MOLLINATO CURADO MILAGROSAMENTE. 1929
Ilustración propagandística de Fernado Asuero, descubridor de la asueroterapia con las fotografías de un paciente antes y después de la intervención.
A finales de la década de los
veinte surgió en España un médico más que polémico por su método curativo. El
protagonista indiscutible de esta historia fue Fernando Asuero. Natural de San
Sebastián, quienes le conocieron aseguraban que se trataba de una persona
instruida, jovial, un hombre divertido, con gran sentido del humor, inteligente
y profesional.
Estudió Medicina en la
Universidad de Madrid. Una vez instalado en San Sebastián, la prensa empieza a
hablar de curas milagrosas levantando acalorados debates, tanto a favor como en
contra.
El método utilizado era sencillo
e inocuo. Los pacientes podían ver mitigadas o curadas sus enfermedades, pero
nunca agravadas, ni tampoco ver aparecer nuevas dolencias. Las sanaciones más
espectaculares fueron las que experimentaron personajes aquejados de diversos
tipos de invalidez, pero el galeno donostiarra afirmaba en sus escritos haber
curado también cefaleas, ciática, epilepsia, sorderas, úlceras, cegueras y no
cobraba incentivos por ello.
Tanto Gregorio Marañón como Ramón
y Cajal se posicionaron en contra de la nueva técnica.
La prensa se dividió.

Recorte de El Pueblo, treintaiuno de mayo de 1929.
El día treintaiuno de mayo de 1929 El
Pueblo, diario republicano de Valencia, fundado por Vicente Blasco Ibáñez, año
XXXVI, núm. 12.863 traía en sus páginas 1 y 2 un reportaje sobre el doctor
Asuero.
Concretamente en la página 2 es donde aparece el recorte de prensa que
se reproduce. Cuenta las operaciones efectuadas por este médico y su ayudante
el doctor Bosch el día anterior en Málaga donde, entre otros, curó a Pedro
Pinto Castañeda, de 44 años, paralítico del lado derecho.
El tono usado nos recuerda un publirreportaje.
El párrafo referido a nuestro
paisano decía así:
Pedro Pinto Castañeda, de 44 años. Al saber en Mollina, de donde es
vecino, las sorprendentes curas realizadas por el doctor Bosch, vino a Málaga y
ayer tarde se presentó en la consulta. Sufría parálisis del lado derecho.
Después de curado, al observar la notable mejoría, exclamó:
-Me parece que voy a salir corriendo.
Efectivamente: más que andar, corría por la habitación.
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