardias y rodearon la cueva para cercar al bandido, éste habla logrado desaparecer, favorecido por la oscuridad y por .su conocimiento de los vericuetos de la serranía.
La Benemérita intensificó sus movimientos desde ese día, y en la actualidad hay en la sierra unos cincuenta guardias, con el jefe de la Comandancia y el capitán don Domingo García Poveda. Esta sierrra de la Camorra cuenta con numerosas cuevas, algunas muy profundas y posiblemente con salidas traseras por lugares muy distantes de la boca.
De todos los puestos próximos a la sierra salieron guardias para cooperar a la captura del bandido. Del pueblo de La Alameda salieron a las tres de la madrugada de hoy los guardias José Pendón Pastor, Antonio Reyes Martín y Diego Garcia Morente, con el mismo objeto. A las ocho de la mañana, cuando los tres guardias reconocían la sierra, escalándola, el primero se detuvo a la entrada de una de las cuevas. Con precauciones, arrodillándose primero y aso. mando luego discretamente la cabeza, trató de examinar el interior, y en aquel momento sonó un disparo. "El Almirez" estaba refugiado precisamente en esta cueva, y al ver al guardia disparó, hiriéndolo mortalmente en la cabeza.
El cuerpo del guardia quedó en la misma boca de la cueva, y sus compañeros se parapetaron en las inmediaciones de aquélla, pues era inútil acercarse, ya que, como acababan de ver, el bandido no está dispuesto a entregarse. Para evitar su fuga, los guardias han rodeado la cueva; pero se ignora si ésta tiene o no salida por la parte opuesta.
El guardia José Pendón contaba veinticinco años y era soltero.
Con motivo de los sucesos revolucionaros de octubre último, el mismo guardia, que intervino en los desarrollados en el pueblo de Teba, fué alcanzado de una perdigonada en la cara y estuvo muy gravemente herido en el Hospital militar de Málaga. Se esperan con creciente interés noticias de la sierra de la Camorra, y sobre todo, la de que haya sido capturado el peligroso criminal. (Febus.)
La historia negra del bandido
ANTEQUERA 19 (11 n.).—El bandido "el Almirez", que hoy mató a un guardia civil, asaltó un cortijo de Chinchilla, causando graves daños, y además, en su huida, agredió a la fuerza pública. Condenado a seis años de prisión, logró huir. Dias pasados volvió a repetir sus hazañas, agredió a la Benemérita y huyó.
Hoy cometió el nuevo crimen antes citado. Logró refugiarse en unas cuevas de la Sierra de Camorra, terreno muy abrupto, por lo que se hace difícil caminar. Salieron cuarenta números de la Guardia civil mandados por el capitán de esta Comandancia para capturarle, yendo provistas de granadas de mano. (Febus.)
"El Almirez" sigue en el Interior de la cueva, sin hacer caso de las intimidaciones de la Guardia civil, que lo tiene cercado.
MALAGA 19 (12 n.).—Se confirma, según noticias que se reciben de Alameda, que la situación sigue siendo igual que esta tarde. "El Almirez" continúa refugiado en la cueva La Trigura, (sic) sin que haya sido posible rendirlo, a pesar del asedio de que le hace objeto la Guardia civil.
Por orden del capitán, Sr. Garcia Poveda, la fuerza llevó ocho bombas lacrimógenas para lanzarlas sobre la cueva. Tres de ellas cayeron dentro de la cueva, y todos esperaban que las consecuencias de ellas fuera la presencia en la boca del forajido; pero después que pasaron los efectos de las bombas, se escuchó la voz de "el Almirez", que dijo: "Seguid tirando bombas, pero yo no me entrego,"
En vista de ello, se procedió a encender hogueras cerca de la cueva para que el humo penetrara en la misma y así se rindiera; pero este procedimiento resultó también inútil, pues tampoco se entregó.
Una de las veces en que cesaron los disparos se observó que "el Almirez" conseguía arrastrar hasta el interior de la cueva el cuerpo del guardia civil muerto, quedando a la entrada de la cueva el capote de la victima. También consiguió apoderarse del máuser y de las municiones que llevaba el guardia. Posteriormente, algunos guardias consiguieron acercarse bastante a la cueva y recoger el capote de su compañero, José Pendón Pérez, entregándolo al capitán que manda la fuerza.
La actitud intransigente y decidida de "el Almirez" tiene verdaderamente indignados a los individuos de la fuerza pública encargadas de su captura. Llevan cerca de veinticuatro horas sin descanso vigilando la cueva y sus alrededores. Muchos de los guardias no han sido relevados hasta las cinco de la tarde de hoy, y el capitán y el teniente que mandan la fuerza han dispuesto que constantemente varias patrullas vigilen los alrededores de la cueva, temerosos de que el bandido pueda escapar.
"El Almirez" dialoga con loa guardias civiles
Algunos guardias que se situaron cerca de la cueva han sostenido el siguiente diálogo con "el Almirez":
—¿Por qué has matado a ese guardia ?
—Porque él lo ha querido. ¡A quién se le ocurre venir a buscarme a las ocho de la mañana! —Entrégate, y es mejor para ti.
—No me entrego. De aquí no me sacáis más que muerto.
Después de este diálogo el bandido "el Almirez" guardó silencio, que lo interrumpió a las cinco de la tarde cantando un fandanguillo. Los guardias, al oírle, nuevamente le invitaron a que se rindiera, a lo que contestó con una nueva descarga.
Características de la cueva donde está refugiado el bandido
La cueva donde está metido el bandido es de unos siete a ocho metros de profundidad. La entrada es un agujero por el que un hombre entra con gran dificultad. Hay dentro un peldaño por el que se llega a una especie de planicie por la que se puede andar perfectamente. La salida es, por consiguiente, difícil. Hay que encaramarse hasta conseguir salvar el escalón y salir, desde luego, arrastrándose. Por lo reducido del agujero, el bandido tuvo que hacer grandes esfuerzos para meter el cadáver del guardia y apoderarse del fusil máuser.
A las cuatro y media de la tarde llegó en automóvil al lugar del suceso el teniente coronel de la Guardia civil Sr. Porras. Inspeccionó cómo se habla montado el servicio y adoptó algunas disposiciones. Estando allí el Sr. Porras, uno de los guardias, desde lejos, preguntó a "el Almirez":
—¿Te vas a entregar o no?
—No me entregaré.
—Pues te morirás de hambre.
—Tengo comida y agua para tres días.
El Sr. Porras dispuso que, mediante antorchas, se mantendrán iluminados aquellos alrededores para impedir que el bandido escape.
Al lugar del suceso han llegado desde Málaga algunos familiares del guardia civil, a quienes los jefes de la fuerza dieron la seguridad de que el cadáver será rescatado, creyéndose que se conseguirá esto durante la madrugada próxima, (Febus.)
Ese mismo día dieron información sobre estos hechos -en mayor o menor extensión- los siguientes medios: La Voz, Ahora, ABC, El Progreso, El Sol y La Libertad, todos ellos de Madrid. De provincias: Crónica Meridional, de Almería; Diario de Córdoba; La Independencia, de Lugo; La Provincia, de Las Palmas de Gran Canaria; ABC de Sevilla y La Voz de Aragón.
Cueva del Acebuche. La cruz señala el sitio donde cayó abatido el guardia civil, justo junto al agujero de entrada a la cueva. Imagen de la Crónica.
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