REPASO A LOS NÚMEROS 56 A 60 DE LA RAZÓN. 1932

La ilustración corresponde a la caricatura de García Prieto aparecida en el número 56 de La Razón.
Continuemos con el repaso a los números de La Razón. El 14 de febrero de 1932 veía la luz el número 56, año III. En él aparecía la noticia de la liberación del
alcalde y de los concejales, ya aparecida en la entrada anterior.
El número 57 aparecería el día 21 de febrero de 1932. En su
página cuatro traía el escrito de Francisco González defendiendo al alcalde y
concejales implicados en el fallido complot y del que ya se habló aquí. En su
página primera traía esto sobre el pueblo:
DE MOLLINA
Por falta de espacio no hemos podido publicar
antes la liquidación que nos enviaran los compañeros de Mollina de la
suscripción pública para allegar fondos con que remediar en parte la crisis de
trabajo padecida en aquel pueblo hace unos meses.
Lo hacemos hoy,
rogando a los camaradas del vecino pueblo nos perdonen la demora, ajena a
nuestra voluntad, ya que la publicación de los comunicados está supeditada a la
cabida del periódico insuficiente para dar pronta satisfacción a los deseos de
todos.
Señores que han contribuido con sus donativos
y cantidad con que lo hicieron:
Manuel Rubio Fernández, 50 ptas.; Virgilio
Torres Peñalver, 25; José Rubio Gallegos, 100; José Muñoz Díaz, 25; Andrés Pozo
Vallejos, 25; Joaquín Velasco García, 25; Ildefonso Llamas Carbonero, 25;
Antonio Díaz Rojas, 25; Manuel Palomo González, 25; Juan Román Gómez, 10;
Antonio Rubio Fernández, 100; Juan Ruíz Nieblas, 25; Antonio Fernández Sánchez,
25; Cristóbal Morente García, 25.
Felipe Rubio Moreno, 25; Francisco Ruíz Villa,
10; Juan Rodríguez Alvarez, 25; Pablo López Gallegos, 25; Francisco Llamas
Llamas, 25; Rafael Fernández Martín, 50; Francisco Ruíz Pozo, 25; Antonio Ruíz
Lobato, 15; Carmen Vela Bobadilla, 15; Antonio Moreno Rubio, 50; Viuda de José
Llamas Adalid, 5; Antonio Ramírez Castro, 10; Luis Romero Cortés, 15; Gertrudis
Gallegos Bermúdez, 10; Rafael Corrales Guerrero, 20; Federico López Ramírez,
10.
Cristóbal Medina
Toledo, 50; Antonio Reina Regel, 25; José Ordóñez Díaz, 15; Francisco Ordóñez
Díaz, 15; Juan Ordóñez Díaz, 25; Florentino Ruiz Gutiérrez, 25; Antonio
Carvajal Ruíz, 25, Francisco González Rojas, 10; Juan Rodríguez Gallegos, 25;
Juan Manuel Castañeda Carmona, 10; Luis González González, 25; Ignacio Llamas
Rebollo, 20; Agustín Ramírez Vegas, 25; José Herrera Luque, 10.
Cristóbal Palomino Vegas, 15; Antonio Vegas
García, 10; José Borrego Vallejos, 25; Antonio Arjona Varo, 10; Rafael Corrales
Artacho, 10; Juan Fernández Díaz, 10; Mario Navas Martín, 10; Antonio García
Llamas, 2; el Ayuntamiento, 100.
Total recaudado, 1.342 pesetas.
Invertido en jornales, según comprobantes . .
1.283,75
Socorros a inútiles y pobres transeúntes . . . 58,25
Pesetas
. . . 1.342,00
Los comprobantes, y detalles están a la
disposición de quienes lo deseen examinar, en la secretaría de este
Ayuntamiento.
El número 58, de 28 de febrero de 1932 no traía nada sobre
Mollina. Criticaba las joyas en las imágenes y –con la excusa del atropello de
la esposa de un socialista por parte de un concejal de derechas- las
velocidades alocadas que los pudientes en sus autos relucientes: Ved a los miembros de esa clase correr
alocados por todas partes, embriagados de velocidad, dentro de sus ricos coches
confortables, aturdiéndonos con los claxons ensordecedores, mientras las yantas
de sus vehículos escupen sobre nosotros el barro que es una afrenta a nuestra
humildad de viandantes, o envolviéndonos en polvaredas terribles y nocivas para
nuestros pulmones y vestidos. Y un buen día, cuando menos lo esperéis, cuando
más ilusionados viváis quizás, os arrebatan la vida brutalmente,
despiadadamente... y encargan a las compañías de seguros que «liquiden» el
asunto, como si se tratara de un negocio más. ¡Qué horrible cinismo!
¡Ofrecernos unas cuantas pesetas por la vida que nos arrebataron, por el ser
que deja un vacío y un desconsuelo infinitos en nuestro corazón! ¡Insensatos!
¡Y todavía se extrañan que en el pecho de los desheredados tenga asiento la
semilla del odio!
Un viaje en el túnel del tiempo a quien escribió esto no le
vendría mal.
El número 59, aparecido el 6 de marzo traía en su primera
página la referencia al alcalde y concejales ya reproducida. En su página 2
traía este escrito:
Mujer proletaria!
¡Compañera: despierta!
Escucha esta llamada
que hago a tu conciencia. Pon atención en estas palabras que, aunque no lleven
el rico ropaje de una brillante literatura que les diera más resonancia y
expresión, son dictadas e inspiradas por un modesto obrero, por un hermano
tuyo, cuya escuela fué el trabajo y cuyos conocimientos no son muy aventajados.
Te dedico estas líneas que mal sabe trazar mi humilde pluma, compañera
inseparable mía, a quien confío mis ansias y mis rebeldías cuando la injusticia
de esta sociedad mal organizada y corrompida se ceba con toda la monstruosa
fuerza que le es característica en los desheredados de la fortuna, que mejor y
con más razón pudiéramos decir en los explotados de la clase capitalista.
Y como siempre, dócil a mi voluntad, hoy mi
pluma va dejando sobre el papel las palabras que le dicta mi corazón vehemente,
en el deseo de que lleguen a lo más recóndito de tu conciencia y te hagan ver
los horribles padecimientos que venimos soportando y cuyas causas de seguro
pocas veces has pretendido analizar.
¡Pide pan tu hijo! ¿No
le oyes? ¡Pide que le abrigues porque tiene frío! Inocente ser que nada sabe de
convencionalismo ni de clases y que, sin embargo, pide, exige lo que necesita,
que con imperiosa necesidad se manifiesta en él. Y nosotros, hombres y mujeres,
con más edad y con más experiencia, acallamos nuestro espíritu y pretendemos
inducirlo por otro camino con el fin de no atormentarnos a nosotros mismos
esperando siempre, «luego, más allá, puede ser, quizás haya solución...»
Nunca hubo ni hay
solución para nuestros males si nosotros no sabemos oponernos, amparados en el
derecho que todos tenemos a la vida.
Nacemos para vivir;
para vivir es preciso comer; para comer es preciso trabajar. Y nosotros que
trabajamos, y más de lo debido, no podemos comer, no podemos vivir, ¿Qué nos
queda que hacer? ¿Por qué tanta injusticia? ¿No es esto asesinarnos vilmente?
Mujeres, madres,
hermanos, compañeros todos: aun (sic) hay solución. Puede bastarnos nuestra
voluntad, y ésta no ha de faltar cuando la alienta una esperanza: la esperanza
de que tú, madre, puedas dar a tu hijo el pan que te pide, el abrigo que su
cuerpo necesita, y tus sonrisas y tus besos, que hasta esto les falta, ya que
siempre estás triste, pensativa, sombría, y cuando lo besas lo haces de una
manera que más bien le infundes dolor y pesadumbre por la expresión amarga, por
el rictus doloroso que contrae tus labios.
Mujer, madre, hermana,
compañera: piensa, reflexiona en tu triste vida, en la amarga existencia por
tantos padecimientos; en las vejaciones y privaciones; en los dolores y los
martirios crueles; en los desengaños que marchitan tus ilusiones; en las
espinas que se clavan en tus carnes desgarrándote; en las llagas que la cadena
hace en tu cuerpo,,. Piensa, y luego dime si no estás dispuesta a ayudarnos
para cambiar esta Humanidad.
Otro día te diré los
medios que emplearemos para conseguirlo.
ANDRÉS GONZÁLEZ PÁEZ.
Cortijo de Espeazorras, febrero 1932.
El número 60, en su página 2, traía la poesía sobre el
fallido complot ya reproducida anteriormente. En la portada traía una noticia
que puede que tuviera que ver con Mollina. Decía:
Defendamos la verdad
Nos sorprende una
noticia que ha dado un diario de Madrid en la que se dice que la guardia civil
de Antequera ha dado una batida contra los ladrones de aceitunas, y no se
manifiesta de una manera clara de dónde eran los ladrones que pone de relieve
dicho diario.
Nos vemos obligados a
hacer varias aclaraciones ante la opinión, empezando por decir que no se trata
de ladrones, sino de una multitud de trabajadores honrados completamente
hambrientos a consecuencia del paro forzoso en que esta mala organización social
los arroja, y, como es natural, antes de perecer de hambre ellos y los suyos,
desatendiendo la ley inicua del hombre, atendieron a la sagrada ley de la
naturaleza cogiendo un producto que la misma ofrece para la manutención del
hombre.
Además, esos trabajadores no eran de
Antequera, sino de sus pueblos limítrofes en su mayoría, pues estos de aquí no
se han atrevido todavía a emplear resoluciones extremas.
San Basilio (Oidlo (sic), católicos) y Platón
coinciden en la afirmación de que la propiedad es un robo. Luego, según ellos,
los verdaderos ladrones son... ¿Quiénes son los verdaderos ladrones?
J. S.L.
Comentarios
Publicar un comentario